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La guerra comercial puede salirle por la culata a Trump

BMW y Daimler podrían reducir su producción en EE UU, gran parte de la cual exportan a China

Un empleado de la fábrica de BMW en Carolina del Sur (EE UU).
Un empleado de la fábrica de BMW en Carolina del Sur (EE UU).REUTERS

La guerra comercial de Donald Trump puede salirle por la culata. BMW y Daimler venden un sorprendente de vehículos de fabricación americana en China. Si la retórica arancelaria del presidente estadounidense se hiciera realidad, ambas empresas podrían reducir la producción en EE UU. Si quiere conservar los empleos en lugar de perderlos, debería aceptar la paz que ofrece Pekín.

El día 10, el presidente chino, Xi Jinping, prometió rebajar “considerablemente” este año el arancel del 25% para los automóviles. Parece una oferta de paz después de las anteriores amenazas de ambos países, incluida una subida por parte de China de dicho arancel a los vehículos, hasta el 50%. Dado que los alemanes BMW y Daimler envían muchos coches de sus plantas de EE UU a China, los trabajadores estadounidenses de las mismas serían los más afectados por una subida. El año pasado, los 10.000 empleados de BMW de su planta de Carolina del Sur produjeron 370.000 vehículos, el 15% de su total mundial. Una cuarta parte, en su mayoría deportivos de lujo, fueron exportados a China. El propietario de Mercedes Daimler, cuya planta de Alabama emplea a 3.700 personas, exportó cerca de 70.000 vehículos al país asiático el año pasado.

En parte se debe a que los costes laborales en EE UU son más bajos que en la fuertemente sindicalizada Alemania; además, los estados de EE UU han ofrecido incentivos fiscales. Esos esfuerzos pueden verse socavados a menos que Trump renuncie al proteccionismo. En lugar de absorber el coste de la subida de los aranceles –según Deutsche Bank, sumarían 1.700 millones de euros para Daimler y BMW– tendría sentido que los fabricantes sacaran su producción de EE UU. Varias empressas de fuera de China ya han aumentado su producción allí a través de joint ventures con grupos locales. El año pasado, el 70% de los coches Mercedes-Benz vendidos en China se fabricaron en el país. BMW comenzará a producir un popular modelo de la Serie X en China este verano con su socio local Brilliance Automotive.

Es irónico, ya que originalmente, Trump consideraba un agravio que las prácticas comerciales de otros países afectaran al empleo de EE UU y robaran know-how. Xi ha tendido la mano: lo mejor para los trabajadores de EE UU es que Trump se la estreche.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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