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Santander lanza 550 millones en bonos para minoristas que pagan hasta el 3,3%

El banco ha colocado solo el 23% del máximo entre sus clientes La rentabilidad está vinculada a la evolución de una cesta de acciones

Bonos para minoristas de Santander comercializados en 2018

La creatividad de la banca para ofrecer productos atractivos a sus clientes está en máximos históricos. Los depósitos clásicos hasta un año ofrecen de media un casi inapreciable 0,05%, y la Bolsa está en cuarentena, con el Ibex cerca de sus mínimos de inicios de 2017. El ahorro de diseño vuelve a estar disponible, no en los escaparates, cierto, pero sí en los cajones de las sucursales.

Desde que arrancó el año, Santander ha comercializado siete emisiones de bonos estructurados ligados a la evolución de una cesta de acciones. Lo ha hecho a través de su red de oficinas, con el objetivo de ofrecer un artículo financiero para los ahorradores que cuente con una rentabilidad potencial atractiva y, al mismo tiempo, esté exento de riesgos, o al menos estos estén tasados de antemano. El banco que preside Ana Botín ha puesto a la venta hasta 550 millones de euros en esta deuda estructurada en 2018, si bien la acogida entre la clientela no ha sido ni mucho menos masiva. De este importe ha colocado 128 millones de euros; es decir, tan solo el 23,3% del total (véase gráfico).

La fría acogida se debe a que la entidad no comercializa activamente el producto y además selecciona mucho a los potenciales suscriptores. Fuentes conocedoras del proceso de venta señalan que solo se ofrecen a aquellos clientes para los que resulten convenientes de acuerdo con el resultado del correspondiente test Mifid. Añaden además que se introducen cautelas adicionales, como porcentajes de concentración por familia de productos y se restringe la venta de los productos más arriesgados a determinados segmentos. De hecho, el importe mínimo para suscribir estos bonos es de 10.000 euros.

La entidad está en plena comercialización de bonos estructurados –la venta arrancó la semana pasada y se prolongará hasta el próximo 20 de septiembre– que ofrecen una rentabilidad anual entre el 0% y el 1,76%. El interés dependerá de la evolución en Bolsa de cuatro valores: la teleco británica Vodafone, la utility alemana Eon, la petrolera italiana Eni y la operadora francesa Orange. Se tomará como referencia el precio de las acciones del próximo 27 de septiembre, y cada año se revisará si se sitúan a ese nivel o por encima. Si todos los valores cumplen esta premisa, el inversor recibirá un 1,75% ese ejercicio; en caso contrario, no recibirá nada. El proceso se repetirá durante cinco años, de manera que la deuda se amortizará completamente en septiembre de 2023.

La consultora Afi ha elaborado un informe de la emisión y concluye que los bonos tendrían una valoración de mercado mayorista del 96,5% al 97,4% del nominal, cuando se venden al 100%. Los inversores que así lo deseen podrán obtener liquidez con su venta en el mercado Send de renta fija corporativa, propiedad de BME. En este caso, sin embargo, no está garantizado que el comprador recupere el 100% de su inversión.

De las siete emisiones, hay tres que cotizan por debajo del nominal: se vendieron al 100% del nominal y, según los precios de ayer, las cotizaciones oscilan entre el 96,4% y el 96,6%. Otras tres no han marcado precio, y la última aún no cotiza, puesto que está en periodo de distribución. La rentabilidad máxima que ha ofrecido Santander en estos estructurados es del 3,3% anual, a cambio de una posible pérdida que en el peor caso superaría el 17%. Cierto es que este último supuesto es casi imposible, pues tendría que darse la quiebra de alguna de los valores a los que está vinculado el producto.

Sigue la estela de BBVA, CaixaBank y Bankinter

La banca ha emitido en lo que va de año 1.970 millones de euros en productos estructurados. Una cifra que se queda al filo de los 2.100 que emitieron en 2017. La líder en ello es BBVA que ha colocado 550 millones desde mayo en contratos financieros cuya rentabilidad está ligada a la Bolsa. Bankinter opta por emisiones más modestas y en cuatro meses ha emitido 80 millones. Y CaixaBank realizó la primera colocación en varios años en julio.

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