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Tipos de interés

Depósitos bancarios españoles vs europeos

Depósitos bancarios españoles vs europeos

De acuerdo con que el interés del dinero fijado por el Banco Central Europeo esté en mínimos históricos; actualmente el tipo se sitúa en el 0,05%. Vale que esta misma institución esté llevando una compra masiva de deuda soberana de los estados en una réplica al ya célebre “quantitative easing” de la Reserva Federal Norteamericana, y que el Banco de España haya puesto coto a la guerra del pasivo, recomendando limitaciones sobre los intereses a establecer en los productos de renta fija.

Ahora bien, el desfase entre la rentabilidad de los depósitos españoles y los europeos ha alcanzado límites ridículos, sólo hace falta echar un vistazo a algún listado de depósitos a plazo fijo en España y compararlos con los del resto de la Eurozona.

Por supuesto, esta situación está resultando muy beneficiosa quizá a los que menos se lo merecen, es decir, los bancos. Sus cuentas de resultados están siendo saneadas a pasos agigantados gracias a una financiación a precios de saldo. Sin embargo, el español medio está viendo como sus opciones para proteger su poder adquisitivo frente a la inflación se han reducido a la mínima expresión.

Si tenemos en cuenta la media europea que no alcanza el 0,70% TAE, nos encontramos con que los depósitos ofrecidos en el continente superan en casi un 30% a los españoles. La media de los depósitos a 12 meses en nuestro país ha caído por debajo del 0,40% y todo parece indicar que seguirá bajando. Las correcciones que han tenido lugar durante los primeros meses del año, han dado lugar a depósitos anuales con un rendimiento del 0,30% en muchos casos.

Por supuesto, cuando nos referimos a cifras europeas, estamos aludiendo a una media y, como suele ser frecuente, las medias son bastante engañosas. Lo cierto es que España es uno de los pocos países mediterráneos de importancia cuyos depósitos a 12 meses no alcanzan si quiera el 1%. Tanto Francia, como Italia o Grecia han logrado mantenerse por encima de esta cifra. Portugal también se encuentra por encima de la media europea, aunque tan sólo ligeramente por encima del 0,70%.

Sin embargo, Alemania y Austria se encuentran en una virtual paridad de rentabilidad con España. La pregunta es, teniendo en cuenta la diferencia de la rentabilidad de la deuda pública entre estos países, así como la coyuntura económica que los afecta ¿está justificada la baja remuneración de los depósitos españoles?

Los países peor parados son el resto de centroeuropeos, así como los países del este, tales como Luxemburgo, Estonia, Eslovenia, Letonia y Lituania; éste último se encuentra rondando el 0,10% anual, lo cual resulta totalmente descorazonador. Después de todo, conforme los intereses se reducen, el peligro de una rentabilidad negativa se acrecienta.

Si bien ya se han visto caso de emisión de deuda privada a un interés negativo –como es el caso de Nestlé a lo largo del año pasado-, es poco probable que lleguemos a ver depósitos que se comercialicen indicando una TAE negativa.

Cosa muy distinta es que, de facto, la rentabilidad obtenida sí sea negativa teniendo en cuenta el efecto de la inflación. Hay que tener en cuenta que, a lo largo de los últimos años, hemos asistido a un periodo ligeramente deflacionista, al menos, según las cifras oficiales. Sin embargo, la opinión del gran público es algo distinta. Después de todo, el conjunto de precios que son ponderados a la hora de calcular la inflación no representa con exactitud los gastos de los españoles. Casos como la bajada del precio del petróleo y, por ende, el de la gasolina, han desvirtuado considerablemente el cálculo de la inflación.

Es precisamente, la repercusión de la inflación en cada uno de los países europeos, el factor que, en realidad, está afectando en mayor medida a la rentabilidad real ofrecida por los depósitos nacionales.

Después de todo, no se puede ignorar el hecho de que países como Chipre, Grecia, Eslovenia e incluso España estén en terreno negativo en lo que se refiere a la inflación. Es decir, el coste de la vida en estos países lleva bajando desde hace algún tiempo. Esto no debería sorprendernos, dado que el poder adquisitivo en estos mismos países también ha bajado considerablemente.

La cuestión es que si añadiésemos el impacto de la inflación a la rentabilidad ofrecida por los depósitos de cada país, España se situaría por encima de la media de la Eurozona, en lugar de por debajo.

Por supuesto, estos reducidos intereses están permitiendo a los bancos financiarse de una forma muy competitiva. El problema radica ahora en cómo sacar partido de los nuevos recursos. Después de todo, las reglas son para todo el mundo; es decir, no van a ser capaces de colocar préstamos con intereses excesivamente elevados.

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