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¿Cómo invertir o financiarse en el ‘crowdlending’?

Las plataformas de préstamos participativos ofrecen préstamos ágiles a pymes al 7% Los inversores reciben una rentabilidad del 5% por el riesgo de prestar a las empresas

Quién es quién en 'crowdlending'
Juande Portillo

Financiar a una pyme a cambio de determinada rentabilidad ha dejado de ser un negocio exclusivo de la banca. Las plataformas de crowdlending, que intermedian entre inversores particulares e institucionales y empresas o consumidores que necesitan un préstamo, han consolidado un nuevo modelo de préstamos participativos que el año pasado movió ya unos 100 millones de euros de financiación. Estas compañías financieras digitales (fintech), que operan a través de internet, se sirven de algoritmos y análisis de datos automatizado para decidir en cuestión de horas a quién prestar.

Su fin es complementar el crédito bancario con préstamos (54.000 euros de media) más rápidos y flexibles aunque generalmente más caros (rondan el 7% de interés). El inversor asume un riesgo de impago, que las plataformas tratan de paliar diversificando sus aportaciones entre múltiples proyectos financiados, a cambio de una rentabilidad media de más del 5%, muy por encima de la de depósitos y otros productos bancarios. Estas son algunas de las principales firmas del ramo y las condiciones con que, según sus propios datos, operan:

Lendix, plataforma líder en Francia, con presencia en Italia y planes de apertura este año en Alemania u Holanda, ha logrado el hito de financiar en España ocho millones de euros solo en el primer trimestre, una marca que dobla la velocidad crucero del resto del sector y triplica su músculo de hace un año. Un volumen que desde la Asociación de CrowdLending Española (ACLE) consideran que solo puede lograrse tras un salto cualitativo del modelo de negocio: el de pasar de financiar circulante a apoyar operaciones corporativas y proyectos de expansión de las empresas.

Lendix fue una de las primeras plataformas del ramo en recibir la autorización para operar que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) comenzó a conceder en verano de 2016. Hoy cuenta con 12.000 inversores (que ponen desde 20 euros por proyecto), en un modelo híbrido que aúna particulares con institucionales como el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Les ofrece una rentabilidad media del 5,98%. La plataforma mantiene un volumen de préstamos de 188 millones con los que financia a unas 426 pymes. Su foco son empresas medianas, rentables y con una facturación superior a los 250.000 euros anuales, a las que ofrecen créditos de 30.000 a 3.500.000 de euros por periodos de tres a 84 meses. El tipo de interés medio que les cobra es también del 5,98% y es en las pequeñas variaciones frente a la rentabilidad ofrecida, así como en el 3% de comisión de apertura y otra de gestión mensual que se cobra al prestatario, donde la compañía logra su margen.

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Al frente de la división española está Grégoire de Lestapis, exdirector general de BBVA en Francia, que ahora compite desde internet contra los préstamos de la banca tradicional de la que proviene. Para dar confianza, los directivos de la empresa prestan su propio dinero en todos y cada uno de los proyectos financiados.

Otra de las principales firmas del ramo es MytripleA, con autorización de la CNMV para realizar préstamos directos y del Banco de España como entidad de pago. Cuenta con unos 3.500 inversores a los que ofrece una rentabilidad media del 5,41%. En paralelo, la compañía ha aprobado 479 operaciones de financiación a 400 empresas, a las que cobra un interés medio del 5,82%. Tiene invertidos 21,1 millones en préstamos desde 50.000 euros y a plazos de hasta cinco años. Una de las particularidades de esta plataforma es que es la única que ofrece garantías contra impagos gracias a un acuerdo con las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR). En esos casos, la rentabilidad para el inversor se fija en euríbor más 2%.

