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Trieste y Gorizia, viaje al corazón de Mitteleuropa

La costumbre local es tomar algo en los antiguos cafésadonde iba Joyce Naturaleza y enogastronomía se conjugan con las visitas culturales

La estatua de James Joyce en el Ponte Rosso de Trieste.
La estatua de James Joyce en el Ponte Rosso de Trieste.Fotos:Aurizio Valdemarin / Marco Milani / Fabrice Gallina

Ni Roma, ni Florencia, ni Nápoles. El encanto que desprende Venecia Julia –así se denomina al conjunto de las provincias de Trieste y Gorizia, el rincón más oriental de Italia del norte, en la frontera con Eslovenia– tiene poco que ver con las características emblemáticas de las tres ciudades más conocidas de la bota.

Pero no por ello es menos cierto. Una vez recogidas las maletas en el pequeño aeropuerto de Trieste, es hacia el centro de esta ciudad –importante puerto del Imperio austro-húngaro hasta 1918– que convendrá dirigirse al principio del viaje para salir de dudas.


El castillo de Miramare fue la residencia del emperador de México Maximiliano I

Al pasear por sus calles –cuando descansa la bora, el célebre viento que las barre con ráfagas que pueden alcanzar los 150 kilómetros por hora–, uno puede fácilmente imaginarse en el papel del escritor James Joyce, que vivió aquí muchos años, o de Italo Svevo o Umberto Saba, dos clásicos de la literatura italiana, triestini de nacimiento. Y hacer lo que hacían ellos: pedir algo en uno de sus antiguos y elegantes cafés: San Marco, Tergesteo, Caffè degli Specchi o Tommaseo son solo algunos de ellos.

No puede faltar un paseo por la plaza abierta hacia el mar más grande de Europa, Piazza Unità d’Italia, rodeada de palacios históricos, todos muy austeros. O por la Piazza della Borsa (plaza de la Bolsa), en la que se encuentran el palacio del mismo nombre y el teatro lírico Giuseppe Verdi, cuya cartelera de óperas está entre las más prestigiosas de Italia. De la antigua Tergeste romana quedan unos vestigios muy interesantes, así como merece la pena visitar la catedral de San Giusto, con sus mosaicos bizantinos, y el castillo homónimo.

Una vista del Collio.
Una vista del Collio.

Ya en las afueras, recorriendo la costiera –la carretera que sale de la ciudad siguiendo la costa, espectacular por sus paisajes– es casi obligatorio pararse en el castillo de Miramare, residencia del que fuera archiduque de Austria y emperador de México entre 1864 y 1867, Maximiliano I. Desde allí, de espaldas al altiplano del Carso, se podrá abarcar con la vista un bonito trozo del Adriático, desconocido para la mayoría de turistas que visitan Italia.

En vespa, entre viñedos

Gorizia y su castillo de origen medieval, y el pequeño barrio que lo rodea, con la Chiesetta del Santo Spirito (una graciosa ermita del gótico tardío), constituye, sin duda, un destino donde las visitas culturales se pueden combinar de forma excelente con el descanso y el disfrute de la rica gastronomía local.

El castillo medieval de Gorizia.
El castillo medieval de Gorizia.

A tan solo unos 50 kilómetros de Trieste hacia el norte, esta pequeña y tranquila ciudad –que, tras la Segunda Guerra Mundial, la frontera con Eslovenia partió en dos– representa desde siempre el cruce de distintas civilizaciones: la friulana, la eslovena y la austriaca. La rodean unas colinas en las que viñedos y cerezos se han adueñado de un suave paisaje.

Es el llamado Collio, una tierra verde y próspera que proporciona año tras año unos caldos denominación de origen –blancos, sobre todo– mundialmente conocidos. ¿Por qué entonces no explorar esta campiña, esparcida de entrañables aldeas, en bicicleta o en vespa (el típico ciclomotor de Piaggio), que varios turismos rurales y restaurantes de la zona alquilan a sus clientes?

Se podrán descubrir así las bodegas locales y degustar unos platos típicos de clara matriz mitteleuropea, como los gnocchi con gulasch (estofado de carne originario de Hungría), los žlikrofi (raviolis eslovenos), la sopa de cebada y judías o postres como el strudel (una masa rellena de manzanas, pasas y piñones), las palacinke (algo parecido a las crepes) o el kugluf (buñuelo de origen austriaco).

Guía de viaje

Cómo ir. El aeropuerto de Trieste se encuentra a una media hora en coche tanto del centro de la ciudad como de Gorizia. Los vuelos desde Madrid hacen escala en Roma (Alitalia) o en Múnich (Lufthansa).

Ocio. La Subida es un alojamiento de turismo rural en la zona de colinas alrededor de Gorizia. Consta de cinco casas, un restaurante y una trattoria donde se pueden degustar platos típicos en un marco excepcional. Está en Via Subida, 52, en Cormòns.

Dónde dormir. El Savoia Excelsior Palace es un hotel de cuatro estrellas en pleno centro de Trieste, con vistas al mar y a escasos metros del muelle más conocido de la ciudad (Molo Audace) y de la Piazza Unità d’Italia.

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