La costosa solución de Lufthansa
Mediocridad es lo mejor que pueden esperar los accionistas de Lufthansa. La aerolínea alemana está rodeada por las compañías del Golfo, sus rivales eficientes sin lujos, el incremento de costes y sus rebeldes pilotos.
La rentabilidad operativa de 2015 destaca su aprieto. Es cierto, el beneficio operativo ajustado por varios factores creció un 55% hasta 1.800 millones de euros. Sin embargo, el aumento de los ingresos fue menor que la reducción de la factura de combustible de la compañía –un rendimiento peor que el de British Airways y Air France-KLM, como señalan los analistas de Liberum–.
La aerolínea está atrapada en un inflexible acuerdo laboral que garantiza altos salarios al personal de cabina
No hay una solución rápida para los problemas de Lufthansa. La aerolínea está encerrada en un acuerdo laboral inflexible que garantiza al personal de cabina unos altos salarios y unos generosos beneficios.
El consejero delegado Carsten Spohr está intentando utilizar la nueva unidad Eurowings como una solución. A diferencia de Lufthansa y su anterior marca de bajo coste Germanwings, esta no está ligada al convenio colectivo de trabajo. Sus pilotos cuestan un 40% menos que los de Lufthansa y un 20% menos que los de Germanwings. Alrededor de 300 pilotos bien pagados se retiran cada año. Se supone que los más jóvenes, con contratos antiguos y que vuelan actualmente para Germanwings, deben hacerse cargo de estas posiciones. En su lugar, serán reemplazados por los de Eurowings, más baratos
Sin embargo, este plan requiere un rápido crecimiento. Lufthansa quiere incrementar los asientos de Eurowings en un 11,5% en 2016 y convertirla en la tercera mayor aerolínea de bajo coste de Europa a medio plazo. El riesgo es que la rápida expansión y los objetivos confusos creen otra división con una rentabilidad mediocre. En 2015, Eurowings ganaba a duras penas un mísero margen de beneficio operativo del 2%, en comparación con el más del 14% de easyJet.
Las múltiples restricciones de Lufthansa implican que este enfoque pueda ser la opción menos mala de Spohr. Por desgracia, desde la perspectiva de los accionistas, sigue sin ser una buena idea.