El móvil entra en la escuela de negocios
Los profesores utilizan los ‘smartphones’ para crear situaciones virtuales que enfrentan al alumno con la realidad.
Adolfo Montalvo, asesor pedagógico de la escuela de negocios EAE, le llegó hace un tiempo la noticia de que Harvard Business School estaba instalando un botón en los asientos de sus alumnos que les permitiría votar sobre temas relacionados con los casos prácticos de estudio que se planteaban, lo que potenciaría su participación en clase.
Ahora en EAE se proponen hacer algo parecido aprovechando otro dispositivo con el que cuentan todos los alumnos: el smartphone. “El profesor anunciará en qué momento va a pedir opinión sobre un tema y coordinará su plataforma tecnológica con los móviles de los alumnos. Estos no tendrán más que acceder a la interfaz de votación y emitir su veredicto”, apunta Montalvo.
Internet dinamiza las clases presenciales y permite al docente actuar como un entrenador
Es una de las nuevas fórmulas que se han propuesto implementar las escuelas de negocios españolas para mejorar la eficiencia del aprendizaje en el aula gracias a la tecnología. Anna Iñesta, directora del Centro de Innovación Educativa de ESADE, explica que “se mantiene la experiencia presencial como elemento clave del aprendizaje”, pero “se complementa con herramientas de votación sincrónica en el aula, con la utilización de software para la elaboración en equipo de mapas conceptuales y con la participación en simulaciones o juegos formativos (serious games)”.
Los juegos –elaborados por el propio centro o seleccionados entre los materiales disponibles en el mercado– permiten “introducir nuevos temas en clase, poner los conocimientos de los alumnos a prueba, sondear opiniones y conectar con otras personas en la Red en cualquier parte del mundo”, mientras que los mapas mentales “sirven para generar lluvias de ideas en grupo”, explica Iñesta.
- Más interacción
Las últimas innovaciones están consiguiendo “potenciar al máximo el aprendizaje experiencial, el learning by doing”, expresa Jordi Carenys, director académico de EADA. En este centro se utilizan los smartphones para aumentar la interacción con los alumnos en clase a través de apps. “Los profesores lanzan preguntas, quizzes y juegos a los que los estudiantes responden desde su móvil o su tableta, lo que hace posible comprobar de forma instantánea sus conocimientos y el grado de asimilación de los temas”.
También se utilizan simuladores que permiten al alumno enfrentarse en primera persona a la dirección de una empresa, tomando decisiones y consiguiendo resultados concretos. “Actualmente contamos con 10 simulaciones distintas relacionadas con la estrategia empresarial, la gestión financiera, el marketing y las operaciones”. Y se ha dado un paso más con la incorporación de videojuegos: “A través del proyecto digital Game-based learning in business education: the role of videogames se recrea una historia, unos personajes y una situación en la que se sumerge el alumno”.
IE Business School también aplica simuladores en un gran número de cursos. El decano de Programas, Martin Boehm, pone dos ejemplos: “10 Downing Street, en el que los alumnos asumen el rol del primer ministro británico que ha de tomar decisiones económicas durante su periodo de gobierno; y The Brazil Game, donde actúan como miembros del Parlamento brasileño y deben votar para aprobar o rechazar diferentes propuestas económicas y sociales”.
Con los simuladores el estudiante puede enfrentarse, por ejemplo, a dirigir una empresa, tomar decisiones y tener resultados
La incorporación de teléfonos inteligentes al método de los casos de estudio no será la primera experiencia de EAE con las TIC. Como recuerda Adolfo Montalvo, la escuela ha lanzado “una nueva línea de másteres en formato blended (mixto) que combinan lo mejor de la modalidad presencial, con todo lo que las tecnologías pueden aportar”.
Además, el centro ha creado las videopíldoras, una iniciativa en la que “los alumnos son requeridos a grabarse desplegando habilidades trabajadas en el ámbito del desarrollo directivo, como la comunicación verbal y no verbal, los tics, la entonación, los cambios de ritmo en el discurso, etcétera”.
