Contratar a una persona con síndrome de Down, ¿por qué no?
Son empleados resolutivos, tenaces, responsables, entusiastas, perfeccionistas y con bajo absentismo.
Solo el 5% de personas con síndrome de Down en edad de trabajar tiene un contrato en España. Con el fin de mostrar la capacidad oculta que estos trabajadores guardan en su interior y elevar ese porcentaje, la Fundación Síndrome de Down de Madrid colabora estrechamente con empresas pequeñas, medianas y grandes.
Porque la premisa de que la discapacidad es la incapacidad para ver capacidades escondidas toma su mayor fuerza en estos casos, y porque la incorporación de estos perfiles en la vida laboral no depende del tamaño de la organización sino de las ganas de la dirección de querer integrarlos.
La fundación se encarga de formar a personas con discapacidad a través de sus programas de estudios con el fin de acercarse a los empleadores con una bolsa de empleo cualificada. Después visita empresas y detecta trabajos que pueden realizar personas con discapacidad. Por último, ofrece a todas las compañías que han decidido involucrarse en la integración social de estas personas, un preparador laboral, que acompaña al trabajador durante toda la vida del contrato.
La ley obliga a las empresas de más de 50 trabajadores a reservar el 2% de los puestos a discapacitados
Kilómetros de pizza se creó en 2011 y su primer restaurante de pizzas gigantes fue abierto en 2013. Al principio sus fundadores decidieron no contratar a ninguna persona con discapacidad, pero pasado el tiempo de rodaje no lo dudaron. Ahora tienen dos restaurantes y en uno de ellos cuentan con la ayuda de una persona con síndrome de Down que acude diariamente a su lugar de trabajo junto con las otras 25 personas que completan la plantilla.
“Haber contado con él desde el primer momento hubiese sido contraproducente porque hasta que un restaurante comienza a rodar pasan meses en los que se sufre mucho estrés y mucha descoordinación, nadie se conoce entre sí y nadie sabe todavía cómo hacer bien su trabajo. Pero yo tenía claro, por mi experiencia previa trabajando con personas con Síndrome de Down, que en cuanto pudiéramos integrar adecuadamente a una persona con esta discapacidad lo haríamos. Ahora contamos con un trabajador en uno de los restaurantes y contrataremos a otro en el segundo local con el que contamos”, explica Agustín Hidalgo, fundador de Kilómetros de Pizza.
Trabajadores motivados
Hidalgo asegura que introducir a personas con síndrome de Down en un equipo de trabajo solo tiene puntos positivos. “Los 25 integrantes de la plantilla perciben el gran esfuerzo que realiza esta persona y se contagian de sus ganas y de su motivación. Pero, además, ayuda a descargar al resto de trabajadores de tareas que en principio pueden resultar monótonas”.
En este restaurante un discapacitado se encarga de la limpieza de cubiertos, la colocación de las mesas y del resto de tareas necesarias para la puesta en marcha de la sala. Una vez realizada esta actividad asume el cargo de ayudante de camarero.
“Son labores que pueden resultar desmotivadoras y monótonas para otras personas, pero él las hace cargado de ganas y de ilusión, contagiando de este espíritu al resto de trabajadores”, comenta. Según Hidalgo, para que esto sea posible la integración de la persona es clave y en esta tarea la fundación Síndrome de Down Madrid es de gran ayuda.
La fundación facilita la contratación de personas con síndrome de Down a través de su programa Stela de Empleo Ordinario con Apoyo. De esta manera, cuando una empresa decide incorporar a uno de sus candidatos, un preparador laboral de la fundación le acompaña durante el 100% de su jornada los dos o tres primeros meses. Pasado ese tiempo, el preparador va disminuyendo su apoyo hasta que su figura se contempla como un supervisor que acude una vez al mes para cerciorarse de que la integración transcurre positivamente.
“Cuando nunca has tratado laboralmente con una persona con síndrome de Down pueden surgir miedos y dudas. Te preguntas cómo debes tratarlos, cómo vas a poder ordenarles tareas… Pero todas estas preguntas se resuelven gracias a la figura del preparador laboral. Ellos se encargan de enseñarles las tareas los primeros días, hasta les acompañan a casa para que aprendan el camino. Sin darte cuenta les comienzas a tratar como a cualquier otro empleado. Las empresas no somos ONG y si contratamos a alguien en plantilla es para que cumpla y rinda en su trabajo. Estas personas no solo cumplen sino que dan lo mejor de sí mismas, contagiando al resto de sus ganas, esfuerzo e ilusión”, afirma Paloma Mata, directora del área de personas de los colegios Gredos San Diego.
Gredos San Diego es una cooperativa de ocho colegios. En todos ellos dos o tres personas con síndrome de Down forman parte de la plantilla. Sus tareas se distribuyen entre las propias de un bedel, un ayudante de profesor o un vigilante de comedor y biblioteca. “Con esta decisión buscamos dar un paso en la cultura por la integración. Los alumnos desde pequeños ven con normalidad que personas con discapacidad formen parte de la plantilla del colegio y esto es clave para su educación. A ellos les encanta estar en contacto con los niños y eso se refleja en su trabajo”, afirma Mata.
Otra empresa que ha decidido contratar a personas con discapacidad es la consultora D&B. Con una plantilla de 354 personas, en su organización están integradas seis personas con discapacidad y cada año reciben a dos personas en prácticas del programa de estudios creado por la fundación y la Universidad de Comillas. “Para que la integración sea plena es esencial que el equipo de dirección esté involucrado en la tarea”, recomienda Ana García, directora de recursos humanos de D&B.
“Contratar a una persona con discapacidad solo trae beneficios. Primero porque legalmente a partir de 50 trabajadores estás obligado a reservar el 2% de los puestos a personas con discapacidad. Pero, en segundo lugar, porque son los trabajadores ideales: tienen menos abstención, son constantes, su nivel de compromiso motiva al resto de la organización, que ve con orgullo a su empresa por haber contratado a personas con discapacidad”, enumera García. La directora, además, anima a todas las empresas a que integren a discapacitados en sus plantillas.
Ventajas en la contratación
Responsabilidad Social. La contratación de una persona con discapacidad fomenta la política de responsabilidad social empresarial a través de la gestión de la diversidad.
Imagen. Mejora la visión de la empresa de cara a sus trabajadores y clientes.
Facilidades. Da preferencia en la adjudicación de contratos en el sector público.
Buenos trabajadores. La experiencia demuestra que son personas preparadas, con gran motivación y afán de superación, son constantes, tenaces, responsables y perfeccionistas en su trabajo.
Clima laboral. Mejora el clima laboral favoreciendo el desempeño profesional.
Ayudas y bonificaciones. La empresa que contrata personas con discapacidad se beneficia de subvenciones de hasta 3.907 euros por contrato indefinido, bonificaciones de la Seguridad Social de hasta 6.300 euros al año, subvenciones por la adaptación de puestos de hasta 901 euros y deducciones de la cuota íntegra del Impuesto de Sociedades de 6.000 euros por cada persona que se contrate con el fin de incrementar la plantilla.
Cumplir con la ley. El Real Decreto Legislativo 1/2013 del 29 de noviembre establece que las empresas con 50 trabajadores o más están obligadas a reservar el 2% de sus puestos de trabajo a personas con discapacidad.