España se refugia en la UE para sortear la crisis del comercio mundial
Las exportaciones crecen un 1,6% hasta noviembre, estimuladas por las mayores compras de Alemania, Italia y Reino Unido
El comercio exterior en España se dispone a cerrar un año histórico. Los datos hasta noviembre revelan que las exportaciones alcanzan un nuevo máximo (233.798 millones de euros), con un crecimiento de un 1,6% anual, en un escenario en el que las ventas al exterior de Alemania o Italia crecen la mitad en el mismo período o las de Francia y Reino Unido retroceden un 1,3% y un 0,7% anual. En el otro lado, las importaciones caen un 0,9% hasta los 250.106 millones de euros y se sitúan en niveles de dos años, gracias al desplome de los precios de la energía. Solo las compras de petróleo han retrocedido un 25,1% entre enero y noviembre, como consecuencia del desplome de la cotización internacional, que abarató el barril en diez euros respecto al mismo período de 2015. El saldo comercial, que mide la diferencia entre las exportaciones e importaciones, se sitúa en un déficit de 16.307 millones de euros, el segundo más bajo desde 1997 y ya cerca del mínimo histórico de 14.558 millones, registrado en 2013. La tasa de cobertura, que sirve para calcular el volumen de importaciones que son cubiertas con las exportaciones, repunta con fuerza y queda en el 93,5%, cerca del máximo de 2013 (93,7%).
Este buen balance, sin embargo, esconde algunas zonas oscuras. El proceso de diversificación geográfica de las exportaciones españolas, muy concentradas tradicionalmente en la Unión Europea, se ha estancado definitivamente. Entre enero y noviembre, las exportaciones con destino a la zona euro suben un 4,2%, tres veces más que la media, y suponen el 51,9%, el nivel más alto desde que Rajoy llegó al Ejecutivo en 2012. En paralelo, las ventas a América, Asia o África retroceden con fuerza, con la única excepción de China, con un avance anual del 12,8%. Los datos de la zona euro muestran realidades diferentes. Las exportaciones a Francia, el mayor comprador de bienes a España con una cuota del 15,2%, caen un 1%, mientras que las dirigidas a Italia, Alemania y Reino Unido, reflejan subidas por encima del 6%. En las dos primeras, el repunte de las ventas está ligado al sector de la automoción, mientras que en el tercero está vinculado a bienes de equipo (aeronaves y material de transporte por carretera).
Ese proceso de concentración también se produce en el análisis por sectores. El más exportador sigue siendo el de bienes de equipo, que aglutina el 20,2% del total de ventas, con un crecimiento del 2,9%. Sin embargo, el que más está creciendo es el sector de la automoción, con un avance del 7,1% anual, lo que le otorga un peso del 18%. En tercer lugar se sitúa el de alimentación, bebidas y tabaco, con un 16,7% del total y un 6,1%, y en cuarto los productos químicos, con un 14,2% y un crecimiento anual nulo entre enero y noviembre. Entre los cuatro suman un 69,1% del total.
¿Qué regiones se verán más perjudicadas por el proteccionismo de Trump?
El proteccionismo comercial que Donald Trump quiere imponer no va a afectar por igual a todas las comunidades autónomas. Un informe elaborado por el Centro de Predicción Económica (Ceprede) resalta que las más afectadas son las cinco que más bienes venden a EE UU. Entre 2011 y 2015, la primera en esa clasificación fue Cataluña, con un 18,6% de las exportaciones españolas, seguida por Madrid y País Vasco (15,8%), Andalucía (15,2%) y Comunidad Valenciana (13,8%). El estudio, elaborado por Nuria Gallego y Carlos Llano, considera que este indicador no mide el nivel real de dependencia y para ello compara el volumen de ventas a la economía norteamericana con el total de las exportaciones de la citada comunidad. Y en ese indicador, la clasificación sufre un vuelco radical. La comunidad más dependiente es País Vasco, ya que las exportaciones a EE UU suponen el 7% del total, seguida por Asturias (6%), Andalucía (5,7%), Comunidad Valenciana (5,6%) y Madrid (5,3%). Especialmente llamativo es el caso de Cataluña, el primer exportador a EE UU, con un 18,6% de las ventas de bienes españolas que, sin embargo, apenas representan el 3,3% de sus importaciones.