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Alimentación

Agricultura avala las inspecciones oculares para certificar el cerdo ibérico

Denuncian que miles de cerdos son censados como ‘pata negra’ sin serlo El Ministerio ha realizado visitas a la asociación que determina la pureza de la raza

Piara de cerdos en una dehesa en Extremadura
Piara de cerdos en una dehesa en Extremadura

La Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico (Aeceriber) monopoliza desde 1987 el control y la gestión del libro genealógico de esta autóctona raza porcina mediante una concesión del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama). Este registro censal es el que aúna a los animales que cumplen con los criterios genéticos y de filiación que marca Bruselas para ser considerados como ibéricos en grado puro.

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Solo en la última década, Aeceriber ha recibido 5,78 millones de euros de ayudas de diversas Administraciones del Estado, según la documentación a la que ha tenido acceso CincoDías, procedentes en su mayoría del Programa Agrícola de Desarrollo Rural, cofinanciado por la Unión Europea. El grueso de esas ayudas (3,55 millones) ha salido del Mapama, mientras que la Junta de Andalucía ha otorgado 1,15 millones y la de Extremadura, otros 1,08 millones.

“En Agricultura ni amparamos el fraude ni lo permitimos”

Una pregunta del diputado de Ciudadanos Toni Cantó el pasado 27 de octubre fue la que levantó las sospechas sobre la mala praxis de la referida asociación ganadera, al acusarla de “colar” cientos de miles de hembras reproductoras en el registro censal, sin disponer de progenitores conocidos y sin ser sometidas a pruebas de filiación genética que demostraran su verdadero pedigrí racial.

El reglamento europeo 702/2014 establece con claridad los requisitos que deben cumplir las empresas que administren libros genealógicos para recibir ayudas comunitarias. Define estos archivos censales como “cualquier libro, registro, fichero o registro informático en el que se inscriban o registren los animales reproductores de raza pura de una raza determinada, haciendo mención de sus ascendientes”. De igual modo, deja claro que, “en el caso de que no se cumplan las condiciones de compatibilidad, las ayudas concedidas no quedarán cubiertas por el presente reglamento y constituirán, por consiguiente, ayudas ilegales”.

Un requisito que Aeceriber sí ha cumplido en el caso del registro principal, pero que no lo ha hecho en el caso de la sección aneja. Este archivo auxiliar fue creado en 2008 y ha servido, según las denuncias realizadas por un grupo de ganaderos a Agricultura, para que se hayan inscrito como ibéricas puras 431.000 falsas madres reproductoras, lo que constituye un 84% del censo total. La propia asociación así lo reconoció en el comunicado con el que contestó a la pregunta formulada por el diputado de Ciudadanos. “La sección aneja permite la incorporación de hembras con alguna genealogía desconocida o que no fueron registradas en su momento, pero que cumplen el prototipo racial, mientras que la sección principal requiere el conocimiento de la genealogía de dos generaciones de ascendientes como mínimo. Pertenecer como hembra reproductora a la sección aneja del libro genealógico de la raza porcina no garantiza en ningún caso una pureza racial del 100%”, señalaba el comunicado.

Fuentes del Ministerio de Agricultura consultadas por CincoDías consideran que los exámenes visuales del prototipo racial están “perfectamente reglamentados” y que sirven para determinar la pureza de la raza. Pese a ello reconocen que han abierto una investigación y que el pasado febrero ya se realizaron varias inspecciones a los técnicos de Aeceriber ante la insistencia de las denuncias por parte de estos agricultores. En esas visitas no se constató, siempre según esas fuentes, ninguna irregularidad, aunque aseguran que permanecerán alerta. “En Agricultura ni amparamos el fraude ni lo permitimos”, aseguran

El presunto fraude tiene dos vertientes. La primera es que se trata de una asociación que recibe dinero, principalmente de los fondos comunitarios, para la gestión de un registro que garantice la pureza de la raza ibérica. Incumplir esa premisa podría conllevar la devolución de esos fondos. La segunda es que los consumidores están comprando jamón como ibérico cuando puede que no lo sea.

La norma de calidad, fijada en un decreto de 2014, establece que se pueden realizar cruces reproductivos entre un macho de la raza duroc y una hembra ibérica, pero siempre que esta tenga un 100% de pureza genética de la raza ibérica y figure inscrita en el citado libro genealógico. Únicamente así la descendencia obtenida será considerada como ibérica al 50%, el porcentaje mínimo exigido por el reglamento sectorial para que los jamones puedan emplear la designación comercial ibérica.

El último cambio del reglamento

Libro genealógico. La última reforma del reglamento del libro genealógico aprobada por Agricultura ha abierto la puerta a que esta mala praxis se propague por todo el registro censal, según los ganaderos denunciantes, ya que permite catalogar como ibéricos de raza pura “a todos aquellos reproductores de ambos sexos que tengan al menos dos generaciones completas de ascendientes inscritas en el libro genealógico de la raza ibérica”. Esos mismos ganaderos apuntan que la primera consecuencia para la cabaña ibérica será que entrarán cada año miles de cerdos que no dispondrán de un 100% de pureza al ser nietos de falsas reproductoras de la sección aneja. Desde Agricultura apuntan que los cruces durante las dos siguientes generaciones se hacen con machos del registro principal, lo que les permite garantizar la pureza.

Sacrificio. Un informe del Ministerio de Agricultura revela que en la pasada campaña se sacrificaron 2,34 millones de cerdos con el 50% de raza ibérica, el porcentaje mínimo exigido por el reglamento sectorial para que pueda comercializarse con la denominación de ibérica. De ellos, una gran mayoría son criados en granjas y alimentados con pienso, seguidos por 161.392 ejemplares con un porcentaje del 75% de raza ibérica, y tan solo 172.316 animales fueron tipificados como pata negra.

Tarifas. Aeceriber, la asociación que gestiona el libro genealógico de la raza ibérica, cobra 5,15 euros por cada cerdo que reconoce. 1,15 euros proceden de la identificación oficial de reproductores, en los que no hay pruebas genéticas, y 4 por cabeza calificada.

Ayudas. La citada asociación ha recibido 5,78 millones en ayudas desde el inicio de la crisis. El importe más grande procede del Estado, con 3,55 millones de euros, a través de ayudas de la UE, seguido por Andalucía, (1,15 millones) y Extremadura (1,08).

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