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El problema es que el crash de 2008 está todavía muy presente en las mentes de los inversores

Me preocupa la debilidad no solo del mercado sino del sentimiento inversor que se une a un posicionamiento más tolerante al riesgo que en años anteriores provocado por los tipos de interés en 0% que ha hecho que muchos ahorradores estén posicionados en productos más tolerantes al riesgo que el que indicaría probablemente su propio perfil de riesgo.

Este hecho, puede provocar que las valoraciones de muchos activos se vean presionados más por los flujos de capitales que por las valoraciones fundamentales, lo que a su vez, provocaría, en mi opinión, grandes oportunidades de inversión en activos que se “disloquen” de una valoración razonable.

Las correcciones que llevamos en bolsa desde mediados de diciembre han dejado al Euro Stoxx 50 cotizando a 12x PER’16E y > 4,5% de rentabilidad por dividendo. Estos niveles de valoración no los vemos en Europa desde mediados de 2013, que en mi opinión, empieza a ser suficientemente atractivo como para plantearse incrementar la exposición a renta variable europea con mayor margen de seguridad.

No teníamos unos meses tan débiles en cuanto a las rentabilidades ofrecidas por la renta variable desde 2008, lo que ha hecho que se empiecen a comparar 2016 con 2008. Pero es muy difícil que las empresas europeas vuelvan a ver caer su beneficio desde el punto en el que nos encontramos hoy en día, por lo que en mi opinión, el punto de partida es mucho mejor que el que teníamos en 2008, lo que descartará sufrir un año tan excepcional como el que tuvimos en 2008. El problema es que el crash de 2008 está todavía muy presente en las mentes de los inversores lo que provoca episodios de miedo y pánico como los que hemos vivido este mes.

El miedo que generan los movimientos de los mercados en los últimos meses, es el principal motivo para que se generen grandes oportunidades de inversión. Pero es vital que el ahorrador valore la oportunidad de invertir a partir de los niveles en los que nos encontramos hoy en día con un horizonte temporal de más de 2 o 3 años, ya que fijarse solo en el corto plazo es el principal motivo para cometer errores irreparables en la rentabilidad que ofrecen los mercados a lo largo de los años. Las buenas rentabilidades a largo plazo sobre el ahorro, se consiguen a lo largo de los años con momentos complicados como el actual y momentos de exceso de optimismo. La clave del éxito consiste en aprovechar a comprar en periodos de más inestabilidad y escepticismo y vender o ser más prudente en periodos de exuberancia y exceso de optimismo.

Si los mercados estuviesen siempre en euforia o valorando correctamente los activos, no habría forma de obtener retornos atractivos en el largo plazo. Los momentos de mayor incertidumbre y nerviosismo son los mejores momentos para generar rentabilidad a largo plazo. Los inversores que vencieron al miedo e invirtieron en renta variable después de la quiebra de Lehman Brothers a finales de 2008, han obtenido una rentabilidad en 7 años de +160% si se invirtió en EEUU o un +140% si se invirtió en Europa, es decir, una rentabilidad anualizada del 15% y 13,5% respectivamente.

Aunque el comienzo de 2016 no es nada halagüeño, los mercados cambian muy rápidamente dependiendo de los datos e información que vayamos conociendo. Es primordial saber que las bolsas no están caras, lo cual no puede evitar que tengamos momentos en los que estén más baratas, pero lejos de que cunda el pánico, nos tiene que animar a incrementar nuestro posicionamiento hacia fondos de inversión de renta variable.

Javier Galán, Gestor de Renta Variable Europea de Renta 4 Gestora

@JGalanR4

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