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El mercado de deuda ‘high yield’ se cierra en España

La caída del Ibex seca el crédito para las empresas con bono basura

El 'high yield' español paga máximos históricos
Carlos Cortinas

Los tipos de interés están en niveles bajo cero en casi todo el planeta. La primera en tomar la iniciativa fue la Reserva Federal y después la siguieron todos los demás bancos centrales. El BCE ha desplegado todo tipo de estrategias para lograr que el crédito llegue a la economía real, y en parte lo han conseguido.

En España, el crédito bancario a empresas creció el 10% en 2015, hasta los 392.000 millones de euros. El próximo 10 de marzo, su presidente, Mario Draghi, anunciará más medidas de estímulo monetario, adicionales a la compra de deuda por 60.000 millones de euros mensuales hasta el mes de marzo de 2017.

Pero ni mucho menos todas las empresas están sacando partido de las medidas expansivas del banco central. En la era de la escasez de crédito bancario, muchas compañías españolas se lanzaron al mercado de deuda. Entre 2012 y lo que va de 2016 las compañías nacionales han realizado más de 80 colocaciones de bonos high yield –con una calificación de rating inferior a BBB–, según la nomenclatura de S&P y Fitch, e inferior a Baa3, según la de Moody’s–, de acuerdo a los datos de Dealogic.

El saldo vivo de estas emisiones supera los 22.000 millones y los tipos de interés están en niveles nunca vistos en casi todas las emisiones. Isolux Corsán, que debutó en el mercado de bonos en marzo de 2014, lidera las rentabilidades por los problemas de Abengoa, pese a que su situación no tiene nada que ver, y la paralización de su salida a Bolsa, dudas que se han trasladado al precio de su deuda. La rentabilidad que ofrecen sus bonos ronda el 48%. También está en niveles desconocidos la deuda que vence en 2022 de OHL, que paga un 12%. Los bonos que expiran en 2017 de Parques Reunidos dan casi un 15%. Los de la constructora Aldesa ofrecen alrededor de un 17%; los Port Aventura, más de un 7%; y los de NH, que salió en octubre de 2013 pagan un 5,13% (véanse gráficos).

En España, salvando la colocación en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) de Caser no ha habido ni una emisión de bonos high yield en 2016.

“El mercado de emisiones high yield está prácticamente cerrado desde principios de año; ha habido muy pocas transacciones como consecuencia de la volatilidad. Sin duda ha frenado el debut de empresas que querían acceder al mercado por primera vez”, señala de Manuel Mendivil, socio de Arcano y gestor del Arcano European Income Fund.

La emisión de bonos basura cayó el mes pasado hasta los 1.000 millones de dólares (unos 900 millones de euros) en la región de EMEA (Europa, Oriente Medio y África), desde los 14.900 millones de dólares (13.400 millones de euros) del mismo mes de 2015, según Moody’s.

De hecho, ha sido el peor enero para esta deuda desde 2009, debido a las tensiones mundiales provocadas por la volatilidad en las Bolsas, el deterioro en los países emergentes, con China a la cabeza, y la volatilidad de las divisas. En España, el Ibex 35 se deja un 14% en lo que va de 2016 y el Euro Stoxx 50, un 12%. A diferencia de la deuda de máxima calidad (triple A), como el bund alemán, que se comporta como activo refugio cuando el miedo toma el control, y que ofrece una rentabilidad de poco más del 0,2% a 10 años, el high yield suele moverse al compás de la renta variable.

“El diferencial de crédito se ha ampliado y desde el lado del emisor existe una mayor dificultad y un coste superior”, explica Federico Silva de Lapuerta, director de Renta Fija de Beka Finance. El experto recuerda que existen compañías que podrían emitir, aunque a precios más elevados, y pone como ejemplo a la aseguradora Caser, que pagará el 8% en deuda subordinada a 10 años. Las entidades financieras no son una alternativa para este tipo de empresas. “La banca tiene liquidez abundante para transacciones y compañías con riesgo moderado y deuda clásica con vencimientos entre tres y cinco años; en ese terreno no hay límite de liquidez”, señala el socio de Arcano. Pero más allá de ese perfil no hay dinero para firmas con riesgo más elevado. El apetito por este papel, pese a las elevadas rentabilidades que ofrece, continúa siendo muy reducido.

La plataforma de BME rozará los 1.200 millones de emisión

El Mercado Alternativo Alternativo Alternativo de Renta Fija (MARF), en marcha desde 2013, sigue atrayendo a empresas, en su mayoría medianas. El pasado ejercicio superó los 830 millones de euros en emisiones de deuda de compañías, frente a los 496 millones que registró en 2014 y muy lejos de los 50 que captó el año de su estreno. Unas colocaciones que, según las previsiones de fuentes del mercado, se situarán este año en una horquilla de entre 1.100 y 1.200 millones de euros.“En esta plataforma, el análisis de las cifras de cada emisor es crucial y los inversores requieren la información más actualizada sobre sus cuentas, no solo un rating. A partir de marzo, con la información completa de 2015, veremos más debuts”, señala Federico Silva de Lapuerta, director de Renta Fija de Beka Finance.

El último estreno y el primero de 2016 en el MARF, ha sido el de la aseguradora Caser, que ha emitido 169 millones en obligaciones subordinadas a 10 años, con un cupón del 8% anual, que tienen por finalidad reforzar los fondos propios de la compañía para cumplir los requisitos de Solvencia II. La aseguradora ofrece el mayor cupón anual de las emisiones de bonos y obligaciones en vigor, por delante de dos colocaciones de la constructora Copasa, con vencimientos en 2018 y 2020 y que dan un 7,5% y 7%, respectivamente, seguidas de otra del Grupo Ortiz, que renta un 7% y vence en 2019.

Un total de 21 empresas tienen emisiones de bonos, obligaciones o pagarés vigentes en este momento en el MARF. Entre ellas, el grupo de distribución El Corte Inglés lanzó en diciembre un programa de pagarés que le permitirá captar hasta 300 millones durante un año, y en el que, por el momento, tiene un saldo vivo de 143 millones. Hasta la fecha, tiene vigentes 11 emisiones con saldos de entre 8,5 y 20 millones.

La constructora Aldesa cuenta, por su parte, con un programa de pagarés de hasta 50 millones de euros.

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