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Tribuna
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Comprometidos con el empleo

Las recetas del Gobierno se han basado en reducir el déficit para impulsar el crecimiento

Cristobal Montoro explica los Presupuestos de 20017.
Cristobal Montoro explica los Presupuestos de 20017.Pablo Monge

Una legislatura que empieza necesita unos nuevos Presupuestos. Por varios motivos. En el caso de España, porque debemos transmitir el mensaje de la estabilidad política, tan importante siempre, y aún más en tiempos de incertidumbres dentro y fuera de Europa. Debemos dejar claro que aquí hay posibilidad de articular mayorías parlamentarias que apuestan por una política económica basada en la estabilidad presupuestaria para impulsar el crecimiento, y en el gasto social para corregir los desequilibrios y fortalecer la cohesión.

Además, debemos superar la parálisis de los últimos meses. Hace casi dos años que los anteriores Presupuestos llegaron al Parlamento y desde entonces han sucedido muchas cosas. Cuestiones que nos reafirman en la política presupuestaria de estos años y que, al mismo tiempo, nos invitan a actualizarla como hemos hecho con cada proyecto de ley.

España necesita unos Presupuestos y estamos plenamente convencidos de que los Presupuestos que necesita España son los que el Gobierno presentó ayer en el Congreso. Porque son unos Presupuestos que sirven para impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo; porque ponen el acento en el gasto social, como hemos hecho en los últimos años; porque apuestan por un empleo público estable y unos servicios públicos de calidad, y porque gracias a ellos conseguiremos alcanzar nuestro objetivo de déficit, para situarnos a las puertas de abandonar el Procedimiento de Déficit Excesivo de la Unión Europea.

¿Quién puede asegurar que este proyecto de Presupuestos va a contribuir a que se cumplan esos objetivos?

Lo dice la realidad que vivimos en España. La política presupuestaria que iniciamos hace cincos años, junto a las reformas emprendidas en materia económica y tributaria, están transformando un país desesperanzado y creador de desempleo, desigualdad e incertidumbre en otro que sostiene sus esperanzas en la imparable mejora de los indicadores económicos.

Estos Presupuestos son continuadores de una política que, por un lado, ha potenciado la competitividad de la economía y, por otro, ha potenciado el gasto social. No son políticas que se hayan desarrollado de una manera aislada y mucho menos de forma contrapuesta o excluyente. Todo lo contrario.

Son políticas que se han alimentado mutuamente para conseguir un crecimiento inclusivo, de tal forma que la mejora de los datos macroeconómicos se extiende al conjunto de la sociedad, tanto por la creación de empleo, como a través de la protección del Estado de Bienestar.

Nuestras recetas se han basado en la reducción del déficit público como factor impulsor del crecimiento, en reformas estructurales que han mejorado la competitividad de la economía y en dar prioridad al gasto social frente a otras alternativas de gasto público. Esa política de gasto nos ha llevado a financiar las políticas fundamentales de las comunidades autónomas, como la sanidad, la educación o los servicios sociales, de manera que, al tiempo que garantizábamos la cohesión social, impulsábamos la cohesión territorial.

El resultado es un crecimiento económico firme que ha sido del 3,2% dos años consecutivos y que desde 2014 ha creado casi un millón y medio de puestos de trabajo. Las cifras de afiliación conocidas ayer nos trasladan a los mejores años de creación de empleo en España y dejan lugar a muy pocas dudas. En los últimos doce meses el número de afiliados a la Seguridad Social ha crecido en más de 600.000 personas, lo que nos reafirma en que vamos a cumplir e incluso mejorar las previsiones. Además, el gasto en protección social se ha incrementado en 8.000 millones de euros desde 2011, lo que ha hecho que por primera vez el dinero dedicado a gasto social haya superado, en 2016, los 300.000 millones de euros.

Los Presupuestos que vamos a someter a la consideración del Parlamento caminan en la misma línea. La reducción del déficit, hasta situarlo en el 3,1% del PIB, seguirá impulsando el crecimiento y el empleo; el gasto social vuelve a subir, un 1,7% hasta llegar a casi el 56% del Presupuesto, en tanto que el dinero destinado a la financiación de las CCAA se va a incrementar en 5.386 millones de euros.

Ojalá que en los próximos días los grupos parlamentarios observen estos presupuestos sin prejuicios, a la luz de las cifras que estos años han centrado nuestra preocupación: las del empleo. Si la destrucción de puestos de trabajo fue el gran drama de la crisis, los nuevos empleos que se están creando nos dan la medida de la recuperación.

Ahora es el momento de corresponsabilizarse de esa recuperación, de la que se benefician cada vez más personas, o de dar la espalda a esta oportunidad.

No es fácil encontrar argumentos económicos para rechazar unos presupuestos que acompañan la salida de la crisis. Por eso, quien anteponga sus intereses partidistas al interés general tendrá que explicarse muy bien ante tantos españoles que ven en estos Presupuestos una esperanza de futuro.

Cristóbal Montoro es Ministro de Hacienda

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