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Macron logra mayoría absoluta para aplicar sus reformas liberales

El resultado convierte al presidente francés en el líder más fuerte de la UE El récord de abstención (56%) empaña la victoria de La República en marcha

Cuatro citas electorales en dos meses, cuatro victorias. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha logrado hoy alzarse con la mayoría absoluta en la segunda ronda de las elecciones legislativas al obtener 334 escaños, claramente por encima de los 289 necesarios para tener el control parlamentario.

Las primeras proyecciones ya apuntaban a una aplastante mayoría, aunque algo por debajo de los 400 escaños previstos inicialmente. Con el 97% escrutado, La República en Marcha de Macron y el Movimiento Democrático de François Bayrou suman 334 escaños, una holgada superioriridad parlamentaria al gobierno del presidente.

En la cita de este domingo, los socialistas se han desplomado, según los sondeos, desde los 280 escaños de François Hollande en 2012 a 42 escaños. Los conservadores (Les Republicains) pasarían de 194 a 127. Y el Frente Nacional de Marine Le Pen, de dos escaños a ocho por lo que seguiría sin poder formar grupo parlamentario. Sí podría la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon con 16 escaños, por encima de los 15 necesarios.

En poco más de un año, Macron ha pasado de fundar un movimiento político en la brecha de los dos grandes partidos (conservadores y socialistas) a convertirse en un presidente con plenos poderes y en el líder más fuerte electoralmente de la Unión Europea.

El éxito de Macron solo se ha visto empañado por la creciente apatía del electorado, que ha batido récords de abstención. En la primera vuelta (11 de junio) solo votó el 48,7%, una cota históricamente muy baja. Pero en la segunda vuelta de hoy, la participación ha caído aún más, hasta el 44%, 11 puntos menos que en la misma vuelta de 2012. Hace 20 años, la segunda vuelta de las legislativas de 2007 se cerraba con una participación de 71%, lo que da idea de la estampida de votantes registrada este domingo.

La fuerza del movimiento creado por Macron hace solo un año y la desmovilización del electorado del resto de grupos apunta a una configuración inédita de la Asamblea Nacional, en la que el grupo La República en Marcha del presidente apenas tendrá oposición ni a derecha a ni a izquierda.

El nuevo Gobierno, dirigido por el ex conservador Édouard Philippe, dispondrá de amplio margen parlamentario para aprobar sus reformas más polémicas, como la flexibilización del mercado laboral, el endurecimiento de las condiciones de acceso al seguro de desempleo o el ajuste de las pensiones. Pero podría encontrarse con una gran contestación en la calle, sobre todo, si La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon logra movilizar sus siete millones de votos de la primera vuelta de las presidenciales.

Satisfacción en Bruselas

La arrolladora victoria de Macron abre también un nuevo escenario Bruselas, que atraviesa un momento muy delicado y que este lunes (19 de junio) tiene previsto iniciar las negociaciones del brexit con Londres en lo que será la primera escisión en 60 años de historia de la Unión Europea.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha felicitado esta misma noche a Macron por una victoria que, a su juicio, "encarna una Francia decididamente moderna y determinada a involucrarse en un futuro marcadamente europeo".

La Comisión Europea, en un movimiento sin precedentes, respaldó a Macron en la segunda vuelta de las presidenciales (7 de mayo) y lo calificó como "nuestro candidato" frente a la eurofobia de su rival, Marine Le Pen, líder del Frente Nacional.

El programa de Macron es abiertamente europeísta y apunta a una refundación del club que, a partir de convenciones ciudadanas, de un salto en la integración política y económica que deje atrás a los países más renuentes. Pero el proyecto europeo de Macron dependerá de la sintonía que logre con otras capitales, sobre todo, con Berlín. Y con toda probabilidad deberá esperar para ponerse en marcha del todo, a las elecciones generales de Alemania, que se celebran en septiembre. Hoy, tanto los conservadores de la canciller alemana, Angela Merkel, como los socialistas de su rival, Martin Schulz, han felicitado a Macron y han descrito su victoria como un éxito para el proyecto europeo.

Macron ya se ha reunido con los principales líderes de la UE, entre ellos, con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que acudió a París el pasado viernes (16 de junio).

El presidente francés sale muy reforzado del ciclo electoral (cuatro citas con las urnas entre el 23 de abril y el 18 de junio) y en condiciones de ejercer un liderazgo europeo en un club en el que los gobierno del resto de los países grandes se encuentran en una fase interina o en franca debilidad.

Su contraparte alemana, la conservadora alemana Angela Merkel, se ha visto obligada a gobernar los últimos cinco años con los socialistas y en las elecciones de septiembre podría verse abocada a una nueva coalición, con el mismo socio o con los liberales. Y los socialistas no pierden la esperanza de poder formar un gobierno alternativo de izquierdas con apoyo de los Verdes.

En Reino Unido, la primera ministra, la conservadora Theresa May, perdió el pasado 8 de junio la mayoría absoluta, en unas elecciones adelantadas con el objetivo de fortalecerse con vistas a las negociaciones del brexit que arrancan mañana en Bruselas.

En Italia, el primer ministro, el socialista Paolo Gentilloni, se encuentra en una posición interina cuya única tarea parece ser decidir cuándo se celebrarán la próximas elecciones, si este año o en 2018. Y en España, el gobierno minoritario de Mariano Rajoy parece en condiciones de resistir hasta 2019 pero sin margen parlamentario para grandes iniciativas.

En ese escenario, la hegemonía política lograda en tiempo récord por Macron en la segunda economía de la Unión Europea devuelve al Elíseo un protagonismo continental perdido desde hace tiempo.

La Europa de Macron
Presupuesto. El presidente francés aspira a dotar a la zona euro de un presupuesto propio con capacidad de invertir, ayudar a los países en dificultades financieras y actuar como contrapeso en caso de crisis grave. Difícil con un gobierno de Angela Merkel en Berlín.
Blindaje. París también defiende el establecimiento de n mecanismo de protección de sectores estratégicos para verificar las intenciones de los inversores extracomunitarios. Cuenta con el apoyo de Berlín y es probable que salga adelante.
Prioridad. Emmanuel Macron propone una European Buy Act, similar a la de EE UU, para dar prioridad a las empresas europeas en los concursos y adjudicaciones públicas. Choca con la actual Comisión Europea , que considera esa norma inaplicable en el mercado único europeo.

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