El seguro pide cambios legales para incrementar su inversión en Bolsa
La actual regulación penaliza mucho la apuesta por la renta variable El sector tiene invertidos cerca de 300.000 millones de euros
Las compañías de seguros son el gran inversor de Europa. Las aseguradoras que operan en España mantienen un volumen de inversiones de más de 286.000 millones de euros. El sector ha sido un asidero para el Tesoro durante los años más duros de crisis, cuando incrementó las compra de bonos emitido por el Estado a pesar de que la prima de riesgo se había disparado y todos los inversores huían.
Ahora bien, con las rentabilidades de la deuda por los suelos, la industria está buscando activos en los que invertir que ofrezcan buenos rendimientos. Uno de ellos es la Bolsa. El sector reclama a los reguladores que cambien las leyes para que estas inversiones tengan un tratamiento más favorable.
La presidenta de la patronal del sector (Unespa), Pilar González de Frutos, reclamó ayer que la nueva legislación tenga en cuenta el papel que tienen las compañías de seguros como inversor a largo plazo. “Hemos demostrado que somos capaces de gestionar muy bien en mitad de una crisis muy dura, y eso es algo que se debe reconocer”, pidió durante la presentación de un estudio del sector asegurador como inversor institucional, elaborado por la Fundación de Estudios Financieros.
El director general de Seguros y Fondos de Pensiones, Sergio Álvarez Camiña, también presente en el acto celebrado ayer, se alineó con el sector en la necesidad de facilitar la inversión en activos más rentables que la deuda pública “para que los clientes de las aseguradoras sean partícipes de las mejoras de rentabilidades que ha traído la recuperación económica”, y apeló a la prudencia del sector a la hora de saber gestionar estas inversiones de mayor riesgo.
En la actualidad, el 75% de los activos que gestionan las compañías de seguros en España está en deuda pública o de empresas, mientras que en el resto de Europa es el 43%. El problema para incrementar la inversión en Bolsa es la directiva de Solvencia II, que regula cuánto capital debe acumular cada aseguradora en función de su tipo de negocio. La deuda pública no tiene ningún tipo de penalización mientras que en el caso de la inversión en Bolsa, la norma impone una carga de capital del 49% sobre el importe de la inversión, lo que implica un gran consumo de fondos propios.
Inversores a largo plazo
El estudio, elaborado por las economistas Mercedes Ayuso e Inmaculada Domínguez, recuerda que el seguro tiene un importante papel como inversor institucional y estabilizador de la economía, y ello pese a la crisis.
Sus autoras también reclaman que haya una recalibración de la fórmula de carga de capital en Solvencia II. Según explican, la calibración actual “asume que las aseguradoras invierten como si fueran traders, como si estuvieran expuestas a realizar ventas forzadas en el peor de los momentos”.
Sin embargo, el sector asegurador no tiene riesgo de venta forzada, “la inversión del sector no tiene carácter especulador sino que es garantista en el largo plazo. El enfoque actual de Solvencia II genera a las compañías una carga de capital excesiva que desincentiva la inversión por parte del sector”.
Las aseguradoras pretenden que los reguladores mejoren el tratamiento de las inversiones no solo de la inversión en Bolsa, sino también de otros activos alternativos, como las infraestructuras, las acciones no cotizadas, o las emisiones deuda sin rating o en participaciones. Para las acciones no cotizadas, donde suelen invertir las firmas de capital riesgo, se recomienda una reducción en la carga de capital del 49% al 22%.
Interés por otros activos alternativos
Infraestructuras. El sector asegurador tiene mucho interés por aumentar su exposición a infraestructuras: autopistas, oleoductos, parques eólicos. El Plan Juncker de la Unión Europea contempla inversiones millonarias en este tipo de proyectos y las compañías, con vocación de inversor a largo plazo, quieren participar.
Bonos verdes. La inversión socialmente responsable se está desarrollando con fuerza en los últimos años, especialmente con la emisión de bonos verdes (proyectos que servirán para combatir el cambio climático). El sector asegurador español quiere participar en este tipo de emisiones.
Empresas no cotizadas. En Estados Unidos hay mucha tradición de que los grandes inversores institucionales destinen una parte de su cartera a compañías que no cotizan en Bolsa, pero en Europa casi no se apuesta por este tipo de activos por la fuerte penalización en el capital que hay para las aseguradoras.
Desde el sector se argumenta que las inversiones en Bolsa tienen un carácter muy estable, por lo que no les afecta las oscilaciones que puede haber en el corto o el medio plazo. “Hay que recordar que en las aseguradoras de otros países es mucho más frecuente que haya importantes inversiones en renta variable”, explica Pedro del Pozo Ajates, responsable de economía de Unespa. “En Francia los grupos aseguradores tienen importantes participaciones en grandes conglomerados industriales, como Renault”, apunta.
Jaime Sánchez, abogado del despacho de Clifford Chance, considera que “hay una ventana de oportunidad para cambiar la regulación de requerimientos de capital de las aseguradoras, y el sector debería aprovecharla”.
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