Si se acaba la hucha de las pensiones, ¿qué me queda?
Últimos meses de 2017. Esa es la fecha límite que ha dado Marcos Peña, presidente del Consejo Económico Social, para que la ‘hucha de las pensiones’ se agote definitivamente, si no se produce ninguna entrada de dinero. No se trata de una situación actual, desde 2012 los ingresos por las cotizaciones no son suficientes para realizar los pagos, el crecimiento del empleo que ha experimentado el país no se traduce en recaudación.
A día de hoy, la cantidad de dinero que queda en este fondo asciende a los 25.176 millones de euros, insuficiente para hacer frente al pago de las pensiones de los jubilados españoles más allá de 2017. Buscar una solución que permita estabilizar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social es la principal prioridad para el gobierno.
- ¿Qué alternativas tiene el ejecutivo?
La complicada situación política que se vive en España, con un gobierno en funciones desde diciembre de 2015, no ayuda a la hora de consensuar un paquete de medidas que rompa con esta dinámica negativa. Mientras cada partido político expone sus ideas sin llegar a un acuerdo común, el final de la hucha se acerca con paso firme y veloz.
Echando un vistazo a otros países en busca de una alternativa se pueden encontrar dos vías: la primera consistiría en financiar las pensiones por jubilación a través de impuestos. Se trata de una medida que puede generar controversia en una sociedad que ha visto cómo en los últimos años ha asumido recortes en servicios públicos y subidas de impuestos; la segunda vía se basa en la emisión de deuda, la cual deberá ser asumida por futuras generaciones. Esta opción es la misma que ocurre cuando se financia deuda soberana o la de las comunidades autónomas.
Otras medidas que se barajan son las de retrasar la edad de jubilación o limitar el cobro de pensiones a una única. Indudablemente, este tipo de prestaciones se verán reducidas, lo que empieza a provocar un cambio en el pensamiento de los ahorradores españoles que podrían ver en el ahorro privado, es decir en los productos bancarios, la solución a una jubilación digna.
- ¿Qué opciones le quedan al ahorrador?
Si al crítico momento que vive la hucha de las pensiones le sumamos la situación coyuntural que viven los tipos de interés, en mínimos históricos, el futuro de los pensionistas no se antoja nada halagüeño. La rentabilidad de los productos de ahorro no es la ideal para asegurarnos un colchón de dinero que nos permita disfrutar de nuestro retiro laboral, aunque hay opciones.
A pesar de esta dinámica, lo que está claro es que los ahorradores tienen que encontrar otra vía que les permita mantener el poder adquisitivo una vez que comienza la jubilación. Para ello, estas son las mejores opciones con las que cuentan:
- Planes de pensiones
Renunciar al consumo en beneficio del ahorro es siempre complicado, más cuando la cultura financiera en España es la que es. Acostumbrados al Carpe Diem, los españoles deben cambiar su mentalidad financiera y empezar a ahorrar cuanto antes.
Para ello, los planes de pensiones privados son una de las principales vías, ya que cuanto antes se inicie, mayor será el dinero ahorrado que se obtenga. Se trata de un plan de previsión voluntaria que complementa, nunca sustituye, a las prestaciones públicas que recibimos por la jubilación, incapacidad, desempleo o fallecimiento.
Con los datos que facilita Inverco, observamos que la rentabilidad media de los planes de pensiones se encuentra en el 1,22%, siendo los de renta variable los que mayor beneficio aportan a los inversores con un 5,47%, seguido de los planes de renta variable mixta cuya remuneración se sitúa en el 3,24%.
- Fondos de inversión
El problema de este producto bancario reside en su difícil comprensión. Una sociedad se encarga de gestionar las tareas tanto administrativas como contables del fondo. Es esta gestora la encargada de decidir en qué activos se invierte y en cuáles no. A inicios de este 2016, según Inverco, los fondos de inversión más rentables se situaban en el 3,86% a 25 años y a 2,54% a 20 años.
En la actualidad, la rentabilidad a corto plazo de los fondos de inversión es negativa por lo que resulta imprescindible estudiar la capacidad económica que tenemos para no disponer de una parte de nuestro dinero durante un periodo de tiempo largo.
Contar con una cartera diversificada minimiza los riesgos de la inversión, así como valorar la importancia de ayudarse de expertos independientes que analicen nuestro perfil y nos asesoren.