La reducción de compras de la Fed elevará las pulsaciones del mercado
En 2019, puede que esté ausente un comprador del 15% del volumen de emisiones Volver al balance de antes de la crisis, menos de 1 billón de dólares, parece imposible
Los inversores se sienten cómodos con que la Fed suba los tipos, como hizo el miércoles en un cuarto de punto, hasta el 1%-1,25%. Los agentes del mercado, sin embargo, están menos acostumbrados a la idea de que la Reserva Federal de EE UU reduzca su reserva de bonos soberanos y otros activos, que se elevaron hasta los 4.500 billones de dólares tras la crisis de 2008.
El Comité Federal de Mercado Abierto ha establecido ahora un plan básico para hacer precisamente eso. La primera etapa, prevista para este año, será dejar de reinvertir todas las ganancias, a medida que los bonos del balance de la Fed venzan o sean reembolsados. Este cambio se introducirá gradualmente, en una especie de retirada inversa de los estímulos.
En el primer año, el balance podría reducirse hasta en 300.000 millones de dólares, y posteriormente en hasta 600.000 millones anuales. La Fed había previsto antes reembolsos de sus activos por debajo de esa cifra para los próximos años, excepto en 2018.
Supongamos que las cifras máximas se mantienen y, simplificando, que las reducciones empiezan a comienzos de 2018. Pasarán tres años hasta que el balance llegue a los 3.000 millones, cifra superada por primera vez en 2013, y no bajaría de ese nivel hasta 2021.
Cualquiera que sea la trayectoria a largo plazo, volver al balance de antes de la crisis, menos de 1 billón de dólares, parece imposible. El pasivo incluye ahora unos 1.6 billones de dólares en circulación, casi el doble que hace 10 años. Súmensele otros cambios en la función de la Fed, y la reserva mínima de activos factible se aproxima a los 2 billones.
Los rendimientos de los bonos soberanos cayeron el jueves, pero el final de las compras de la Fed podría acabar haciendo que suban. Se suponía que la llamada flexibilización cuantitativa haría más fáciles y baratos los préstamos, y la marcha atrás debería tener el efecto opuesto. El año pasado, la emisión combinada de bonos y MBS (derivados respaldados por hipotecas) fue de algo más de 4 billones. En 2019, puede que esté ausente un tremendo comprador de casi el 15% de ese volumen. Ciertamente, es suficiente para elevar el ritmo cardíaco de algunos.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de Cinco Días.