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'Brexit'

Incertidumbre por el talento en la City

Londres es la ciudad deseada por los licenciados para trabajar Valoran la oportunidad profesional y su diversidad cultural

Raquel Sánchez Puerto, a punto de acabar la carrera de Administración de Empresas, salió con 23 años de su lugar de origen, La Alberca (Salamanca), con destino Londres. Quería aprender inglés, continuar su formación en Reino Unido, pero sobre todo tenía un sueño: trabajar en la City de Londres, la capital del talento financiero. Después de dos años de estancia en la capital británica, pudo hacerlo realidad: entró a formar parte del banco de inversión Deutsche Morgan Grenfell. “Tras un proceso de selección muy duro, en el que tenías que demostrar sobre todo que tenías competencias, actitud y talento, conseguí entrar”, explica Sánchez Puerto, quien recuerda, pasados los años, esta experiencia como única. “Te sientes en la cima del mundo, es un sitio privilegiado, una gran escuela donde formarte y realizarte profesionalmente, ya que Londres es la capital de las finanzas”. Esta empresaria, que hoy dirige su propia agencia de publicidad, Andrew McConochie. Design & Communication, afirma que Londres, “la ciudad más cosmopolita de Europa”, suponía para un español, que deseara emprender una carrera de altura, una gran oportunidad. “Además, casi todo el que se va regresa a su país y eso es una gran riqueza”. Ahora, con la decisión de Reino de Unido de abandonar la Unión Europea, “se abre una gran incertidumbre para aquellos que deseen abrirse camino como lo hice yo”, lamenta Sánchez Puerto.

Londres es la ciudad más deseada, según un estudio de The Boston Consulting Group, para trabajar, debido a las oportunidades profesionales que ofrece y a la diversidad cultural. De hecho, según cuenta el profesor de dirección de personas de Esade Ceferí Soler, el 20% de los alumnos de Administración de Empresas de la citada escuela de negocios, y esto ocurre desde hace 25 años, elige la City de Londres como destino profesional. “Hay una corriente entre los jóvenes para ser brokers, y ese es el mejor destino, ya que además de otros conocimientos es una gran escuela, sobre todo en habilidad negociadora”, señala el docente, que asegura que esta tendencia, aunque Reino Unido abandone la Unión Europea, no cambiará. “Habrá más trámites burocráticos y controles, pero no será un inconveniente para el talento. Se harán otro tipo de contratos, pero seguirán contando con buenos profesionales”, añade Soler.

El profesor del IESE Guido Stein considera que el brexit es una mala noticia para los jóvenes y puede haber una fuga de profesionales de fuera del Reino Unido, ante las trabas administrativas que se puedan generar a raíz de este proceso, “pero no creo que la City vaya a quedarse con la mitad de su población”.

Momentos de reflexión y de tranquilidad para evaluar las posibles consecuencias es lo que reclaman portavoces de la junta directiva de la Asociación Centro de Dirección de Recursos Humanos. La razón, esgrime, es que aún no se conocen cuáles serán los acuerdos de colaboración que se alcancen durante el proceso de separación.

“La libre circulación de personas se verá afectada, pero el grado de consecuencias dependerá realmente de cuáles sean las condiciones con las que se negocie la salida definitiva durante los próximos años”, recalcan desde la citada asociación. Ya que, según lo previsible, el proceso de separación se alargará durante muchos meses, y en este tiempo, pueden fijarse una gran cantidad de matices, también en lo que respecta a la gestión del talento en las empresas que operan en la City o que se benefician de él en otras ciudades europeas.

De hecho, todas estas medidas que están por llegar tendrán una triple vertiente. “Por un lado, quienes migren desde Gran Bretaña a la Unión Europea; por otro, quienes lo hagan desde la Unión Europea a las islas, y por último, quienes ya se encuentran en esa situación en cualquiera de las dos regiones”. Sea como sea, apuntan, las dos partes no deberían permitirse poner trabas al libre flujo de talento. “Por eso es necesario que se articulen los mecanismos necesarios para su total aprovechamiento”.

Y aunque el proceso se augura largo en el tiempo y es muy complicado predecir qué va a suceder, los interrogantes que abren el camino iniciado deberían responderse cuanto antes, “para que el conocimiento, el esfuerzo y el saber hacer de estos años no quede marginado de forma tajante”.

Por su parte, la consultora de gestión de talento Mercer analiza las consecuencias inmediatas para las empresas y los empleados, que dependerán de las circunstancias. “A corto plazo, las empresas deberán analizar la exposición que tienen con el Reino Unido y Europa en relación con sus estructuras organizativas y retributivas de su plantilla. Aunque todavía no se saben las restricciones que serán impuestas a la libre circulación de personas, es poco probable que la incertidumbre política, económica, legislativa y de los mercados se aclare pronto. La comunicación con los empleados en las empresas será crítica en los próximos meses”, señalan los expertos de la citada consultora.

En cuanto al impacto en las plantillas y la retribución de las empresas, se establecerán nuevos acuerdos bilaterales. Además, es posible que algunas multinacionales se planteen si sigue siendo adecuado tener su sede europea en Londres.

“Las empresas británicas tendrán que prepararse para los probables cambios que se producirán sobre regulación de empleo y de mercado de trabajo. Ciertos elementos pueden llegar a ser más favorables a las empresas, aunque esto puede crear un entorno de relaciones con los empleados más turbulento”. Por ejemplo, el sector bancario del Reino Unido, apuntan desde Mercer, es probable que realice cambios en la regulación, especialmente en lo que afecta a la retribución. “Podemos ver el fin de los topes en los bonos.”

De este modo, las organizaciones tienen que prepararse para un cambio en el empleo y el mercado laboral en este país, el cual podría incluir un aumento de los costes de los trabajadores británicos que vivan y trabajen en la Unión Europea.

El jugador español del Chelsea, Cesc Fábregas, llegó a Inglaterra con 16 años.
El jugador español del Chelsea, Cesc Fábregas, llegó a Inglaterra con 16 años.

La liga de fútbol, pendiente del proceso

La liga inglesa de fútbol, la Premier League, es la que más dinero invierte en importar talento. Dos tercios de los jugadores que se desempeñan en aquel torneo son extranjeros, y sus clubes son los que más gastan de Europa. Uno de los primeros efectos del brexit, la pérdida de valor de la libra, hará que los clubes tengan que abonar más dinero en su moneda local a los equipos extranjeros por las transferencias, así como a los salarios. La supremacía económica de aquella liga hace que éste sea un problema salvable.

El segundo efecto tiene que ver con la legislación laboral. Hasta ahora, como en cualquier liga europea, los jugadores nacidos en los 28 países de la UE podían fichar sin ninguna restricción. Con el escenario abierto ahora, que todavía deberá definirse, los jugadores europeos deberían someterse a las mismas condiciones que rigen en Inglaterra para los jugadores extracomunitarios. Estos deben haber jugado el 30% de los partidos de la temporada anterior si su selección nacional está entre las 10 primeras del ránking FIFA; un 45% si está entre el 11 y el 20; un 60% entre el 21 y el 30; y un 75% para los situados entre el 31 y el 50. En caso contrario, no se expede el permiso de trabajo. Según cálculos de los medios británicos, 432 jugadores europeos de clubes ingleses no habrían podido cumplir estos requisitos. También afectará a los menores de edad. Bajo ciertas condiciones, la FIFA solo permite los traspasos de jugadores de entre 16 y 18 años dentro del Espacio Económico Europeo, del que, por el momento, Londres queda fuera.

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