La dieta de choque de Shell
La petrolera anglo holandesa ha recortado costes después de la adquisición de su rival británico BG, pero estos podrían llegar aún más lejos.
Tras dar a luz a un gigante, Shell intenta recuperar la figura. El grupo petrolero anglo holandés está recortando gastos operativos y de capital después de la compra de su rival británico BG en febrero. También tiene un plan para vender activos. Parece una tarea difícil, pese a que la subida en el precio del petróleo debería ayudar.
Shell espera que los 3.500 millones de dólares (unos 3.000 millones de euros) en sinergias anuales previstas gracias a la fusión con su rival den resultados más rápido de lo esperado y con un coste menor. El grupo dirigido por Ben van Beurden recortará igualmente el gasto de capital en otro 10% este año a cerca de 30.000 millones de dólares. En la práctica, Shell absorberá la inversión de capital y los gastos operativos de BG durante 2016.
Es algo impresionante, pero no lo suficiente como para alcanzar el peso ideal de Shell. Puede que el flujo de caja de operaciones este año ni siquiera cubran los gastos de capital. Todavía tiene que pagar un dividendo que costará alrededor de 10.000 millones de dólares en efectivo. La diferencia puede financiarse con deuda, pero la deuda neta de Shell ya ha disparado su capital combinado a una cifra mayor de la esperada del 26%.
La compañía ya ha anunciado la venta de activos por valor de unos 3.000 millones de dólares de los 30.000 millones que planea poner a la venta durante unos tres años. Cuenta con activos de infraestructura como refinerías, terminales petroleras y miles de kilómetros de oleoductos. La venta de activos de exploración será más difícil, ya que el mercado parece saturado y el grupo de compradores es menor que hace tres años. Pero el reciente aumento de los precios del petróleo a 45 dólares desde el mínimo de 30 en enero debería ayudar.
Shell tiene un rendimiento inferior al de sus compañeros desde que anunció el acuerdo de BG en abril del año pasado. Si puede quitarse peso y mantenerse en forma, la rentabilidad por dividendo debería mermar, sin que el dividendo tenga que hacer lo mismo.