El ‘crowdlending’ español ya canaliza el doble de crédito que en 2015
España se posiciona como quinto país de Europa por financiación no bancaria Las compañías españolas de concesión de crédito de particulares multiplican su actividad este año
Las fuentes de financiación alternativas a la banca movilizaron 5.413 millones de euros en Europa el año pasado. La cifra supone un incremento del 92% respecto al volumen de recursos movilizados en 2014 y demuestra que los préstamos entre particulares se consolidan como una floreciente industria en el Viejo Continente.
Excluyendo Reino Unido, el país que más ha desarrollado esta actividad, la Europa continental canalizó más de 1.000 millones de euros de financiación no bancaria en 2015 frente a los 594 millones concedidos en 2014, según un informe que acaba de publicar la Universidad de Cambridge en colaboración con KPMG y CME Group Foundation.
Un pujante negocio en el que España, que acaba de consolidar su desarrollo estableciendo reglas homogéneas y sujetando a los nuevos jugadores a autorizaciones específicas, cada vez gana más peso.
“Durante los últimos tres años, las plataformas españolas de financiación alternativa han generado 103 millones de euros, y han crecido a un promedio del 75%”, subraya el documento detallando que el volumen de financiación no bancaria contratada por canales digitales creció un 39% en el año pasando de 36 millones en 2014 a 50 millones de euros a cierre de 2015. “España ocupa el quinto lugar entre los países europeos en términos de volumen total”, destaca el informe de la Universidad de Cambridge.
Y las cifras de la evolución del sector en lo que va de 2016 indican que la cifra se disparará aún más este año sobre todo en lo que concierne al llamado crowdlending. Aunque existen varias modalidades de negocio en el ámbito de las fuentes alternativas a la bancaria, desde la financiación colectiva o crowfunding, a la entrada en capital de compañías por parte de particulares, la principal actividad en este campo es el citado crowdlending, es decir la canalización de ahorros de particulares como inversión para financiar proyectos de empresas privadas sin la intermediación de entidades financieras.
Un puñado de plataformas surgidas en los últimos años, y que acaban de comenzar a obtener autorizaciones oficiales para operar, vienen desarrollando este modelo basado en diversificar mucho la inversión de cada particular para minimizar riesgos individuales al repartir el dinero de cada uno entre decenas de compañías seleccionadas por su solvencia y la solidez de los proyectos para los que requieren la financiación. Una política que de momento ha permitido al sector contener la mora en el entorno del 3% frente al casi 10% de la banca.
Para comprender mejor el funcionamiento basta con analizar la operación media que arrojan los datos recopilados por los estudiosos de Cambridge: en España, el préstamo tipo para financiar a una empresa asciende de media a unos 24.868 euros aportados por un total de 85 particulares que dedican unos 290 euros cada uno. Los autores del informe hacen notar, sin embargo, que el tamaño medio de los préstamos españoles es menor que el de los que se conceden en otros países europeos.
“Por ejemplo, en Reino Unido, el tamaño promedio de los préstamos es aproximadamente de 90.000 euros mientras que la media europea se acerca a 100.000 euros”, ilustra. Hay que tener en cuenta que el grueso de esta financiación va dirigida a pequeñas y medianas empresas.
Pues bien, los datos que conciernen únicamente a las empresas de crowdlending de cuño local indican que el volumen de financiación canalizada a cierre de agosto asciende ya a 21,6 millones de euros frene a los 9,6 millones concedidos en el mismo periodo del año anterior, según la información recopilada por la web especializada P2pbanking, que recoge la actividad de Arboribus, Comunitae, Growly, Loanbook, MytripleA y Zank.
De hecho, se han superado ya los 16,8 millones concedidos en todo 2015. Aparte quedan además los datos que suman otras firmas implantadas en el país como el líder europeo Funding Circle. Se espera, además, que este crecimiento se refuerce en los próximos meses ahora que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha comenzado a repartir las licencias específicas para ejercer esta actividad y que nuevos jugadores, como el galo Lendix, ultiman su desembarco.
Inbonis o el algoritmo de riesgo para financiar a las pymes
Una particularidad de las empresas españolas dedicadas a facilitar financiación alternativa a la de la banca, según el reciente estudio elaborado al respecto por la Universidad de Cambridge en colaboración con KPMG y CME Group Foundation, es que su rango de automatización en la selección de proyectos a los que apoyar es bastante más alto que el que se aplica en otros países europeos. Precisamente en este campo es en el que destaca la firma Inbonis, una nueva compañía especializada en la financiación de préstamos directos a pymes (no de particulares si no de fondos). La compañía ha diseñado un potente algoritmo que tomando cierta información básica sobre las pymes que solicitan financiación, entre la que destaca su historial de pagos y riesgos, permite responder en solo 48 horas a las solicitudes de crédito. La firma ofrece un único producto financiero, préstamos de entre 15.000 y 250.000 euros dirigidos a pymes que estén directamente gestionadas por sus propietarios –con los que se mantiene una videoconferencia– y que facturen más de 100.000 euros. Además, a los interesados se les exigen al menos tres referencias de su entorno, como proveedores y entidades financieras que puedan dar cuenta de su actividad e historial. La firma, que asegura poner el foco en el nicho de pymes que la banca no llega a financiar o a la que su política le impide ampliar más el crédito, ha financiado desde febrero a unas 60 empresas a un tipo de interés medio del 7%. Una de las señas de identidad del negocio de Inbonis es que no exige a los empresarios a los que financia que aporten garantías personales sino un compromiso con el proyecto: se exige que los propietarios sean también los gestores.