La OIT alerta sobre el daño del empleo temporal a la empresa
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha analizado los efectos nocivos del abuso de la contratación precaria, sobre todo temporal, sobre la produtividad de las empresas. Asegura que el caso español evidencia que "cuanto más flexibilidad laboral tiene una empresa menos crece su productividad".
Tener muchos trabajadores contratados temporalmente, a tiempo parcial o como falsos autónomos puede salir barato al empresario en un principio pero estas modalidades de empleo “tienen importantes pero aún subestimadas consecuencias para las empresas”. Así lo concluye el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre lo que llama empleo atípico en el mundo dado a conocer hoy.
Dentro de esas modalidades de empleo, la OIT incluye los contratos eventuales, las jornadas a tiempo parcial, las contrataciones por pocas horas o a llamada del empresario, el uso de trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal (ETT) y los casos de falsos trabajadores por cuenta propia. El organismo ha analizado la incidencia de este tipo de empleos en 150 países de todo el mundo y España lidera el uso de estos tipos de ocupación en muchos de los casos estudiados.
En España, la modalidad de empleo atípica más utilizada es la temporal con diferencia. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa española de temporalidad ha vuelto a escalar al 27%, la más alta desde 2008, en la antesala de la crisis cuando casi el 30% de los ocupados tenían un contrato temporal. Esto hace que la OIT equipare al mercado laboral español con los de Mongolia y Perú donde también más del 25% de los trabajadores es eventual.
Estos porcentajes quedan muy lejos de la media mundial de utilización de contratos temporales, situada según este estudio en el 11%, que se cumple en aproximadamente un tercio de los 150 países analizados. La mayoría de los que cumplen la media son países desarrollados.
Asimismo, la OIT explica que más de la mitad de las empresas de todo el mundo no recurre a trabajadores temporales;mientras que solo un 7% de las compañías usa el empleo eventual de forma intensiva (más de la mitad de sus empleados son temporales).
Dicho esto, e incluyendo todas las modalidades de lo que la OIT denomina empleo atípico, estos expertos alertan de que los perjuicios de este tipo de ocupación no son solo para los trabajadores, a los que se les llega a pagar hasta un 30% menos; tienen una mayor inseguridad de ingresos; más dificultades de conciliación de la vida personal y laboral;menos formación y mayor riesgo de desempleo. Al tiempo, esta organización internacional llama también la atención sobre los efectos “poco beneficiosos” para las empresas de abusar de este tipo de ocupación.
En concreto, el estudio indica que “una excesiva dependencia de las formas atípicas de empleo puede desembocar en una erosión gradual de las competencias propias de la empresa, limitando su capacidad para responder a los constantes cambios en las exigencias del mercado”.
Así, el jefe del servicio de la OIT que ha realizado este informe, Philippe Marcadent, asegura que “los beneficios a corto plazo para las empresas, en términos de ganancias y flexibilidad, debido al uso de estos empleos pueden ser contrarrestados por la pérdida de productividad a largo plazo”. Es más, añade que existen evidencias que muestran que las compañías que hacen un mayor uso de las formas atípicas de empleo invierten menos en formación, tanto para sus empleados temporales como para los fijos; y también destinan menos dinero a mejoras tecnológicas y de innovación, que permiten mejorar la productividad.
La OIT destina especial atención al caso del abuso de este empleo por parte de las empresas españolas y las compara con las noruegas. Así, según los datos de este organismo mientras que en Noruega, nueve de cada diez empresas no tiene trabajadores temporales, solo el 48% de las empresas españolas dice no tener empleados eventuales. Un 35% los usa regularmente, frente al 8,5% del caso noruego. Y el 16% de las empresas españolas tienen más de la mitad de su plantilla contratada temporalmente, frente al 1,8% de las noruegas.
Pero, no hace falta que la comparación se haga con el país escandinavo para poner de manifiesto el caso español. De hecho, el 77% de las empresas de la Unión Europea tampoco usan el empleo temporal y solo el 16% lo hace regularmente y el 6,8% de forma intensiva.
Ante esto, la OITdice que los estudios “más implacables” corresponden al caso español que evidencia que “cuanto mayor grado de flexibilidad laboral tenga una empresa, menos crecimientos de productividad registra”.
Estos expertos van más allá de los efectos sobre las empresas y añaden que "el uso generalizado del empleo atípico puede acentuar la segmentación del mercado de trabajo y dar lugar a una mayor volatilidad del empleo, con consecuencias para la estabilidad económica" del país afectado.
Cuatro propuestas legislativas
Los expertos de la OIT hacen cuatro propuestas de reformas legislativas que, en su opinión, limitarían el abuso del empleo precario. La primera de estas propuestas sugiere “eliminar los vacíos normativos”. Así piden que los países fijen un mínimo de horas garantizado y limiten la variabilidad de los horarios de trabajo. Esto establecería unas normas de juego uniformes para los empresarios y otorgaría “importantes salvaguardas para los trabajadores a tiempo parcial y por pocas horas”. Además, reclaman directamente que “se restringan el uso de algunas modalidades de empleo atípico para evitar su abuso”.
En segundo lugar, reclaman que se refuerce la negociación colectiva que, según la OIT, “puede tener en cuenta las circunstancias particulares de cada sector o empresa, lo que ayudará a reducir la inseguridad del empleo atípico”, aseguran.
La tercera de sus propuestas afecta a la protección social de los trabajadores. Así piden eliminar o reducir los límites mínimos de horas, ingresos o tiempo cotizado en el acceso a las distintas prestaciones. Y reclaman asimismo que se facilie “la transferibilidad de los derechos entre distintos sistemas de Seguridad Social y situaciones en el empleo.
Finalmente, abogan porque las políticas macroeconómicas apoyen este tipo de empleo, a través por ejemplo de la cobertura por desempleo que cubra reducciones de jornada en épocas de crisis, ausencias por formación o bajas por cuidado de hijos.