El mercado objetivo de Arboribus, de otra parte, son pymes mayores, con una facturación anual de más de un millón de euros con un interés medio del 7,5% y sin servicios para autónomos o emprendedores. Actualmente financia a unas 200 empresas, con una facturación promedia de unos ocho millones. La plataforma cuenta con autorización de la CNMV y con 1.500 inversores a los que ofrece una rentabilidad media neta de comisiones y mora del 5,4%.

La morosidad y los impagos son el gran riesgo de estas plataformas, que tratan de evitar los malos pagadores con el análisis informático previo de los prestatarios. Aunque no hay un dato sectorial, y los créditos son aún muy recientes y concedidos en un momento de recuperación económica, varias firmas sufren una mora de entre el el 1% y el 2% frente al 7,8% de la banca. Para que el daño no se concentre en unos pocos inversores, el dinero de cada uno se destina a múltiples préstamos diferentes, lo que mitiga su riesgo potencial.

La firma Grow.ly, por ejemplo, ofrece a sus 2.825 inversores una rentabilidad media del 7,1% al que hay que descontar un 1% de tarifa de administración y otro 1% de mora esperada. Esta plataforma, autorizada por el supervisor de los mercados, se centra financiar al 7,1% y a 24 meses a empresas sólidas: que facturen unos 12 millones al año y cuenten con dos décadas de trayectoria.

Para los inversores con inquietudes sociales, una alternativa puede ser Colectual, que destina un 25% de dividendos a acciones sociales determinadas por los usuarios de la plataforma y que ofrece mejoras en el precio de financiación a las compañías con mejor posición en su escala de responsabilidad social corporativa (RSC). Financia a unas 35 pymes con créditos de uno a 48 meses, al 5,84% (más un 2,25% de comisión por la recepción de proyectos y unos 250 euros por la formalización del crédito). Ofrece una rentabilidad similar a sus 1.000 inversores, que pueden participar desde solo 100 euros, pero generalmente asumen algunas comisiones, como la de administración del 1% o, llegado el caso, un 6% por recobro amistoso de deudas o el 12% en las judicializadas.

Pero las plataformas de crowdlending no ofrecen exclusivamente financiación para pymes. En el caso de Zank los préstamos se dirigen únicamente a consumidores, con especial foco en los créditos para estudios superiores de máster o postgrado. La firma, autorizada por CNMV, cuenta con 2.000 inversores a los que ofrece una rentabilidad media del 6%. Con sus fondos, financian a unos 3.000 particulares, con un coste medio del 9%.

Otra alternativa para los consumidores es Socilen, la única que ofrece un modelo mixto de financiación tanto para particulares como para empresas. La plataforma, registrada en CNMV, cuenta con 14.000 usuarios de los que 1.500 son inversores. Se les ofrece una rentabilidad media del 8,86% frente el 9,48% de tipo de interés medio aplicado a los préstamos concedidos a las 40 pymes que financian.

Todas estas firmas se dedican a la concesión de préstamos directos, regulada por la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial de 2015, lo que les permitió obtener una licencia de Plataforma de Financiación Participativa (PFP) de las 24 que ha concedido ya la CNMV. Estas siete plataformas suman unos 22.300 inversores (algunos pueden estar duplicados por participar en varias) de los 68.000 que registraba el sector según los últimos datos oficiales, del pasado julio. Sin embargo, otros 74.800 inversores participaban por entonces en plataformas sin licencia. Se trata de aquellas especializadas en la financiación de circulante de empresas mediante descuentos de pagarés o adelanto de facturas, una actividad que no ha sido regulada hasta la fecha y que, por tanto, no requiere autorización expresa. Sin embargo, la CNMV ha incluido a algunos de sus integrantes en una lista de alertas de operadores sin control por lo que desde la asociación sectorial de crowdlending, ACLE, reclaman que este modelo sea regulado y supervisado para evitar confusiones.

Una de las firmas incluidas en esta lista es LoanBook que cuenta con un millar de inversores a los que se ofrece una rentabilidad media del 5,14%. Su dinero ha financiado a unas 320 pymes, a un tipo de interés medio del 6,8%. Desde su lanzamiento, en 2013, LoanBook ha canalizado 46 millones de euros en 750 operaciones.

