¿Por qué crece tanto el crédito al consumo?
Probablemente esté reflejando un comportamiento de gasto pospuesto desde la crisis
Tras varios años aguantando un frigorífico que funciona mal quizás ha llegado el momento de cambiarlo. Cuando comenzó a dar los primeros problemas hace cuatro años las circunstancias no lo hacían posible. Aunque las condiciones de financiación eran buenas, había demasiada incertidumbre. Ahora, las condiciones son mucho mejores y, además, se han disipado las dudas sobre la marcha de la economía.
¿Por qué crece ahora tan fuerte el crédito al consumo? Está reflejando probablemente un consumo pospuesto durante la crisis. Aumenta a ritmos del 15% anual, casi el doble del crecimiento medio en la zona euro. Pero es que entre 2011 y 2012 caía un 12% en España frente a un descenso del 2% en Europa. Podemos interpretar el fuerte aumento actual del crédito al consumo como la vuelta a la normalidad en un contexto de mejores perspectivas económicas y de empleo para las familias españolas.
El crédito al consumo supone el 57% de la financiación bancaria a hogares no hipotecaria. Y esta representa el 16,7% del préstamo total a los hogares. No parece un porcentaje excesivo, incluso por debajo de los niveles precrisis. ¿Supone un riesgo para los bancos? La financiación al consumo tiene menores garantías de devolución que, por ejemplo, el préstamo hipotecario. Sin embargo, esto no significa que implique un riesgo que los bancos no puedan acotar y gestionar. Precisamente los cambios regulatorios durante la crisis han perseguido reforzar la protección al cliente y dotar de mayor estabilidad al sector financiero. Los bancos son responsables en la concesión de crédito, y ahora operan bajo un esquema de mayor transparencia y control por parte de las autoridades. Y también de elevada competencia bancaria como la existente en España. Todo ello en beneficio del cliente.
El aumento del crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero centra el fuerte dinamismo de la financiación no hipotecaria a hogares. A finales del año pasado, esta crecía a ritmos del 25%, frente al 5% del resto de la financiación al consumo. Se trata de una de las modalidades de crédito con una tasa de morosidad más baja, del 3,3% actual frente al 3,9% a finales del año pasado bajo una tendencia claramente decreciente. Esta mejora en la tasa de impago contrasta con la relativa estabilidad en niveles bajos recientes del resto de la financiación bancaria al consumo. No son cifras inquietantes.
La última encuesta sobre préstamos bancarios del BCE muestra que las condiciones de financiación están mejorando en España en el caso especialmente de los hogares, que han aumentado con fuerza su demanda de crédito.
En Europa también mejora la oferta de fondos por parte de las entidades de crédito, pero con una demanda de los hogares mucho más moderada. La mayor demanda relativa de la financiación bancaria al consumo en España es también un indicio de un consumo que recupera posiciones tras la crisis, aunque ahora se ve acentuada por un escenario como el actual de elevada fortaleza económica. El Banco de España afirma en su último informe de estabilidad financiera que el fuerte crecimiento de la financiación al consumo debe contemplarse bajo unos niveles de partida reducidos. También advierte, ahora que la concesión vuelve a la normalidad, que seguirá con atención su evolución en los próximos trimestres. Sin duda, el supervisor supone una garantía frente a potenciales excesos futuros que puedan surgir y deja patente la estricta supervisión a la que están sometidos los bancos en estos momentos.
El objetivo último de las entidades es impulsar el crecimiento y generar prosperidad, lo que significa financiar, en las mejores condiciones posibles, los deseos y necesidades de las familias. Como la compra de un frigorífico nuevo cuando el actual renquea. Este compromiso de servicio al cliente de los bancos explica en buena parte el elevado dinamismo de la economía española.
José Luis Martínez Campuzano es Portavoz de la Asociación Española de Banca