Las grandes empresas entran en el mercado ‘halal’
Repsol, Carrefour, L’Oréal o Nestlé se certifican para el cliente musulmán Córdoba planea abrir un clúster que atraiga a 1.300 empresas en cinco años
Hay un gigantesco mercado que ha pasado desapercibido tradicionalmente para las empresas españolas. Se trata de la industria halal, de todos aquellos productos y servicios adaptados al cliente musulmán. Las grandes multinacionales ya se están posicionando y algunas compañías españolas han comenzado a seguir esa estela con la certificación necesaria dirigida a más de 1.600 millones de consumidores en todo el mundo.
Halal es una palabra árabe que hace referencia a lo permitido. Normalmente se usa en la alimentación y restaurantes pero también en turismo y cosmética. El Corán prohíbe algunos productos y halal se refiere al resto. Vedado está el cerdo y derivados (como grasas en la bollería), alcohol, aves rapaces o animales que no sean sacrificados bajo el rito islámico.
Esto provoca que si las empresas no garantizan que sus productos cumplen ciertos requisitos, no podrán acceder a un mercado que en 2020 llegará a los 1,81 billones de euros (desde los 1,3 de 2014), sumando las actividades de alimentación, turismo y cosmética, según cálculos de Thomson Reuters. Aunque también hay otros como la moda, la farmacia e incluso las finanzas (3,1 billones) porque el islam prohibe el interés, la usura y la especulación abusiva.
Grandes grupos empresariales ya han comenzado a adaptarse a estos consumidores para ganar exportaciones, según se recoge de los datos presentados por Tomás Guerrero, investigador del IE Business School, la semana pasada en el encuentro España Halal en Cifras celebrado en Córdoba y organizado por el Instituto Halal. “En 2030 se calcula que ya habrá 2.200 millones de musulmanes en el mundo”, explica Guerrero. “Muchos de estos países de mayoría musulmana crecen más que la media mundial, son países emergentes con economías dinámicas donde están surgiendo una pujante clase media”, añade.
El investigador de IE Business School destaca que en el sector de la distribución halal, por ejemplo, ya ha entrado la francesa Carrefour y la británica Tesco, además de los fabricantes Unilever, Nestlé o L’Oréal en el caso de la cosmética. Cadenas de restaurantes, como KFC también se han adaptado a esta linea de clientes. En turismo, obviamente las grandes aerolíneas de países de mayoría musulmana como Turkish, Emirates o Qatar Airways llevan la delantera.
Empresas certificadas
Poco a poco, las firmas españolas también están entrando en este mercado. Alrededor de 270 empresas están avaladas con este sello, según el Instituto Halal, una entidad encargada de certificar estos bienes y servicios. Entre las grandes compañías con esta garantía para los consumidores musulmanes se encuentra Repsol, con productos destinados a los procesos de las industrias alimentarias y químicas. También Dulcesol, Pascual, Hero, Mahou, Industrias Lácteas Asturianas o Covap. Mayoritariamente estos negocios se encuentran en Cataluña y Andalucía.
La mayoría, alrededor de 250, pertenecen al sector de la alimentación, que es, a su vez, el más importante de este mercado. En 2014, este segmento movía 1,1 billones en todo el mundo y en 2020 llegará a los 1,5 billones. “España se encuentra muy atrasada en la exportación de la industria agroalimentaria a estos países, cuando somos una potencia europea”, recuerda Guerrero. En el caso de la cosmética, en la que todos los ingredientes deben cumplir con los mandatos del Corán, se mueve alrededor de 54.000 millones y otros 80.000 millones dentro de cuatro años.
Clúster en Córdoba
El Ayuntamiento de Córdoba, ciudad donde se encuentra la sede del Instituto Halal, está planificando la puesta en marcha del tercer clúster (asociación de empresas innovadoras) de industria halal en el mundo, un trámite que debe contar con el visto bueno del Ministerio de Industria. Se sumaría a los ya existentes en Bélgica y en Malasia.
