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Inversión

La CE investiga el pacto de Londres y Nissan para esquivar el 'brexit'

Bruselas quiere evitar que la automovilísitica se beneficie de una ayuda de estado ilegal La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, reclama los detalles del pacto secreto

La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.
La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.Efe

La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, quiere verificar el acuerdo suscrito entre Londres y Nissan que ha salvado la multimillonaria inversión de la automovilística en la isla. Bruselas quiere cerciorarse de que las condiciones ofrecidas por el Gobierno de May a la compañía no violan las normas europeas sobre ayudas de Estado.

El acuerdo ha logrado evitar las consecuencias del brexit en la planta de Nissan en Sunderland, que da empleo a 7.000 personas, supone un tercio de la producción automovilística de la isla y depende en un 80% del mercado europeo. Sin embargo, las promesas de May a Nissan para evitar un desastre industrial podrían suponer una ayuda de estado que, en caso de ser declarada ilegal por Bruselas, la compañía debería devolver, por lo que la parálisis de la inversión acecharía de nuevo.

Fuentes del departamento de Vestager indican que “ya se ha solicitado la información necesaria” a Londres. Y aunque precisan que “no se trata todavía de una investigación formal”, las alarmas se han disparado en Bruselas, Berlín y otras capitales ante la sospecha de que Reino Unido se puede haber saltado las reglas europeas de competencia que está obligado a respetar hasta que no abandone de manera definitiva el club europeo.

"Las normas sobre incentivos a la inversión se aplican a todos", avisa Berlín

El acuerdo podría haber violado incluso normas internacionales ajenas a la Unión. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advirtió el pasado viernes en una entrevista con el diario Financial Times que Londres debe respetar las normas internacionales sobre incentivos a la inversión. Unas normas, dijo Schäuble, que “se aplican a todos [los países] sean miembros de la UE o no”.

Carlos Goshn, consejero delegado de Nissan, había amenazado tras la victoria del brexit en el referéndum del 23 de junio con paralizar la inversión en la isla a menos que el gobierno británico le garantizase una compensación por los posibles aranceles derivados de la salida del país de la UE.

La amenaza obligó al Gobierno de May a negociar con la compañía un acuerdo cuyos términos siguen siendo un enigma pero que ha logrado reactivar una inversión esencial para el Reino Unido.

“Me complace anunciar que Nissan continuará invirtiendo en Sunderland”, señaló Ghosn en un comunicado el pasado 27 de octubre. “El apoyo y las garantías del Gobierno de Reino Unido nos permiten decidir que la próxima generación del [modelo] Qashqai y del X-Trail se producirán en Sunderland”.

La reactivación del proyecto se interpretó como una victoria de los partidarios de un brexit blando, que permita a las empresas radicadas en Reino Unido acceder sin cortapisas al mercado interior de la UE.

Pero las pesquisas de Bruselas pueden sembrar dudas en Nissan o en las compañías que esperen beneficiarse de acuerdos similares, incluso si las investigaciones sobre posibles ayudas de Estado tardan meses o años en resolverse. Los trámites mantendrían una incertidumbre que, de momento, parece el principal rasgo del brexit.

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