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Tribuna
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Viraje en el enfoque de la financiación

La financiación bancaria seguirá siendo importante para las pymes, pero deben diversificar sus fuentes de capital

El reciente informe del BCE sobre financiación de las pymes constataba la mejora de la disponibilidad de préstamos bancarios en la zona euro. Entre octubre de 2015 y marzo de 2016, solo un 8% de las solicitudes fue rechazado. Asimismo, la encuesta del Banco de España concluyó que, en el segundo trimestre, las condiciones generales de concesión de préstamos a empresas se suavizaron en toda la zona, aunque en España se mantuvieron. Se espera que este trimestre se repita esta foto.

Iremos viendo cuánto podría cambiar este escenario, pues la incertidumbre impacta a los bancos y, si los balances son menos positivos, estos pueden seguir contenidos a la hora de financiar (a la vez que buscan nuevas formas y productos). Además, la nueva medida que obliga a las entidades financieras a realizar ratings crediticios a las pymes contribuirá a la transparencia del sistema y permitirá que estas dispongan siempre de la información necesaria para solicitar un préstamo. El contexto es reconfortante sabiendo que el 90% de la financiación que las pymes utilizan es bancaria. Sin embargo, el planteamiento tradicional de que un marco es más o menos favorable para la financiación por el hecho de que haya más o menos crédito bancario merece ser actualizado. Hay que ampliar el enfoque, pues las vías de financiación de las pymes se han diversificado mucho en muy poco tiempo y las propias pymes están madurando en su cultura financiera.

Los canales de financiación alternativa son numerosos: mercado de capitales, especialmente los alternativos de renta fija y renta variable; fondos de capital riesgo y venture capital; family offices y business angels; direct lenders especializados en financiación de circulante para pymes que se animan cada vez más a prestar a mayores plazos con productos más sofisticados y similares a los bancarios... y especialmente las fintech, como las plataformas de financiación participativa. La pyme puede beneficiarse de los vehículos ajenos al cómputo de riesgo (Cirbe), aunque con matices. El mercado de capitales aquí solo es accesible para bancos y grandes empresas y, aunque el MAB y el MARF establecen un marco específico para las pymes, el sistema es aún incipiente y necesitarían cobrar una mayor dimensión.

"En Europa, la financiación alternativa creció un 146% en 2014 y generó un volumen de transacciones de 3.000 millones"

El ecosistema emprendedor y el middle market disfrutan de una aportación sostenida de los fondos. En la primera mitad del año, el venture capital invirtió 155 millones en 222 operaciones y el capital riesgo, 568 millones entre 18. A pesar del brexit y la indefinición política, se vislumbra que se mantendrá este nivel de actividad que contribuye a dinamizar a la pyme.

El salto más significativo se espera en el uso de las fintech, que abren posibilidades para el circulante de las pymes a través de préstamos P2P entre particulares, P2P business lending, trading de facturas o compensación de deudas, entre otras, mediante plataformas de inversión colectiva, figuras financieras sin licencia bancaria, no sujetas al marco regulatorio de la banca, con capacidad de prestar sin estar sujetos al cumplimiento de los ratios de capital y riesgo de Basilea III. En España, la CNMV ya ha dado las primeras licencias para hacer crowdlending.

Estos modelos disruptivos, netamente digitales, procuran liquidez rápidamente, con una operativa simple y alejada de los métodos tradicionales. Así, calarán entre la pyme a medida que se popularicen y fluya el relevo generacional, con empresarios más próximos a la economía digital y colaborativa.

Hay estudios, como el de la Universidad de Cambridge, que solo se refieren a este segmento al analizar la financiación alternativa. En Europa, creció un 146% en 2014 y generó un volumen de transacciones de 3.000 millones. Aunque Reino Unido concentra el 75%, el peso se repartirá según nazcan más plataformas y se avance en la regulación. Se espera que proliferen plataformas especializadas en nichos más pequeños, dispuestas a aceptar niveles de riesgo que las entidades financieras no pueden asumir. En España (sexto puesto en cuanto al volumen de esta financiación) se augura un gran recorrido.

La financiación bancaria seguirá siendo importante, pero es decisivo que diversifique sus fuentes de capital para tener mayor flexibilidad en su balance y una estructura financiera más saludable y, en definitiva, aprovechar la sofisticación del mercado. Y, en última instancia, para evitar estar tan expuesta en periodos donde el crédito es más difícil. Las iniciativas encaminadas a incrementar su fomento entre las pymes y al análisis de su evolución y madurez son más que bienvenidas.

Sergio Vélez e Ignacio Serra son director general y responsable de Entidades Financieras de FTI Consulting España, respectivamente.

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