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Santander y BBVA analizan presentar una oferta final por Popular

Botín prepara una ampliación de capital de unos 5.000 millones para realizar una potencial oferta sobre el banco presidido por Saracho El BCE no reacciona ante las peticiones de Popular realizadas por teléfono

Ana Patricia Botín, presidente de Santander
Ana Patricia Botín, presidente de Santander

Emilio Saracho ya ha conseguido un potencial comprador, Banco Santander. El banco que preside Ana Botín tiene previsto realizar una ampliación de capital por unos 5.000 millones de euros, según Bloomberg, para absorber al que ahora sigue siendo el sexto banco español si finalmente cierra la compra de la entidad.

Varias fuentes financieras aseguran que BBVA también ha informado a Popular de su interés por analizar sus números para presentar una oferta si finalmente le compensa su compra con las sinergias que pueda conseguir. Aunque Santander parte como favorito. Hay que tener en cuenta que el comprador de Popular será líder en el mercado español.

La entidad que preside Ana Botín ofrecería una prima a los accionistas de Popular, cuya capitalización es de 1.334 millones, y reservaría una parte para asumir las provisiones que Popular necesita para sanear su exposición al ladrillo, y que parece que no subirían de los 1.500 millones. Con ellas, Popular subiría al 50% su tasa de cobertura inmobiliaria, frente al 38% actual.

Además, podría reservar fondos ante los posibles litigios de accionistas que acudieron a la macroampliación de junio de 2016, con la que Popular captó 2.500 millones. Con la operación, Santander alcanzaría unos activos próximo a los 471.000 millones de euros y adelantaría a Caixabank en España.

De los tres grandes bancos interesados solo Bankia se habría retirado de esta subasta, que puede convertirse en competitiva si Santander y BBVA mantienen su apuesta por crecer en España con la compra del que ha sido históricamente el primer banco en cuota de mercado en pymes. Las ofertas vinculantes, no obstante, no se presentarán hasta el sábado, aunque la decisión de quién se quedará con Popular no se produciría hasta que ambos bancos estudien en profundidad el balance de la firma que preside Saracho.

La confirmación de la apuesta de Santander y en menor grado por BBVA por Popular se produce justo el mismo día en el que Saracho tenía previsto reunirse con el Banco Central Europeo (BCE) para abordar el futuro de la entidad. Pretendía solicitar una serie de medidas para amortiguar el castigo que está sufriendo la entidad. Entre ellas se encontraba activar medidas de liquidez en el caso de que el goteo de salidas de depósitos siga.

También pretendía solicitar más tiempo para realizar una ampliación de capital para reforzar sus ratios en 2018, en el caso de que no venderse la entidad en breve. Pero todo se ha precipitado, razón por la que Saracho suspendió su visita a Francfort y realizó sus peticiones por teléfono. La contestación del BCE a sus reclamaciones no fueron demasiado optimistas, entre otras razones porque el supervisor europeo prefiere que Popular sea vendido y así no intervenir en la operación.

La caída en picado de las acciones de Popular en las últimas sesiones han sido el detonante para acelerar el análisis de las potenciales ofertas. La entidad que preside Emilio Saracho volvió ayer a hundirse un día más. Sufrió otro retroceso del 6,21%, con lo que sus acciones cerraron a 0,317 euros, precio que ahonda en mínimos históricos, y se alejan incluso del último valor que algunos consejeros podían considerar todavía factible para la venta del banco –entre 0,45 y 0,40 euros por título–. La entidad encadena ocho sesiones de fuertes pérdidas. Solo en las últimas cinco sesiones su capitalización se ha reducido en más del 50%.

Fuentes financieras aseguran que el Gobierno habría intentado que Bruselas permitiera conceder avales al comprador de Popular para cubrir demandas por la ampliación de capital del pasado año.

Los ADR de Santander en Wall Street han reaccionado con una caída del 3,125%, hasta los 6,36 dólares.

Venta de inmuebles

En paralelo Banco Popular ha encargado a KPMG el diseño de una cartera de inmuebles con vistas a su venta cuyo valor podría ascender hasta 2.000 millones de euros, con el objetivo de reducir de forma acelerada el elevado volumen de activos improductivos de que dispone en balance.  Este plan, adelantado por el medio digital 'Vozpópuli', permitiría  a la entidad presidida por Emilio Saracho acelerar la venta de activos  improductivos, la mayoría de ellos vinculados al ladrillo, por importe de casi 37.000 millones de euros, uno de los principales aspectos que restan valor al banco ante una posible operación corporativa.

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