Carlos Tavares: El coleccionista de coches va por Opel

El consejero delegado de PSA Peugeot Citroën negocia con GM la compra de su división europea

Carlos Tavares.REUTERS

Colecciona coches clásicos, y ahora también las propias marcas: dirige Peugeot, Citroën, y aspira a hacer lo propio con Opel y Vauxhall, las marcas europeas de General Motors. Antes fueron Renault y Nissan. El portugués Carlos Tavares, consejero delegado del grupo francés PSA, y piloto aficionado de carreras, no pone límites a su ambición.

PSA y General Motors emitieron el martes un comunicado conjunto en el que reconocieron las negociaciones para la venta de la división europea de la compañía estadounidense. En él destacaron las sinergias que generan los proyectos que desarrollan juntos desde 2012. “Confirmamos que estamos explorando numerosas iniciativas estratégicas destinadas a mejorar su rentabilidad y eficiencia operativa, incluida una posible adquisición de Opel / Vauxhall”. Pero, matizaban, “no se puede asegurar que se llegue a un acuerdo”.

En sus tres años al frente de PSA Peugeot Citroën, el mayor fabricante de automóviles de Francia, Tavares ha multiplicado por tres el margen de beneficio del grupo, reduciendo los costes y aumentado la cuota de mercado de la compañía en China. Cuando entró en el grupo, este se encontraba en pleno proceso de reestructuración, con cierre de fábricas y despidos. Una de sus preocupaciones principales, según sus propias palabras, es mantener los puestos de trabajo de las empresa que dirige.

Tiene fama de duro y exigente –consigo mismo el primero–, pero nunca es arrogante, recuerda un empleado suyo en Renault en la revista francesa Capital. Austero, “orientado a resultados”, como le definen en la empresa, incluso en invierno solo lleva debajo de su chaqueta camisas de manga corta, “cómodas y prácticas”. Su pasión por el cronómetro llega hasta las reuniones de trabajo, que duran 25, 30 o 40 minutos exactos, con los 5 últimos dedicados a las conclusiones.

En tres años al frente del mayor fabricante francés ha triplicado los beneficios del grupo, que cogió en grave crisis

Comprar GM Europa es un reto complicado, pues la división lleva más de una década en pérdidas. GM podría inyectar su negocio en PSA a cambio de una participación, o PSA podría pagar en efectivo. La fusión supondría combinar el tercer y el sexto mayores fabricantes de coches de Europa, que sumarían el 16% de la cuota de mercado del continente, solo superados por Volkswagen con el 24%. También ganarían potencia para financiar los costes del I+D. Tavares pretende fomentar el uso del coche eléctrico, pasión que comparte con su buen amigo el ex primer ministro portugués José Sócrates.

Nacido el 14 de agosto de 1958 en Lisboa (todavía posee un apartamento allí, y también en la región del Algarve), el CEO de PSA es hijo de una profesora de francés y de un agente de seguros de una empresa francesa. Estudió en el Liceo Francés de su ciudad, donde enseñaba su madre, y marchó a su país adoptivo a los 17 años, a estudiar matemáticas en Toulouse. Allí, preguntado por la dureza del curso, el joven Tavares respondió:“En la vida hay que saber lo que se quiere”.

Se graduó como ingeniero, con un gran expediente, en la Escuela Central París, en 1981. Consiguió su primer trabajo en Renault, como piloto de pruebas para la puesta a punto del confort y el comportamiento de vehículos como el R19, la segunda generación del Clio, y ya en la década de 1990, el nuevo Mégane, que se convirtió en un emblema de la compañía. Recuerda como un “sueño” ser uno de los diez ingenieros que pusieron en marcha un centro de ensayos de la marca.

Desarrolló allí toda su carrera, y en 2004 entró en Nissan, aliada de Renault. Con tres hijos, recuerda, le resultó difícil trasladarse a Tokio. Luego marchó a Nashville (Misisipi,EEUU) para ser vicepresidente responsable de los mercados americanos de la marca. Desde ambos lugares se trasladaba con frecuencia a Europa para competir en carreras como piloto aficionado, algo que hace desde los 22 años. Le hubiera gustado dedicarse profesionalmente, pero como reconoce, le faltaba talento para eso.

El mismo que le sobraba en los despachos. En 2011, Carlos Ghosn, presidente de Renault-Nissan, le llamó de nuevo a Francia para asumir la dirección general de la marca. Dos años más tarde, tras expresar públicamente que se consideraba preparado para asumir la dirección de una gran empresa, dejó el grupo y en 2014 se convirtió en el primer presidente no francés de PSA, aunque el hecho de ser un veterano del sector le facilitó la entrada.

Ha ganado, formando parte de un equipo de cuatro pilotos, la carrera de las 24 horas de Barcelona en dos ocasiones

Carlos Tavares debutó en el mundo del motor de adolescente, como comisario de pista voluntario en el circuito de carreras de Estoril. Viendo que era una pasión cara, decidió estudiar ingeniería para poder pagársela. En su colección de coches clásicos se incluyen un Peugeot 504 V6 Coupé de 1979, un Alpine A110 de 1976 y un Porsche 912 de 1966.

Con su equipo, Clementeam Racing (en honor a su hija mayor, Clementine), ha participado en el Rally Histórico de Montecarlo, o en las 24 horas de Barcelona, que se corren con un equipo de cuatro pilotos y que ganó en 2014 y 2015 a bordo de un Peugeot RCZ Cup. Se acuesta pronto y come frugalmente, y sigue el programa deportivo diseñado por su esposa, Arnelle, que ejerce de entrenadora: correr, ciclismo y senderismo. También le acompaña en la veintena de fines de semana al año que dedica a las carreras, y se ocupa de la logística y del blog de la escudería.

Tavares firma sus emails –no deja ninguno sin responder– con frases como “Vamos a ganar” o “Sigue luchando”. Admira a los pilotos capaces de ir muy deprisa en mojado, y recuerda especialmente la victoria de Ayrton Senna en el Gran Premio de Portugal de Fórmula 1 de 1984.

Ahora es un portugués, de un equipo francés, el que quizás tenga que volver a sacar el coche de seguridad para llevar a boxes un coche estadounidense con problemas.