La revolución digital ha sido una evolución natural en la industria aeronáutica y aeroespacial, sectores tradicionalmente pioneros y muy dinámicos a la hora de aplicar las nuevas tecnologías. “Datos, conectividad y conocimiento a través de la analítica son tres factores del big data que generan valor y expectativas en rentabilidad económica, reducción de costes y nuevos modelos de negocio”, explica Alberto Reguera, director de cuentas transnacional para Airbus Military Aircraft Altran.
“Interpretar adecuadamente la información obtenida a través de los datos, que provienen de sensores, servidores, chips de un avión, de un satélite o de una nave espacial, es esencial para “la optimización de recursos o el uso y mantenimiento de los mismos”, señala Reguera.
El Airbus 380, el avión de pasajeros más grande del mundo con capacidad de hasta 800 personas, según la configuración del aparato, o el Boeing 777, conocido popularmente como triple siete, un bimotor en el que pueden viajar hasta 368 pasajeros, son fruto del análisis de millones de datos que permitió a la industria tomar la decisión de que un mayor número de pasajeros por vuelo sería más rentable que llegar antes a los aeropuertos.
Innovación, tecnología e inversión
Fabricantes. La industria aeroespacial es un sector estratégico. A falta de una política industrial nacional de apoyo a la I+D+i, empresas como Indra, Hispasat, Navantia, Antra o Airbus han tomado la delantera al Estado invirtiendo en innovación y tecnología para mantener la competitividad, y siguen jugando un papel destacado en la cadena de suministro aeronáutica global. A día de hoy, España es uno de los pocos países con capacidad para fabricar y poner en vuelo un avión.
Empleo. A escala productiva, el sector se estructura en una cadena de etapas que van desde la investigación hasta el diseño de estructuras, instrumentación y aplicaciones; creación de prototipos; ensayos; fabricación de aviones, vehículos espaciales, cohetes y todos sus componentes; mantenimiento de maquinaria aeroespacial, y gestión de datos. Todo ello supone un fuerte impacto económico, por el desarrollo de actividades especializadas y la ocupación de profesionales altamente cualificados.
También en la industria militar el almacenamiento y análisis de datos “supone un potencial enorme”, reconoce Reguera, miembro del subcomité de servicios de mantenimiento y calidad de la patronal Tedae (Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio).