El boom de los chips de Nvidia puede acabar pronto
La inteligencia artificial ha impulsado las ventas del fabricante Google afirma que sus procesadores hacen 15-30 veces más rápido parte de sus tareas
Los procesadores gráficos, originalmente desarrollados para videojuegos, están impulsando los avances en aprendizaje automático e inteligencia artificial (IA). Su crecimiento ha ayudado a doblar el valor de mercado del fabricante de chips Nvidia en menos de dos años, hasta 56.000 millones de euros. Pero hay motivos para esperar un crecimiento más lento.
El aprendizaje de máquinas, igual que las imágenes de computadora, requieren cálculos repetitivos y sencillos sobre enormes conjuntos de datos, algo que los procesadores gráficos hacen muy bien.Estos chips han impulsado rápidos y grandes saltos en el rendimiento del traductor de Google, las predicciones de compras de Amazon, y la toma de decisiones de los coches autónomos de Baidu.
Aunque en torno al 60% de los ingresos de Nvidia se deriva de los juegos, su negocio relacionado con la IA tiene mucho movimiento. Las ventas de la división de centros de datos se han triplicado en el último año y representan el 14% del total. Nvidia cotiza a 33 veces las ganancias estimadas para 2017, tres veces el múltiplo de Qualcomm e Intel.
Pero hay señales agoreras. Google afirma que los chips que ha diseñado específicamente para ejecutar programas de aprendizaje de máquinas ya existentes son entre 15 y 30 veces más rápidos que los de Nvidia o Intel y utilizan mucha menos electricidad. Eso ha permitido a la filial de Alphabet construir menos centros de datos y reducir costes.
Algo parecido ocurrió con la moneda virtual bitcoin. Su operativa solía hacerse en procesadores Intel, pero en 2010 se pasó a usar chips gráficos. Unos tres años más tarde, las empresas comenzaron a producir chips especializados para la criptomoneda, que se han convertido en el estándar de facto.
Los chips a medida no pueden “entrenar” programas; solo pueden ejecutarlos una vez que han sido perfeccionados. Eso significa un montón de trabajo para los procesadores gráficos durante el desarrollo y mejora, pero una disminución a medida que las cosas se asientan. El riesgo para Nvidia es que el ritmo de progreso se ralentice más pronto de lo esperado.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de Cinco Días.