Draghi ve suficientes los estímulos y reclama políticas fiscales más expansivas
La compra de activos de 80.000 millones al mes se mantendrá hasta marzo de 2017 "o más allá si es necesario" Se compromete a examinar "todas las opciones" para remodelar el programa si empeoran las expectativas
Convencido de que el programa de compra de deuda está siendo efectivo y que no hay motivos para la alarma que justifiquen nuevos estímulos monetarios, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha vuelto a ejercer de director de orquesta. Ahora, toca un ritmo suave y esperar, tal y como dejó claro en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno de la institución. Ahora, ha dicho, el BCE está centrado en una "implementación suave" del actual programa de compra de activos, y ni siquiera ha discutido una ampliación del mismo, como anticipaban algunos analistas. Una decisión (la de no actuar, de momento) que ha impactado en los mercados y el Ibex.
Y lanzó un claro mensaje a los gobiernos nacionales: es su turno. Pidió un compromiso "colectivo" en favor del crecimiento y para reducir la tasa de paro de la zona euro.
Además, señaló directamente a Berlín. Los países, señaló, tienen "margen fiscal" y deben usarlo, dentro del marco del Pacto de Estabilidad. "Alemania tiene margen fiscal", dijo apuntando directamente al Gobierno de Angela Merkel.
Las compras mensuales de 80.000 de activos se mantendrán hasta marzo de 2017 "o más" si es necesario, ha concedido el presidente del BCE. Draghi ha asegurado que los cambios en las perspectivas económicas no son "sustanciales" como para justificar ninguna variación en el programa. No toca. Las previsiones de crecimiento de la zona euros, ha dicho, son "moderadas" pero "estables".
Previamente, el consejo de gobierno del BCE mantuvo el tipo de interés rector, el que cobra a los bancos por prestarles a una semana, en el mínimo histórico del 0%, en un momento de incertidumbre política en Europa.
El BCE ha mejorado en una décima las previsiones de la economía para la zona euroeste año (prevé ahora un crecimiento del 1,7 %, lo que supone una pequeña revisión al alza respecto al 1,6% pronosticado en junio) al tiempo que ha recortado las perspectivas para 2017, hasta el 1,7 % para 2017 y 2018, una décima menos que junio.
En cuanto a la inflación, los expertos del BCE prevén ahora una tasa del 0,2 % para la zona del euro este año, del 1,2% en 2017 y del 1,6 % en 2018, prácticamente igual que en las previsiones anteriores. Aunque reconoce que llevará más tiempo de lo esperado alcanzar el objetivo de inflación cercano al 2% que marca el mandato del BCE... "pero no mucho más".
Con estos datos sobre la mesa, la autoridad monetaria se mantiene a la expectativa. Cree que el plan es "efectivo" y que la transmisión de las medidas a los mercados "nunca ha funcionado tan bien". De hecho, asegura que la fragmentación del mercado de crédito entre países y entre empresas "se ha acabado", ha señalado.
Con todo, Draghi no cierra la puerta a cambios en el futuro. "Usaremos todos los instrumentos a nuestro alcance", dijo. "Examinaremos todas las opciones para remodelar el programa de deuda si es necesario", insistió el presidente del BCE ante la insistencia de los periodistas. "Estamos preparados para actuar si detectamos signos de que las expectativas de inflación caen". Y lanzó un mensaje claro: "No está en cuestión nuestra voluntad de actuar, la facultad de actuar, la capacidad de actuar". Aclaró que el consejo de gobierno es "unánime" en su voluntad de cumplir el mandato del BCE.
Y lanzó un claro mensaje a los gobiernos nacionales: es su turno. Pidió un compromiso "colectivo" en favor del crecimiento y para reducir la tasa de paro de la zona euro. Los países, señaló, tienen "margen fiscal. Alemania tiene margen fiscal", apuntando directamente al Gobierno de Angela Merkel. Siempre, eso sí, dentro del Pacto de Estabilidad, puntualizó.
Además, también pidió continuar con las reformas estructurales "en todos los países".