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El fin de la prórroga de los convenios deja a las partes una semana para pactar

Bancos y cajas negocian contra reloj para renovar sus marcos laborales

Protestas de los empleados de cajas por el nuevo convenio.
Protestas de los empleados de cajas por el nuevo convenio.Manuel Casamayon
Juande Portillo

El tiempo de descuento también se agota. Después de un año de encontronazos en la negociación de los nuevos convenios de bancos y cajas, y viéndose incapaces de llegar a un acuerdo antes del cierre de 2015, patronales y sindicatos de sector financiero acordaron darse un respiro y detener momentáneamente el contador para tratar de acercar posturas alargando el calendario de reuniones. Sin embargo, el plazo extraordinario que unos y otros se habían dado expirará en solo unos días sin que ninguno de los dos colectivos haya sellado aún un pacto.

El caso más acuciante, a priori, es el que atañe al convenio de los bancos. El último marco laboral del ramo regía desde el ejercicio 2011 al 31 de diciembre de 2014, si bien llegada esta fecha se añadió el año de ultraactividad que aún opera sobre los convenios colectivos (antes de la última reforma laboral esta extensión de la validez del último convenio era permanente hasta que se firmase un nuevo pacto).

Para finales de 2015, los representantes de la Asociación Española de Banca (AEB) y los de las federaciones de servicios de CC OO y UGT habían logrado acercar posturas pero, sin tiempo para atar el esquema completo de un nuevo convenio, decidieron prorrogar el anterior hasta el 26 de febrero de 2016, el próximo viernes.

En cifras

103.000

trabajadores españoles se rigen actualmente por el convenio de bancos, una vez que la plantilla de Catalunya Banc ha pasado a formar parte de BBVA.

68.000

empleados del sector financiero siguen sujetos al convenio de ahorro.

50

kilómetros, desde los 25 actuales, es el límite al que las patronales financieras quieren elevar la movilidad geográfica de sus trabajadores.

Tras casi una veintena de reuniones de negociación, sindicatos y patronal han acordado una suerte de marco base sobre el que desarrollar el nuevo pacto, pero este aún no se ha logrado. Para el salto definitivo, los representantes de los trabajadores aspiran a que la patronal bancaria renuncie a eliminar los trienios o a ampliar la movilidad geográfica y acepten negociar incrementos salariales para la plantilla.

A fin de limar las últimas asperezas, las partes intensificaron desde ayer su agenda de encuentros con una cita institucional y otra técnica de la que, según fuentes presenciales, “salió un esquema del convenio sobre el acuerdo base, pero faltan por consensuarse los números”.

Aunque habrá nuevos encuentros durante la semana para asentar el acuerdo final, los cinco mayores sindicatos bancarios han pedido una nueva prórroga a la AEB que les permita proseguir con las conversaciones en marzo.

Más compleja es la situación del sector de cajas de ahorros, que apenas cuenta con unos días más de margen. Partiendo de los mismos plazos temporales de los que disponían en el sector de los bancos pero con posturas negociadoras mucho más enfrentadas, a finales de 2015 los representantes de la Asociación de Cajas de Ahorros para Relaciones.

Laborales (Acarl) y los de los sindicatos CC OO, Csica y UGT apenas lograron ponerse de acuerdo en la necesidad de prorrogar la vigencia del último convenio hasta el próximo lunes 29 de febrero.

Este es el mayor consenso alcanzado por las partes en esta negociación hasta la fecha. Al filo de que expire también este plazo excepcional, tras el que la patronal advierte que podrá imponer unilateralmente nuevas condiciones laborales en virtud de la última reforma laboral, los sindicatos se preparan para potenciar su creciente campaña de protestas.

Bajo el lema “Por un convenio justo y sin recortes”, los sindicatos mayoritarios del sector de cajas han convocado concentraciones mañana frente a las sedes de las principales entidades del sector en una docena de ciudades del país. Concretamente, las protestas están programadas a partir de las 17:30 horas frente a las sedes Bankia en Madrid, Valencia y Las Palmas; las de CaixaBank en Barcelona, Santa Cruz de Tenerife y Sevilla; las de BMN en Granada y Murcia; la de Unicaja en Málaga; la de Ibercaja en Zaragoza; la de Abanca en La Coruña o la de Liberbank en Oviedo.

Los convocantes reclaman que la patronal desista en sus pretensiones de generalizar una jornada laboral partida; ampliar la movilidad geográfica de los trabajadores; rebajar los trienios y eliminar los beneficios por antigüedad. Reclaman, en paralelo, una revisión salarial al alza, que se refuerce la conciliación laboral y se limiten los turnos de trabajo de tarde.

Desiguales partidos los de bancos y cajas pero en los que igualmente solo restan unos minutos para fijar las reglas laborales que regirán al sector financiero durante los próximos años.

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