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Crónica bursátil

La peor sesión de la historia del Ibex

El índice de referencia de la Bolsa española cae en su viernes más negro un 12,35% El 'brexit' ocasiona la evaporación de 63.000 millones de valor bursátil

Guarden este viernes negro en su memoria. Ustedes, que han sido testigos de este 24 de junio de 2016, han asistido nada menos que a la mayor caída de la historia de la Bolsa. Nunca antes el Ibex había registrado semejante desplome, que le llevó a perder un 12,35%, hasta los 7.787,7 puntos. En la sesión del viernes la Bolsa española perdió unos 65.000 millones.

Antes de la caída registrada el viernes, el título de mayor descenso del selectivo lo ostentaba el 10 de octubre de 2008.Ese día, el índice de referencia de la Bolsa española concluyó con un descenso del 9,14%. Entonces las razones hubo que buscarlas en la quiebra del Lehman Brothers y las dudas de sobre la posibilidad, luego confirmada, de que Europa y EEUU estuvieran a las puertas de la mayor crisis tras la Gran Depresión. El segundo puesto de honor tuvo lugar el 19 de agosto de 1991. En aquel entonces no existía si quiera el Ibex 35 y la crisis política en la Unión Soviética golpeo a la renta variable. Lejos queda así el descenso anotado el día de los ataques al corazón financiero de EEUU, el 11 de septiembre, cuando el Ibex 35 cedió un 4,56%.

Sirva para contener las lágrimas de los castigados inversores el hecho de que asistieron a un día que pasará a la historia de los mercados. El viernes, el voto británico a favor del divorcio de la Unión Europea desató el pánico en las diferentes Bolsas. Las noticia se propagó como el napalm arrasando todo a su paso, empezando por la libra, que llegó a perder un 11% de su valor frente al dólar para remitir más tarde hasta alcanzar una caída del 8,29% y cambiarse a 1,36 billetes verdes.

Con el mercado de divisas ya en plena batalla encarnizada, y las Bolsas de Asia sufriendo un severo correctivo (-7,92% para el parqué de Tokio) los inversores de renta variable contenían el aliento a la espera de la apertura de los mercados europeos. Los minutos eran horas, las horas, días y el miedo aumentaba conforme se acercaba el, al mismo tiempo deseado y temido inicio de la negociación en el Viejo Continente. Ante la avalancha que se avecinaba, el propio operador de la Bolsa española, BME, decidió ampliar los rangos estáticos, hasta el 20%, de los valores cuya perspectiva de caída era mayor.

Activos refugio: los inversores optan por asegurar su dinero

El atractivo que habían perdido en las últimas sesiones los activos refugio ha vuelto hoy a resurgir con el despertar definitivo del brexit. Ello ha acabado reflejándose en el interés del bund alemán, que ha alcanzado mínimos históricos y ha acabado profundizando en terreno negativo. Así, la rentabilidad de la deuda alemana a 10 años se ha situado en el -0,06%. Mientras tanto, el oro –otro de los activos refugio por excelencia– ha llegado a repuntar cerca de un 5%, hasta los 1,3 dólares, alcanzando máximos anuales después de cuatro sesiones en las que se habían impuesto las caídas debido a la confianza de los inversores en el fallido remain. Por su parte, el yen también ha avanzado en torno al 3,6%.

Y con esta perspectiva llegó lo inevitable. El Ibex 35 abrió con una brecha del 11%, la mayor jamás vista, y con prácticamente un tercio de las compañías inhibidas. Todo el sector bancario, a excepción de Bankinter, se vio inmerso en una subasta de volatilidad mientras en el imaginario colectivo de los inversores se asomaba ese 2% que había provocado la victoria del brexit, esa mínima diferencia destinada a cambiar la realidad económica y política europea.

Y es que el brexit atacó a la Bolsa española por tres flancos diferentes, haciéndola sangrar. En primer lugar, el pánico generalizado de una mala noticia inesperada derivó en una oleada de ventas común a toda la renta variable. En segundo término se colocó la libra, cuya depreciación, por momentos de hasta el 7,99% respecto al euro, merma notablemente la competitividad de las principales exportadoras a Reino Unido.

A ello se le sumó, en tercer lugar, el hecho de que la estabilidad financiera de España esté en gran medida soportada por el proyecto europeo que, con la primera salida de uno de sus miembros, y más de uno tan potente económicamente como Reino Unido, podría resquebrajarse. Por último, a ojos de los inversores los países periféricos, entre los que se encuentra España, son considerados activos de riesgo, por lo que en un momento de pánico generalizado, el dinero huyó en estampida hacia los activos refugio.

