El juicio por las tarjetas ‘black’ quedará visto para sentencia esta semana
El Tribunal espera concluir el juicio el próximo viernes como tarde
El búnker en que tiene sede la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares está a punto de despedirse de algunos de sus más ilustres visitantes habituales, los 65 imputados por el caso de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia, hasta hace poco lo más granado del mundo político, financiero, empresarial y sindical.
Cumplidos cuatro meses desde el arranque del juicio, que se inició el 26 de septiembre de 2016, el tribunal tiene previsto dejar el caso visto para sentencia esta semana una vez que concluyan los alegatos finales de los abogados de la defensa y la última palabra de los acusados.
Un total de 23 sesiones se han celebrado de momento, contando la de este lunes, y la Audiencia tiene previsto celebrar otras cuatro, hasta sumar 27 sesiones, si el tiempo que se tomen los letrados hiciera necesario agotarlas todas hasta llegar al viernes.
La Fiscalía Anticorrupción ha pedido para los 65 acusados un total de 171 años de cárcel. Las penas más altas han sido requeridas para el expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, al que el fiscal Alejandro Luzón pide 6 años de prisión, y para su sucesor, luego presidente de Bankia, Rodrigo Rato, para el que pide cuatro años de cárcel.
En las últimas semanas, el tribunal de la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal, presidido por la magistrada Ángela Murillo, viene escuchando a los representantes de los acusados defender que estos no son culpables de los delitos de administración desleal o apropiación indebida que les achacan las acusaciones.
Buena parte de los esfuerzos de los abogados defensores han estado centrados en cargar contra la hoja Excel aportada por Bankia en la que se detallan los cargos realizados por cada acusado, por un total de 12,5 millones de euros en gastos con las visas opacas al fisco entre 2003 y 2012.
En paralelo, Blesa, y buena parte de los acusados de su época, vienen acusando a su predecesor al frente de Caja Madrid, Jaime Terceiro, de crear el sistema de tarjetas que les ha llevado ahora al banquillo.
Rato, por su parte, ha defendido que al crearse Bankia limitó las tarjetas a un reducido grupo de directivos que disfrutaban de ellas como instrumento de liquidez con el que acceder a su salario, contradiciendo la denuncia de mala praxis hecha por su segundo, Vicente Verdú, uno de los pocos que renunció a la visa.
Las defensas de Rato y Blesa han advertido además del riesgo de que el juicio se haga a una era, a la debacle de las cajas, y no a la actuación concreta de los procesados con estas visas. Por su parte, el fiscal Luzón, por su parte, ha acusado a los acusados de mantener una actitud “depredadora” de “pillaje y rapiña” en el uso de las tarjetas.
Bankia y el FROB, como acusación particular, y la Confederación Intersindical de Crédito (CIC) y la CGT, como acusación popular, se suman al criterio del fiscal y critican que las visas se usaran sin control, para gastos personales y sin dar cuentas a Hacienda.