“Esperamos que a cinco años podamos atraer a 1.330 empresas en esta ubicación, además algunas de ellas con un peso importante”, señala Víctor Manuel Montoro, gerente del Instituto Municipal de Desarrollo Económico y Empleo del consistorio andaluz. Eso supondrá, según la entidad, la creación de alrededor de 12.400 empleos. “Cualquier compañía que produzca halal aquí se va a encontrar todo lo necesario y a buenos costes”, destaca. “El principal problema para estos negocios actualmente es la brecha cultural y el desconocimiento”, añade.
Un viajero familiar con 180.000 millones en la maleta
El turismo halal, léase como aquello permitido, sano, ético y no abusivo bajo los principios del Corán, está en auge. Según un informe de Amadeus, en 2014 este segmento de la industria turística facturó 145.000 millones de dólares y alcanzó los 108 millones de viajeros. Cifras que se elevarán en los próximos años y que se situarán en 2020 en los 200.000 millones de dólares (180.000 millones de euros) y los 150 millones de viajeros.
Un mercado emisor con una gran capacidad de gasto, en especial los viajeros de Arabia Saudí, Irán y Emiratos Árabes. España se sitúa en el puesto 37 del índice del Global Muslim Travel, que lo destaca como un destino vacacional familiar. Muy lejos de destinos más populares como Malasia, Turquía, Emiratos Árabes, Arabia Saudí o Catar.
En España, el único hotel que cuenta con la certificación halal es el Alanda Hotel Marbella, propiedad del empresario saudí Fawaz Al Hokair. Fernando Portal, su director general, asegura que el establecimiento sigue los principios de que ofrecer “todo lo que sea bueno para el cuerpo, tanto en alimentación como en el plano cosmético”. Portal asegura que “es un concepto nuevo en España pero que en países asiáticos está muy avanzado”. Bajo los principios halal, el establecimiento no ofrece ni alcohol, ni cerdo. Unos criterios estrictos a los que tratan de amoldarse otros establecimientos, con detalles una oferta gastronómica apta o eliminando del minibar las bebidas alcohólicas. La falta de esta oferta hotelera en España frena a muchos de estos viajeros a desplazarse hasta nuestro país.
Nur & Duha, por su parte, fue la primera agencia de viajes creada en España y orientada a este público, para el que ofrece paquetes a destinos españoles, Portugal y Marruecos. Flora Sáez, una de sus fundadoras, asegura que España está rezagada frente a otros países europeos, como Reino Unido, Francia o Suiza, o otros como Australia y Japón, donde se está produciendo un mayor esfuerzo promocional por parte de las autoridades y las empresas. “Tenemos un patrimonio irrepetible en ciudades como Córdoba y Granada no lo terminamos de aprovechar”, critica Sáez, que destaca la capacidad de España por sus infraestructuras, su entorno familiar y la oferta creciente del turismo de compras.
Ernesto Sánchez Beaumont, responsable de estrategia comercial y desarrollo de negocio de Amadeus en Oriente Medio y norte de África, apunta por su parte a las “excelentes conexiones aéreas que nuestro país disfruta actualmente con Oriente Próximo en general y con Emiratos Árabes Unidos, Catar, Jordania y Arabia Saudí en particular”.
El informe de Amadeus apunta las necesidades que tiene este tipo de viajero, entre las que destaca sus limitaciones en alimentación, y destaca su tendencia a reservar paquetes, que les den una oferta cultural lo más amplia posible.
Además, remarca el papel de las mujeres tanto a la hora de la elección del destino y del alojamiento, sobre el que se decantan por establecimientos respetuosos para sus creencias y que cuenten con zonas que les aporten privacidad. “A pesar de la inestabilidad política, el volumen de viajeros halal irá al alza”, asegura Sánchez Beaumont.