En poco tiempo, el selectivo español se fue por debajo de los 8.000 puntos, al tiempo que se miraba con espanto los mínimos de febrero que, finalmente y para alivio de los inversores, aguantaron el envite bajista en este primer asalto. Lo que esté por llegar ahora será otro tema, pues la divergencia entre los analistas que creen que lo peor ha pasado y los que piensan que aún no se ha visto todo es latente.

“El problema es que esto cambia las reglas del juego, tendrá implicaciones geopolíticas más allá del impacto financiero a corto plazo que ya estamos viendo, porque cambiará la forma de hacer negocios en Europa y porque a Reino Unido podrían seguirle más países”, explica Félix González, director general de la eafi Capitalia Familiar. “Deberíamos esperar que para el año que viene volvamos a entrar en recesión. Las perspectivas macro no eran buenas antes y el brexit es la puntilla. Llega el momento de la apuesta por las caídas”, remata el experto.

En una sesión altamente volátil, la Bolsa española negoció acciones por un valor cercano a los 6.400 millones de euros, una cantidad que duplicó la media de la negociación del mes de junio. Todos los valores sufrieron una sesión de un rojo tan intenso como nunca antes se había visto en el Ibex. Así, IAG se hundió un 26,86%; Bankia, un 20,78% y Santander, un 19,89%. Los blue chips tampoco se salvaron de la quema y valores como Repsol, Telefónica o BBVA corrigieron un 10,94%, un 16,12% y un 16,18%, respectivamente.

Aunque la sesión fue igualmente demoledora para el resto de Bolsas europeas, únicamente el Mib italiano igualó en su castigo al parqué español, con una caída del 12,48%. En el Viejo Continente, todos los ojos estaban pendientes del Footsie británico, origen último de las caídas y el que la lógica invitaba a pensar que soportaría la mayor corrección.

Pero la lógica en los mercados tiene muchos puntos de vista. Así, pese a la comprometida situación en la que el brexit podría dejar a la economía del país, el desplome de la libra estimuló la competitividad de las exportadoras, limitando las pérdidas del selectivo al 3,15%. A ello también contribuyó el menor peso del sector bancario, el más castigado de la jornada, en el selectivo británico. En el resto de parqués, el Dax alemán cayó un 6,8%, el Euro Stoxx 50 perdió un 8,6% y el Cac francés retrocedió un 8%.

Al otro lado del Atlántico, Wall Street no pudo permanecer ajeno al resultado del referéndum.Aunque los tres índices de referencia de la Bolsa estadounidense cedían al cierre de los mercados en Europa, los descensos registrados en el parqué neoyorquino distan mucho de los europeos: el Dow Jones corregía un 3%, en línea con el S&P500 y el Nasdaq.

Prima de riesgo: roza los 200 puntos y vuelve a niveles de 2014

Los miedos de los inversores han tenido su mayor exposición este viernes en la prima de riesgo. El diferencial entre la deuda española y la alemana ha llegado a alcanzar los 197 puntos básicos tras la apertura de los mercados, volviendo a niveles del año 2014. Con este repunte, la prima de riesgo se disparaba 60 puntos básicos respecto al cierre de la jornada del jueves, cuando los miedos parecían haberse disipado. Pese a la desconfianza por la deuda española, la prima ha acabado enfriándose al cierre hasta los 167 puntos básicos. Por su parte, la rentabilidad del bono a 10 años ha cerrado en el 1,63%, frente al 1,46% de la sesión anterior. El resto de bonos de la periferia también sufrió fuertes alzas.

¿Qué pasará con los tipos en EE UU?

Los efectos del brexit no han pasado desapercibidos para la renta fija. En Europa el bund alemán ha vuelto a hacer gala de su papel refugio y en un solo día ha pasado del 0,093% del jueves al -0,047% de esta sesión. Pero no ha sido el único que ha registrado es comportamiento. La rentabilidad del bono a dos estadounidense, el vencimiento más sensible a las expectativas de subida de la Fed, ha caído hasta el 0,28%, su mayor descenso desde 2008 y todo en menos de dos horas. El rendimiento se encamina así a mínimos de octubre, justo dos meses antes de que Janet Yellen llevara a cabo la primera subida de tipos desde 2006.

¿Qué significa esto? Atendiendo al comportamiento registrado por la deuda estadounidense se podría afirmar que los analistas dan por descontado que la Fed abandonará la normalización de la política monetaria. Hace menos de seis meses la previsión era que este año se produjeran cuatro incrementos del precio del dinero, aunque en los últimos tiempos se redujo a dos. Entre los analistas que prevén el aplazamiento de las subidas de los tipos de interés están HSBC, Jefferies y TD Securities.

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