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Unión Europea

Barroso contraataca y acusa a la CE de discriminación

El expresidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, ha reaccionado indignado a la decisión de Bruselas de someter a revisión su fichaje por Goldman Sachs y ha acusado al organismo de “discriminación”, en alusión a la tolerancia de la Comisión con las numerosas puertas giratorias que han tomado sus antiguos miembros. En el caso de Barroso, el presidente actual, Jean-Claude Juncker, anunció ayer que el Comité ético de la institución examinará el contrato del portugués para verificar si viola las normas europeas. Si se detectara una infracción, Bruselas podría pedir al Tribunal de Justicia europeo retire a Barroso su derecho a cobrar una pensión europea cuando se jubile, a razón de unos 200.000 euros al año.

Barroso asegura en su misiva, revelada por el diario Financia Times, que “en principio, no tengo ninguna objeción a que se refiera [mi contrato] al comité [ético], pero me preocuparía que ya se hubiese tomado una decisión sobre mi estatus”. El tono de la carta revela que el expresidente teme verse “condenado” por el comité, lo que pondría en peligro no sólo su pensión sino también su reputación personal e, incluso, sus relaciones laborales.

 El portugués advierte que si se le señala como culpable exigirá “saber cómo se ha tomado la decisión, quién la ha tomado y en base a qué”. La advertencia del portugués parece indicar su disposición a defenderse judicialmente. Hasta ahora, Bruselas sólo intentó retirar la pensión a una comisaria francesa (Edith Cresson) por un caso de presunta corrupción. La CE perdió el juicio y la la ex comisaria mantiene su pensión.

En el caso de Barroso, las acusaciones parecen aún más difíciles de probar. “Se ha afirmado que el mero hecho de trabajar para Goldman Sach cuestiona [mi] integridad”, señala el expresidente en la carta a Juncker. Y añade que “esas afirmaciones no tienen ninguna base y son completamente inmerecidas”.

Barroso advierte a Juncker que su decisión de remitir el expediente al Comité ético “no sólo es discriminatoria sino incoherente con las decisiones tomadas en relación con otros antiguos miembros de la Comisión”. El caso más reciente sería el fichaje por Uber (la apliación de transporte desarrollada por Google y Goldman Sachs) de Neelie Kroes, comisaria europea de Agenda Digital durante el segundo mandato de Barroso.

 Por Goldman Sachs, además, han pasado, antes o después de estar en nómina de las instituciones Europas, desde Romano Prodi (presidente de la Comisión entre 1999 y 2004) a Peter Sutherland (ex comisario) o Mario Draghi (actual presidente del BCE). La principal diferencia, que Barroso no parece tomar en cuenta, es que en 2016 la tolerancia de la opinión pública con ese tipo de puertas giratorias es mucho menor que la de la Comisión Europea.

 

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