Otra de las firmas que financia vía facturas y pagarés es Finanzarel, que tiene 300 inversores. Se les abona un 7,04% de interés neto (descontadas las comisiones e impagos). La plataforma ha sellado 1.500 transacciones a un tipo medio del 9,84% y ofrece a sus clientes servicios de confirming (financiación obtenida mediante la gestión de facturas). Su coste, aseveran, puede ser sensiblemente inferior gracias a su sistema de fijación de precio mediante subastas. En una de las últimas, levantó financiación de 400.000 euros en solo cinco horas.

Finalmente, el descuento de pagarés y facturas también es la vía elegida por Circulantis, que tiene otros 1.050 inversores a los que ofrece una rentabilidad media del 7,04%. A su vez, a las 520 pymes que financia les cobra un interés del 8,15%.

Muchas de las plataformas citadas en el artículo ofrecen opciones flexibles que permiten al inversor interesado en ellas obtener reembolsos mensuales o participar desde solo unos pocos euros. Sin embargo, sea cual sea el modelo de negocio elegido, y se opte o no por operar bajo el paraguas de la CNMV, conviene siempre revisar a fondo la letra pequeña de las condiciones y comisiones así como tomar conciencia de que el dinero se arriesga. Otro tanto ocurre para las empresas o consumidores interesados en financiarse mediante el crowdlending, una vía rápida, flexible pero con costes a cambio. 

Otras claves del sector

Dos destacadas ausencias

 

Comunitae y Funding Circle. El listado de plataformas de crowdlending analizado no incluye a todas las firmas del sector pero sí a una decena de las principales. Destacan, sin embargo, dos importantes ausencias que han tenido un rol fundamental en la consolidación del modelo de negocio de los préstamos participativos. De un lado está el caso de Comunitae, la firma española pionera en el ramo. Su prometedor recorrido se vio frustrado el pasado otoño cuando se detectó el presunto fraude cometido por uno de sus responsables de riesgos, que en colaboración con terceros habría aceptado información falsa de empresas que buscaban financiación de la plataforma. El escándalo acabó provocando el cierre de la firma y ha derivado la causa a los tribunales. Más allá, el caso ha agitado los cimientos de un modelo de negocio que se basa en la confianza entre prestamistas, prestatarios y las plataformas que intermedian. De hecho, la Asociación de CrowdLending Española (ACLE) ha impulsado esta semana un código deontológico obligatorio para sus socios que trata de prevenir nuevas irregularidades (ver próximo punto). En segundo lugar, entre las principales plataformas de crowdlending que han desaparecido del mapa español está Funding Circle, una de las firmas líder a nivel global. La compañía británica desembarcó con fuerza en España, pero también en Francia, Bélgica y Holanda. Según fuentes del sector, al certificar que el resto de mercados crecían con mayor rapidez, terminó dándoles prioridad y cerró esta oficina.

 

Legislación y autorregulación

 

Tres niveles. La regulación de las Plataformas de Financiación Participativa (PFP) fue desarrollada en España con la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial de 2015. El sector del crowdlending negocia ahora con las autoridades una revisión de la legislación para actualizar algunos puntos y regular también el modelo de negocio de financiación de empresas mediante descuentos de pagarés y adelanto de facturas. Actualmente esta es una actividad libre no sujeta a la obtención de licencia, pero carente de las garantías del modelo supervisado de préstamos participativos directos. En paralelo, la Unión Europea ultima un reglamento del mercado de capitales que busca impulsar modelos alternativos a la financiación bancaria. A la espera de estas novedades, el sector se ha dotado de un código de conducta que exige a sus miembros auditorías internas y externas de las cuentas, transparencia en los contratos y protocolos contra el blanqueo de capitales o conflictos de interés, para dar confianza y tratar de evitar escándalos.

 

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