Sigue cayendo el acceso a formación bonificada para la pyme
Desciende un 3% las pymes que realizan formación bonificada en 2017.
Durante el pasado 2017 las pequeñas y medianas empresas que realizaron formación bonificada se redujeron un 3%. Así se extrae del informe “Formación programada por las empresas en las Comunidades Autónomas”, realizado por el sindicato Comisiones Obreras. En este documento se analiza la situación y la evolución de la formación bonificada en las empresas en España. Entre las principales conclusiones se puede observar cómo la tendencia de los últimos años ha continuado: el crecimiento del crédito en las empresas de mayor tamaño y, por ende, el deterioro de la formación en las pymes.
Desde que en el año 2015 entrara en vigor la ley de Formación Profesional para el empleo, las pequeñas y medianas empresas han ido perdiendo participación en la formación, en detrimento de la gran empresa. 355.507 empresas que han realizado formación en 2017, un 3% menos que el año anterior, y de ellas, todas son pymes. Todas ellas con una plantilla inferior a 50 trabajadores.
Según datos de datos de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae), el 21,2% de las empresas españolas se benefician de esta formación, y da cobertura al 31,7% de los asalariados, pero existe una gran diferencia entre regiones.
Desigualdades entre comunidades autónomas y sexos
Esto se hace latente en comunidades como Extremadura y Castilla-La Mancha y las ciudades autónomas Ceuta y Melilla. En estas regiones la formación solo da cobertura al 25% de los trabajadores. Sin embargo, en Madrid este porcentaje es del 42,4%. Cataluña, Euskadi o Navarra superan el 35% el número de empleado que se benefician de la iniciativa.
Según se recoge en el informe de CC.OO la diferencia entre hombres y mujeres es también muy significativa en algunas comunidades. La media nacional de participación femenina en formación es del 44%, mientras que en Murcia, Castilla-La Mancha y Ceuta las tasas se ubican entre el 36 y el 38%. Baleares, Canarias o Madrid registran, sin embargo, una alta participación de mujeres en la formación, en torno al 48%, superando, así, la media nacional. “Tenemos que trabajar desde el seno de las empresas para extender la cultura de la formación y ampliar el acceso a la formación en aquellas áreas geográficas donde las personas trabajadoras apenas reciben formación en sus empresas, dando cumplimiento al derecho a la formación de todas las plantillas”, según ha declarado Lola Santillana, secretaria confederal de Empleo y Cualificación Profesional.
Las empresas más pequeñas, más perjudicadas
El informe del sindicato también pone de manifiesta la relación directa entre la formación a distancia y las empresas más pequeñas. En las comunidades en las que las micropymes son más abundantes, la teleformación tiene una importancia mayor. De esta manera, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Ceuta y Melilla tienen un mayor número de micropymes, por lo que la teleformación representa entre el 27% y el 44%, cuando la media española es del 24%. Por el contrario, Madrid, Baleares, Navarra y Euskadi son las comunidades con empresas más grandes, por lo que la formación presencial es la más consolidada.
“La situación para los trabajadores y trabajadoras de las pymes no es esperanzadora. Es incuestionable que hay que rediseñar la formación profesional para el empleo y acercarla de una vez por todas a estas empresas y a sus trabajadores y trabajadoras que en la práctica están siendo expulsados del sistema”, en palabras de Santillana. Según asegura, es necesario que se incluya y se facilite la formación de manera igualitaria a todos los tipos de empresas, sea cual sea el tamaño, en igualdad de condiciones.
Contenido y materias de la formación
Otro de los aspectos que se evalúa en el informe es el contenido de la formación de los trabajadores. Se observa que prácticamente todos los temarios son transversales. Se podrían resumir en pocas temáticas: los que están relacionados con el medio ambiente, la seguridad o la administración y gestión. A estas materias le siguen el comercio o el marketing.
Sin embargo, se echa en falta la finalidad específica que determina y caracteriza el origen y naturaleza de la financiación de la formación en la empresa: garantizar una formación útil. Por esta razón, a juicio del sindicato, es necesario que se arbitren los mecanismos necesarios que garanticen los derechos regulados tanto en el Estatuto de los Trabajadores como en la Ley de Formación Profesional para el Empleo. Especialmente, se quiere dar importancia a las pequeñas y medianas empresas. Son éstas las que mayores dificultades tienen para adaptarse a los cambios y las que tienen menores recursos para acceder otro tipo de formación. Es por ello que la formación bonificada puede ser una de las mejores opciones para las pymes. Desde el sindicato se solicita una mayor atención a este tipo de empresas para que la formación bonificada las tenga más en cuenta.