El euro se toma un respiro: ¿qué necesita para prolongar el rally frente al dólar?
Sube un 12,55% en 2017 y alcanza máximos de dos años frente al dólar y al franco suizo Los inversores dudan de que la Fed suba tipos por tercera vez en el año
18 años y medio, 19 países y cuatro rescates después el euro vuelve a su origen. La divisa comunitaria marcó el martes los 1,1719 dólares. Ese fue el tipo de cambio que estableció el BCE para que comenzase a cotizar en los mercados financieros el 1 de enero de 1999. Una vez disipadas las dudas sobre su viabilidad, el euro avanza en pleno rally y se instaló en los 1,18 billetes verdes, en zona de máximos de dos años frente al dólar y el franco suizo (1,147 unidades de euro por franco). Contribuye a ello el crecimiento sostenido en la Eurozona (del 0,6% en el segundo trimestre) y las dudas sobre una posible ralentización de la economía estadounidense aleje una subida de tipos de la Fed.
A pesar de la recuperación vivida por la divisa en los últimos tiempos (en el año se aprecia un 12,55%), todavía está lejos de los máximos registrados el 22 de abril de 2008, antes de que la crisis de deuda se impusiera sobre la zona euro. Por aquel entonces, Jean-Claude Trichet era el presidente del BCE y los tipos de interés estaban en el 4%. Nada hacía presagiar las batallas que libraría la divisa que llegarían a cuestionar su viabilidad por la inestabilidad de Grecia, Italia o España.
La situación dio un giro en 2010. Los efectos de la crisis, las dudas sobre el sistema bancario y la incapacidad de Grecia para hacer frente a los pagos de su deuda provocaron que en 2010, la UE y el FMI entregaran a Atenas el primer rescate (en total hubo tres, el último en junio de 2015). El país heleno le siguieron Irlanda (noviembre de 2010), Portugal (abril de 2011) y en 2012 el sistema financiero español, al que el BCE, el FMI y Bruselas otorgaron 100.000 millones.
En este revuelo, el banco central efectuó sucesivas rebajas de los tipos (del 4,25% al 1,25%) hasta 2011, cuando Draghi tomó el control de la institución. Pero no fue hasta el 26 de julio de 2012 cuando el banquero italiano cambió la historia del euro con una frase: "Haré todo lo necesario para sostener el euro. Y créanme, será suficiente".
La divisa comunitaria cotizaba a un nivel ligeramente más alto que el actual. Se intercambiaba por 1,2 dólares. Y siguió subiendo (un 15%) hasta rozar los 1,4 dólares en mayo de 2014, cerca de máximos. El mercado urgía a Draghi pasar de las palabras a los hechos mientras en Estados Unidos la máquina de generar dinero funcionaba a pleno rendimiento. Y lo hizo en septiembre de 2014 cuando situó los tipos al borde del 0,05% y anunció las compras de deuda para aliviar la presión sobre los países periféricos como España o Italia. Era el primer paso de una artillería que iba sacando poco a poco: compras de deuda pública y corporativa, bajadas de tipos e inyecciones de liquidez. Así mantuvo el euro a la baja e incluso le hizo marcar mínimos de 2002. Una tendencia rota en los últimos meses.
Mientras, el euro ha salvado dos crisis que amenazaron con su continuidad. La primera, en 2015, cuando se amenzaba con la salida de Grecia si el Gobierno heleno no aceptaba nuevos recortes para extender el rescate. La segunda, hace apenas unos meses, hizo temer a los inversores que una victoria de la ultraderechista Marine Le Pen llevase a Francia fuera de la moneda común.
Más allá de un eventual frexit, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y, en los últimos meses, la actitud de la Reserva Federal y el BCE marcan el compás del euro. Los inversores empiezan a poner en duda la próxima subida de tipos de interés en EE UU, la tercera en lo que va de año. A finales de 2016, Janet Yellen fijó en tres las alzas del precio del dinero. En base a esto, los tipos deberían concluir entre el 1,25% y el 1,5%. Sin embargo, las dudas sobre la inflación empiezan a cuestionarlo.
En junio, la Fed revisó a la baja sus previsiones de inflación y espera que cierre el año en el 1,6%. La dificultad para que se haga efectiva la subida de los salarios y los bajos precios de la energía justifican estos niveles. El objetivo del 2% se retrasa a 2018. A esto se suman las expectativas de que Draghi comience a reducir los estímulos el próximo año. Una vez más, los bancos centrales tienen en su mano el futuro de las divisas.
Apunta a los 1,20 dólares
El euro parece no encontrar freno. Desde que a finales de junio Mario Draghi afirmara en el simposio de Sintra (Portugal), que las presiones deflacionistas había dado paso a las presiones reflacionistas, la divisa europea está en pleno rally. En menos de un mes ha pasado de los 1,12 dólares a los 1,18. Y los analistas creen que podría seguir subiendo.Como techo fijan los 1,20 billetes verdes, algo que dependenderá del entorno macroeconómico actual y las políticas monetarias del BCE y la Fed. No obstante, algunos como Estefanía Ponte, de BNP Paribas Personal Investor, ponenen en duda esta fortaleza y creen que el mercado solo está poniendo en precio la buena marcha de la zona euro.