Érase una vez un planeta triste y oscuro y la luz al nacer descubrió un bonito mundo de color (I)
Beethoven - Septeto para cuerdas y viento en Mi bemol mayor, Op. 20
Tercer movimiento: Tempo di menuetto
The Chicago Chamber Musicians
Harris Theater for Music and Dance (Chicago) - 14 de febrero de 2011
El Septeto para cuerda y viento, en mi bemol mayor, opus 20 (más conocido como “Septimino”) está compuesto por Beethoven para cuatro instrumentos de cuerda (violín, viola, violonchelo y contrabajo) y tres de viento (clarinete, fagot y trompa) y dedicado a la emperatriz María Teresa. La obra pertenece al periodo juvenil del autor (escrita entre 1799 y 1800 pero publicada en 1802) y fue interpretada por primera vez en un concierto público, junto a la Primera Sinfonía. Beethoven, que obtuvo un gran éxito con la obra lo que contribuyó a su fama juvenil, no le llegó nunca a gustar del todo “… en aquella época yo no sabía componer, y ahora creo que sí sé”, llegó a decir.
La obra sigue el modelo musical establecido en el clasicismo y adopta una forma ya en decadencia, la del divertimento o la serenata, destinado a los entretenimientos musicales de la aristocracia. El minueto o tercer movimiento de los seis de los que se compone la obra, alcanzó mucha fama pero no es original de esta obra ya que fue tomado de la Sonata para piano en sol Opus 49 n.º 2. Ésta última aunque lleva un número de Opus más viejo (49 frente al 20 del “septimino”) fue compuesta entre 1795-1796, tres años antes de la composición del septeto (1799-1800).
Beethoven. Sonata para piano n.º 20 en Sol Mayor, Opus 49 n.º 2
Segundo movimiento: Tempo di minueto.
Daniel Baremboim (piano)
Esta fama se afianzó en los años 80 del pasado siglo y se convirtió en una de las melodías más pegadizas de la música clásica, tras servir como sintonía (con el añadido de una letra simple y pegadiza) de una serie de dibujos animados sobre la historia de la humanidad: "Érase una vez... el hombre" (en francés: Il était une fois... l'Homme) creada por Albert Barillé y que en 26 episodios (con una duración de aproximada de unos 25 minutos ) pretendía que los pequeños descubrieran el origen del hombre y los grandes acontecimientos históricos.
La estructura de los capítulos era bastante sencilla. Cada uno abarcaba una época distinta, pero los protagonistas siempre eran los mismos. De esta forma tan simple el público infantil podíamos identificar el rol de comportamiento de cada personaje, siendo el más carismático el Maestro (siempre con su larga barba blanca y que siempre parecía, por su forma de pensar, avanzado a su época). A este le acompañaban Pedro, Flor (que muchas veces parecía hacer de su mujer) y un personaje bondadoso y fortachón (Gordo), que siempre acababa dando mamporros a los personajes "negativos": Tiñoso y Canijo.
Pero no hay nada más maleable que la historia y contarla de manera simplificada, puede llevar, como es lógico, a una serie de inexactitudes (la realidad es tremendamente compleja) que se sale de lo tolerable. Como ejemplo podemos tener que en Argentina, emitida durante la última dictadura militar (1976-1983), fue censurada porque algunos de los temas que trataba ofendieron a la Iglesia Católica. Solución: en la versión en cómic de la serie, se inventó un último fascículo, el número 27, con evidentes diferencias de estilo de los dibujantes, dedicado a ensalzar el papel de la Iglesia a lo largo de la historia.
