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El Foco
Tribuna
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La economía de EE UU es de hierro, no de porcelana

Las previsiones de la Fed dibujan un futuro de crecimiento sostenido y mercado laboral sólido

Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos.REUTERS

En Predictive Analytics, Eric Siegel dice que la inteligencia artificial que utilizan sitios web de citas como Match.com, eHarmony y OkCupid predicen que aquellos varones cuyo perfil dice “atractivo” son –estadísticamente– susceptibles de no tener éxito en los encuentros. Para saber por qué ya no está de moda la famosa canción española de los años setenta Que se mueran los feos y sí, en cambio, Te doy el pésame, guapo hay que leer ese libro y otros muchos de moda, que dan razón de por qué Hollywood sabe anticipadamente qué películas van a triunfar, los diseñadores tienen certeza de la ropa que las personas compraremos, las empresas identifican qué empleados querrán abandonar la compañía o Barack Obama ganó las elecciones de 2012, sabiendo de antemano el resultado.

Para conocer estas y otras cosas es menester, hoy, acudir a tecnologías como big data, cloud computing, machine learning, etc., y, por supuesto, inteligencia artificial. Las cinco grandes empresas del mundo, de Norteamérica, de la Bolsa americana, del sector tecnológico, todas tienen ya –o están desarrollando– su propia inteligencia artificial. Apple, con Apple Neural Engine; IBM, con Watson; Salesforce, con Einstein; Google, con Deepmind; Amazon, con Alexa; Microsoft, con Tay; Facebook, con Fair (que desarrolló dos robots que, al ponerse a hablar entre ellos con/en su propio idioma, llevó a Facebook a desconectarlos), etc. Citar estas empresas es relevante, porque informan la vida de personas, empresas y economía. En el caso de la economía, el arte de predecir no es nuevo: Alan Greenspan, en The map and the territory 2.0. Risk, human nature and the future of forecasting, afirma que es una ciencia que se remonta al inicio de la humanidad, motivo por el que se refiere al primer hombre como homo economicus.

El deseo de saber qué va a pasar con la economía en el futuro ha existido siempre, aunque solo sea porque, en Estados Unidos –Universidad de Míchigan– y en España –CIS– se miden las prioridades y expectativas de los ciudadanos y la economía personal siempre aparece en primer lugar. Lo mismo miden los países de la OCDE y si no lo hace el Tercer Mundo es porque su única preocupación es sobrevivir.

Si Amazon adivina nuestros gustos y nos presenta ofertas de productos que Alexa sabe que nos va a interesar comprar, cuánto más Gobiernos, bancos centrales y ministerios de economía querrán saber, por ejemplo, si el consumo de los hogares y la inversión empresarial (dos de los principales componentes de la demanda interna del PIB, junto al consumo de las Administraciones) aumentarán o no en el futuro.

A este respecto, es revelador haber leído el comunicado de la Reserva Federal del 20 de septiembre. Medios de comunicación ponen énfasis en muchas cosas pero, como en tantas ocasiones, los árboles no nos dejan ver el bosque. Lo más relevante del comunicado de la Fed es la afirmación –muchas veces repetida– de que el mercado laboral norteamericano “continuará fortaleciéndose y la economía seguirá creciendo moderadamente”. Es un buen titular, aunque no lo he visto en ningún sitio. Los titulares hablan de los árboles, que no del bosque, y el bosque consiste en una economía que se acerca al 3% en PIB y, a pesar del actual pleno empleo (tasa de paro del 4,4%), seguirá creando puestos de trabajo. Ya quisieran muchos otros Gobiernos, por boca de sus banqueros centrales, disponer de tales certezas. La experiencia histórica muestra que, tras la Segunda Guerra Mundial, la Fed nunca se ha equivocado en sus previsiones. Acude a datos de los mercados de valores, de encuestas a empresas y consumidores, elabora su propio escenario futuro de PIB, atiende a acontecimientos nacionales e internacionales que pudieren afectar al desempeño económico... Por ejemplo, Janet Yellen dice que los “huracanes Harvey, Irma y María, aun con efectos devastadores, tendrán consecuencias pequeñas en la economía en el corto plazo; pero la experiencia histórica muestra que este tipo de desastres naturales solo afectan marginalmente al PIB en el medio plazo”.

Un apunte. Si la Fed nunca se equivoca, ¿por qué no predijo la Gran Recesión de 2007-2009? Debería contestar Greenspan, quien previamente fue presidente de la Fed durante 19 años. Resulta extraño que, quien antes de ser presidente de la Fed se dedicó a la economía predictiva 60 años en el sector privado –sin equivocarse– no viera venir la crisis. Él se ha disculpado y ha pedido perdón, aunque no ha perdido un solo dólar con la crisis… Sabemos que muchos economistas sí previeron la crisis: desde Doctor Doom, Roubini (Crisis Economics) a la popular obra Big Short, de Michael Lewis, llevada a la gran pantalla como La gran apuesta (Brad Pitt, Marisa Tomei, Steve Carrel, etc.), en que se dice con nombres y apellidos personas y empresas que, a sabiendas de la gran recesión que se nos venía encima, callaron y se hicieron billonarios antes de que nueve millones de norteamericanos perdieran su empleo y su hogar.

La Fed dejará en octubre de reinvertir las ganancias de los bonos del Tesoro e hipotecarios a razón de 10.000 millones de dólares mensuales. Cuando ya habíamos aprendido qué significa QE (quantitative easing), de los que hubo tres, ahora nos lo quitan. Cada trimestre, la cifra aumentará en la misma cantidad hasta alcanzar los 50.000 millones mensuales para reducir el balance de la Fed desde los actuales 4,2 billones de dólares a 1,5. Los tipos de interés estatales, hoy, se mantienen en el 1%-1,25%. Yellen dejó caer que, quizá en diciembre, suba los tipos por tercera vez en el año. Pero matiza muchas veces que “lenta y moderadamente, acorde a las circunstancias”.

El presidente Trump no debería quejarse. Obama (Yellen fue nombrada por Barack y ha sido partidaria, como su predecesor republicano, Bernanke, de inyectar dinero en el sistema financiero para aportar liquidez a los bancos y facilitar el crédito a familias y negocios) le dejó una economía creciente y con pleno empleo.

El comunicado de la Fed (20 de septiembre) es una hoja de ruta que garantizaría la salud futura de la economía americana.

Jorge Díaz-Cardiel es socio director de Advice Strategic Consultants. Autor del libro Obama’s Legacy.

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