Volkswagen, salvado por sus propios fallos
Si hubiera cumplido sus objetivos de ventas, el 'dieselgate' sería inasumible
A Volkswagen le han salvado sus propios fallos. El fabricante de automóviles está cerca de llegar a un acuerdo con las autoridades estadounidenses por el que pagará 4.100 millones de euros por manipular los datos de emisiones de los vehículos diésel. Podría haber sido mucho peor si sus ventas hubieran satisfecho las expectativas.
El coste total del escándalo supera los 23.000 millones (las provisiones son de 18.200 millones). El monto mayor fueron los 9.500 millones de la compra de 475.000 vehículos afectados en EE UU. Aunque estas cifras no incluyen la compensación potencial para los accionistas –las demandas en los tribunales alemanes suman 8.000 millones–, las consecuencias financieras deberían estar muy por debajo de los 70.000 millones que, en octubre de 2015, estimamos que podría soportar sin vender marcas o ampliar capital.
Irónicamente, la principal razón por la que VW puede pagar la factura es su bajo rendimiento crónico en EE UU, donde las leyes de emisiones para los diésel son más estrictas que en Europa y las sanciones por hacer trampas, más duras.
Solo el 20% de los compradores de EE UU optó por el diésel, frente al más del 50% en Europa
Menos del 6% de los 11 millones de vehículos diésel afectados se vendieron a conductores de EE UU, pero el país representa más del 90% del coste del escándalo. El crecimiento de las ventas en los años del dieselgate (2009-2015) estuvo muy por debajo del objetivo de la compañía.
Además, a pesar del fuerte marketing de los diésel supuestamente limpios, solo el 20% de los compradores de EE UU optó por ellos, frente a más del 50% en Europa. Si VW hubiera cumplido con sus objetivos en EE UU, igualando los niveles europeos de diésel, habría vendido casi dos millones en lugar de 600.000.
Los costes de la retirada de vehículos y de las multas y el efecto financiero en EE UU hubieran alcanzado, estimamos, los 69.000 millones. Sumándole los costes en otros países y los costes legales, la cifra estaría muy por encima del nivel de confort del grupo. El dieselgate es un raro ejemplo de que el fracaso a veces es un éxito.