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Autónomo y Segunda Oportunidad: así puedes librarte de un aval

La Ley de la Segunda Oportunidad contempla mecanismos para que los autónomos endeudados queden exonerados de las deudas contraídas y puedan seguir ejerciendo su actividad

Los trabajadores autónomos que hayan avalado los préstamos de sus negocios con su patrimonio personal, y no puedan hacer frente a sus deudas, pueden acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, con el fin de liberarse del aval y de las deudas contraídas. El socio director de IURE Abogados, Carlos Pavón nos explica en qué consiste este procedimiento y los beneficios que se pueden obtener a través de esta vía.

Cómo librarse del aval

La Ley de Segunda Oportunidad contempla dos vías de actuación para los autónomos que se encuentren en situación de sobreendeudamiento. Por un lado, existe un mecanismo de mediación que persigue alcanzar un acuerdo de refinanciación que se ajuste a la realidad económica del deudor y no a las pretensiones habituales de los acreedores, como puede ser el incremento de los tipos de interés o la presentación de nuevos avales.

Si no se llega a un acuerdo, se inicia el proceso de Segunda Oportunidad, que consiste en liquidar de forma ordenada el patrimonio del deudor y concederle la liberación de sus deudas. Dicha concesión pone fin al límite tradicional de responsabilidad de las personas físicas, por el que éstas debían responder con todo su patrimonio presente y futuro de las deudas contraídas, impidiéndoles seguir ejerciendo una actividad económica adecuada.

Con la Ley de la Segunda Oportunidad, los autónomos endeudados podrán llevar a cabo una liquidación ordenada de su patrimonio, quedando exonerados de todo el endeudamiento generado hasta la fecha, aunque dicha liquidación no permita cubrir la totalidad de los pagos pendientes. Esta exoneración no incluya algunas deudas contraídas con la Administración Pública.

Casos reales

Desde que entró en vigor la Ley de la Segunda Oportunidad, se han dictado numerosas resoluciones judiciales en las que se contempla la exoneración de las deudas contraídas, por cumplir el deudor los requisitos exigidos para ello.

Por ejemplo, el Juzgado de Primera Instancia nº 5 de San Sebastián concedió la liberación de las deudas con carácter definitivo a una persona física por considerar que había intentado sin éxito llegar a un acuerdo extrajudicial con sus acreedores y que cumplía todos los requisitos exigidos para ser considerado deudor de buena fe.

Otro Auto dictado el 3 de octubre de 2016 en el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Logroño estimó la condonación de su deuda a una persona física, por considerarlo deudor de buena fe al haber intentado alcanzar un acuerdo extrajudicial de pagos con sus acreedores sin conseguirlo.

Otros beneficios de la Segunda Oportunidad

Otro de los beneficios de la Ley de la Segunda Oportunidad es que todo el endeudamiento contraído hasta la fecha queda incluido en el proceso, de forma que las reclamaciones judiciales que pudieran iniciarse a causa de los impagos formarán parte del procedimiento, evitándose así embargos y ejecuciones contra el patrimonio del deudor.

Al verse liberado de la obligación de pagar las deudas adquiridas con anterioridad, el autónomo obtiene oxígeno financiero, pudiendo hacer frente únicamente a los gastos propios del desarrollo de su actividad y manutención.

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