Lo mismo sucedió en España. La visión que se daba en la serie a la etapa del Imperio español (siglos XVI-XVII) no era muy positiva. Como ejemplo pueden verse que el capitulo dedicado a las exploraciones españolas durante el XVI, como la epopeya de la circunnavegación de la Tierra, Juan Sebastián Elcano comparte con Francis Drake el éxito de la gesta. La epopeya no obstante, debería tener en cuenta que la expedición se inició al mando del portugués Fernando de Magallanes y, tras su muerte en Filipinas, fue completada por el español Juan Sebastián Elcano. Lo del capítulo 15 de la serie, por contener mensajes estereotipados sobre la leyenda negra española, debió ser inadmisible, por lo que se optó por lo más sencillo: no emitirlo. Asimismo, la serie en su emisión en España no menciona absolutamente nada de la Reforma Luterana, ni aparecen Lutero o Calvino. Que no apareciera el reformista suizo Zwingli (que, de manera independiente, llegó a conclusiones similares a las de Lutero), en aras de la simplificación infantil, puede ser incluso admisible.
La crisis del Deustche Bank
La incertidumbre sobre la situación de Deustche Bank dominaba la jornada del pasado viernes. La enorme cuantía de multa que podría aplicar el Departamento de Justicia de EE.UU. por la venta de activos tóxicos cercana a los 14.000 mill de USD era el detonante de esta nueva oleada de desconfianza a lo largo de la semana. La situación se complicó el pasado viernes, cuando en la madrugada europea (tarde americana) Bloomberg informaba que tres fondos habían optado por retirar sus posiciones de derivados de la institución alemana en un movimiento que acrecentaba la desconfianza. Esta noticia para algunos inversores les sonaba a una música muy parecida al inicio de la quiebra de Lehman Brothers, si bien existen factores que apoyan al banco alemán por una solución distinta.
Si bien el detonante de esta crisis es la multa del Departamento de Justicia de EE.UU. la verdad es que el propio Deutsche nos anunciaba en enero de este año que desde 2012 las provisiones para litigios han sumado 12.700 millones de euros (aparentemente suficientes para hacer frente a esta contingencia) además es muy probablemente ésta sea ajustada a la baja. Y así parece ser tras la filtración de que la sanción podría situarse en unos 5.400 mill. de USD.
No es un secreto que este banco presenta el principal riesgo sistémico y lo es por su enorme cartera de derivados. La primera señal de alarma sobre Deutsche Bank saltó hace algo más de tres años, cuando se conoció la elevadísima exposición que tenían a derivados financieros: entre 65-70 billones (trillones americanos) de dólares. Lo que equivale a unos 64-64 billones de euros. Esa es una cifra que supera las 20 veces el PIB alemán y cinco veces el de la zona euro. El mercado tiene serias dudas sobre la capacidad de Deutsche Bank de cumplir con sus obligaciones. Sus CDS han pasado de 100 a 250 dólares en apenas un año lo que significa que la probabilidad de impago ha subido de manera alarmante. Mientras tanto, sus acciones en Bolsa siguen batiendo día a día nuevos mínimos históricos.
Las comparaciones con Lehman Brothers no dejan de producirse. pero bien mirado, el caso de Deutsche Bank puede ser peor que el de Lehman Brothers, porque Lehman representaba cerca de un 3% del PIB americano, mientras que la problemática del Deutsche Bank (su cartera de derivados) es más del 100% del PIB alemán. Conclusión, el gobierno alemán no tiene capacidad para hacerse cargo del Deutsche Bank.
No obstante quizás deberíamos centrarnos en una posible gran similitud entre Lehman Brothers y el Deustche Bank. En Lehman Brothers sus directivos sabían el problema que tenían en la compañía, y no lo contaron para poder vender ellos antes de que lo hagan los pequeños inversores. En Deutsche puede estar sucediendo lo mismo, se supone que los directivos conocen de sobra las cuentas de la compañía. Contarlo cuando interesa supone una ventaja.
Mientras tanto todo se simplifica para construir otra narrativa de cuento infantil. A nivel político también sucede lo mismo.
NOTAS:
- En las ediciones francesa o británica la sintonía de inicio era la "Tocatta y Fuga en Re menor" de J.S. Bach. En el resto de ediciones se utilizó el "Septimino" de Beethoven con arreglos de José Luis Perales. Por cierto, algún profesor ha tenido que escuchar de sus alumnos que Beethoven era un perro.