Entre las innovaciones de este centro también se encuentran los peer evaluation mediante rúbricas, un método con el que “cada estudiante juzga la aportación de sus compañeros de grupo a una tarea común en un entorno virtual de aprendizaje”. Y las cápsulas de vídeo, de siete minutos de duración, “un sistema inventado por uno de los profesores de EAE para explicar las principales cuestiones que se deben conocer previamente para poder seguir con normalidad su asignatura”.
En 2009, la Escuela de Organización Industrial (EOI) fue pionera en introducir la metodología mobile learning en todos sus programas formativos. Su directora de Comunicación, Tíscar Lara, explica que ahora los estudiantes “cuentan con tabletas y con todo un entorno de aplicaciones digitales que facilitan el seguimiento de las clases en cualquier momento y lugar”.
- Plataformas digitales
Para ello, en la EOI disponen de “una plataforma online con videoconferencias en tiempo real que simulan la interacción normal de un aula, blogs para desarrollar la identidad digital de cada alumno, una cuenta de correo de Google Apps, un repositorio de contenidos multimedia en abierto y una estrategia de posicionamiento web en las redes sociales”, enumera Lara. Además, la escuela cuenta con programas MOOC (cursos online, masivos y abiertos) y con un plan de construcción de identidad digital profesional, a través del cual ayuda a cada estudiante a crear su propia marca personal en Linkedin.
Desde el punto de vista académico, el uso de las tecnologías en las escuelas de negocios está siendo muy rentable. Como explica el decano de Programas de IE, “los resultados del aprendizaje en clase son mejores y los alumnos están más satisfechos; los profesores pueden explicar de forma práctica algunos conceptos complejos y los sistemas de votación y participación mejoran la experiencia y aumentan el compromiso de los alumnos”. Todo un elenco de ventajas que, sin duda, han llegado a las escuelas de negocios españolas para quedarse.
Un campus convertido en aldea global
Cuando en los años sesenta el sociólogo canadiense Marshall McLuhan comenzó a hablar de la aldea global, florecían las primeras escuelas de negocios en España. Pero ningún profesor pensaba entonces que a sus clases podrían asistir en directo estudiantes situados en cualquier lugar de la ciudad o del mundo.
Ahora, Internet ha convertido a estas escuelas en una aldea global y las aulas virtuales están transformando los programas presenciales. Según Joost van Nispen, presidente de ICEMD, el Instituto de la Economía Digital de ESIC, “a través de ellas los alumnos pueden colaborar entre sí, acceder a sus profesores, conseguir documentación y prepararse mejor”. Además, “permiten dinamizar las clases presenciales, que se convierten en foros de debate, análisis de casos y desarrollo de prototipos, con lo que el profesor actúa como un entrenador en vez de ser un simple impartidor de información”.
Alrededor de 600 alumnos de IE Business School cursan cada año un programa que combina clases presenciales con otras online, y que, como indica el decano de Programas, Martin Boehm, “reúne a través de videoconferencia a estudiantes de todo el mundo en un aula virtual”. La escuela también utiliza “simulaciones y juegos para enseñar conceptos complejos, y pone en marcha sistemas de votación para que los estudiantes tomen decisiones sobre diferentes temas”.
El Centro de Estudios Financieros (CEF) comenzó a utilizar las TIC en el ámbito académico hace 15 años, recuerda su directora de Innovación, Ana Landeta. Un periodo en el que han desarrollado “un campus virtual e incorporado las tecnologías, tanto en el ámbito presencial como en la formación a distancia, junto a un plan de formación del profesorado”.
Y otro de los campus virtuales más completos es el de Afi Escuela de Finanzas, que incluye agenda de trabajo, tutor, coordinador, unidades didácticas, test de evaluación, foro y mensajería interna. Su responsable de Marketing, Carolina Pos, asegura que “permite flexibilidad y personalización del ritmo de estudio, sin renunciar a la interacción con los profesores y compañeros”.