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Trump pretende poner el dinero en manos de ciudadanos y empresas

Aunque se percibe cierta complacencia en el mercado -el ritmo de compras de fondos de renta fija ha llegado a ser 119.000 millones de dólares lo que va de año y de renta variable 107.000 millones -el comienzo más fuerte desde la crisis financiera- el crecimiento económico global positivo ayuda y da cierta tranquilidad.

Hay que tener en cuenta que en EEUU hay recuperación generalizada del mercado laboral y el gasto fiscal puede paliar el efecto del ajuste monetario. Lo positivo del presidente Trump es que intenta implantar medidas para poner el dinero en manos de ciudadanos y empresas, lo que debe fomentar gasto, inversión y recaudación. Al mismo tiempo la actividad económica en Japón sigue fuerte, impulsado por las exportaciones y producción manufacturera, así como aceleración del consumo privado e inversión empresarial.

Mientras en la euro zona el crecimiento del PIB probablemente supere 1,5% este año con ayuda de la demanda interna, avances del mercado laboral, repunte de inversión pública y mejora de las exportaciones. De hecho la transmisión de estímulo monetario del BCE es más fluida. Además el Brexit ha resultado ser un clarísimo toque de atención para la lenta dinámica en la Unión Europea. De todas formas Brexit no es bueno para nadie, pues Reino Unido es la segunda economía europea y segundo aportante de fondos comunitarios. En el mejor de los escenarios se trata de que produzca el menor daño posible. El caso es que en Europa, a diferencia con EEUU no se contempla de momento reducciones de impuestos, más bien todo lo contrario.

Renta fija en Latinoamérica y variable en Asia

Además la mejora de la demanda externa está respaldando a las economías emergentes, especialmente China, cuya producción industrial crece a tasa anualizada de 7,6%, la mayor desde diciembre de 2014, mientras su estímulo fiscal ayuda a paliar en parte su endurecimiento monetario.

La mejora del crecimiento y moderación de la inflación en otros países emergentes también está dando soporte y es una de las áreas que mirar con atención, pues, tras cinco años de desaceleración, estos países se van a beneficiar de la mejora económica de Japón, EEUU y Europa. Se pueden conseguir rentabilidades de doble dígito, pero hay que ser muy selectivos. En concreto miramos renta fija en Latinoamérica y renta variable en Asia.

Liquidez menos favorable en el segundo semestre

De momento el estímulo monetario de los bancos centrales de EEUU, Euro Zona y Japón contrarresta las condiciones más restrictivas de China, donde la liquidez de su banco central se ha llegado a contraer más de 10% anualizado.

Pero las condiciones de liquidez se volverán menos favorables el segundo semestre. Con la inflación cerca del objetivo a largo plazo la Reserva Federal probablemente vuelva a aumentar tipos de interés este año y endurezca la política monetaria reduciendo gradualmente su balance, en el equivalente a una o dos subidas de tipos. Además en la Euro Zona es probable que el BCE, una vez superada la segunda ronda de las presidenciales francesas, retire su sesgo expansivo en las dos próximas reuniones, siendo probable una reducción de compras de bonos durante 2018.

El caso es que a tres años vista puede haber concluido la normalización de tipos de interés en Europa -el balance del banco central es tan grande y la liquidez tan enorme que no hay forma de que se haga de manera inmediata-. De todas formas no es previsible que los tipos interés a largo plazo en Europa se muevan mucho en el corto plazo.

Es importante la cautela

Así que es importante la cautela, sobre todo por valoraciones, pues venimos de cinco años políticas monetarias laxas, con coste casi cero de los créditos e incremento muy importante del precio de los activos, de manera que hay muy pocos activos baratos. Pero hay oportunidades para estructurar una cartera acorde con el momento.

De hecho la renta variable sigue más atractiva que la fija -donde diez billones siguen en rentabilidades a vencimiento negativas-. Además el optimismo respecto a empresas europeas se ha mantenido elevado, con récord de entradas de 345.000 millones en la región para fusiones y adquisiciones el primer trimestre, un precursor de la reasignación de inversores institucionales hacia renta variable. A ello se añade que las acciones europeas cotizan en mínimos de 20 años respecto a las de EEUU y han aumentado las estimaciones de crecimiento de beneficios para 2017 por encima del 10%, mientras se han reducido ligeramente, al 10% para las empresas de EEUU.

Además sobre ponderamos renta variable japonesa. Las perspectivas de Japón son positivas y sus acciones las más baratas de todos los mercados desarrollados, mientras el Banco de Japón proporciona respaldo con compras de fondos cotizados de bolsa nacionales a ritmo de 7,5 billones de JPY. Pero infra-ponderamos renta variable de EEUU, cuyo precio/beneficios está a dos desviaciones estándar por encima de valor razonable, igual que al final de 1999, antes de que estallara la burbuja tecnológica.

Además seguimos positivos en renta variable emergente y Pacífico ex Japón, dada la fortaleza económica china.

Aumentando los riesgos no se obtiene necesariamente mayor rentabilidad

El caso es que reglas del juego han cambiado. El inversor estuvo acostumbrado a una rentabilidad del 5% en deuda del gobierno con una inflación es en torno a 3%.

Pero los próximos años entramos en un entorno donde la rentabilidad en renta variable puede ser 5% a 6% y en bonos 2% a 3%, la mitad a que estábamos acostumbrados. De hecho la deuda pública de la euro zona no paga.

Además el diferencial a vencimiento en deuda de alta rentabilidad europea se ha reducido a 3,3% respecto al bono alemán, casi la mitad que a comienzos del 2016 y es más vulnerable a cambios de tipos de interés si la economía cobra fuerza. Si el crecimiento económico fuera decepcionante esa prima es escasa respecto a un aumento de impagos.

Sin embargo la deuda grado de inversión de EEUU es mucho más barata que la europea y puede verse favorecida por la estabilidad de los beneficios empresariales.

Además vemos potencial en deuda emergente en moneda local, no tanto como hace meses, pero en un entorno económico positivo, con previsible apreciación de la mayoría de monedas emergentes frente al dólar es, por valoraciones, el mejor segmento de renta fija.

Por su parte la deuda del Tesoro de EEUU proporciona cobertura frente a riesgos geopolíticos o debilitamiento del crecimiento económico.

Así que el inversor tiene que informarse y cambiar de mentalidad, no tanto para aumentar riesgo y tratar de obtener mayores rentabilidades, sino para entender bien los riegos y hacerse una idea de que rentabilidades puede obtener. De hecho hoy día aumentando mucho los riesgos no se obtiene necesariamente mayor rentabilidad.

En concreto para obtener una rentabilidad de 2% hay que soportar volatilidad de 4% en renta fija y es necesario contar con productos de rentabilidad absoluta. Para una rentabilidad de 3% a 4% con volatilidad controlada, no mayor de 6%, determinadas estrategias multi-activos quizá sean las más adecuadas para incluir en nuestra estrategia de inversión.

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