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Todo es represión financiera.

"A la luz de las experiencia de países europeos y otros que han decidido irse a tasas negativas, vigilamos esa posibilidad, porque queremos estar preparados en el caso de que necesitásemos aumentar la expansión".

Janet Yellen ante el Comité Financiero del Senado el 11/02/2016.

La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, aseguró que, si la economía sufre un abrupto frenazo (aunque insistió en que las perspectivas no apuntan en esa dirección) los tipos de interés negativos serían una alternativa. No están "fuera de la mesa", llegó a indicar.

La velocidad de los acontecimientos en la realidad es de tal magnitud que lo que hace apenas unas semanas se consideraba imposible, puede ser lo más probable hoy. En los últimos meses, países como Suecia, Dinamarca, Japón o el BCE han decido aplicar tipos de interés negativos en un desesperado intento de “incentivar” la economía.

Entendamos bien lo que esto significa: mediante esta medida, los bancos centrales comienzan a cobrar intereses a los bancos privados por depositar fondos en sus arcas, al contrario de la situación normal, por la que las entidades reciben dinero por dejar allí parte de sus reservas. Se espera con ello “forzar” a los bancos a aumentar los préstamos a la economía real.

Entendamos bien también este concepto: se espera que con independencia de la calidad del prestatario, de la calidad del proyecto de inversión, las entidades financieras, para evitar tener que pagar por sus depósitos, se dedicarán a financiar proyectos que incluso no van a tener los retornos suficientes para pagar el principal y los intereses. Es decir que para evitar una pérdida de entre el 1,0-0,5% por el depósito, se arriesgaran a perderlo todo. Excelente negocio.

"Siempre hay alguna posibilidad de una recesión"

Janet Yellen ante el Comité Financiero del Senado el 11/02/2016.

Veamos el entorno. La preocupación por una nueva recesión, evidente ya en el sector manufacturero mundial desde el cuarto trimestre del año pasado, la caída del comercio exterior, las dudas sobre la economía de China, el abrupto descenso de los precios de las materias primas y en especial del petróleo ha exacerbado la guerra de divisas y una corrección (todavía larvaria) en los índices bursátiles. Decir como Yellen que "siempre hay alguna posibilidad de una recesión" es cuanto menos, una respuesta que no está a la altura ni del puesto ni de las circunstancias.

Pero añadir que (apoyado como siempre en algo tan endeble como las previsiones humanas) que la economía americana mantienen un sólido crecimiento y espera que cierre este ejercicio en un 2,4 % como en el 2015, es pensar que somos idiotas. El único dato que sustenta tal idea es el hecho de que han subido tipos de interés recientemente, pero eso equivale a creer que las decisiones se justifican a sí mismas. Para colmo, se contradice al decir que la senda de ajuste monetario en 2016 de manera "gradual" y en función de los indicadores económicos.

“La influencia de la política monetaria en la rentabilidad de la banca”

Informe del BIS

En relación a todo ello resaltamos la existencia de informe del BIS titulado: “La influencia de la política monetaria en la rentabilidad de la banca”. Su conclusión es que la estructura de tipos condiciona la rentabilidad de la banca. Cuando el BIS habla de estructura de tipos de interés no solo habla del nivel de los tipos de interés sino, y lo que es más importante, se refiere a la pendiente de la curva.

En el actual sistema de reserva fraccionaria, los bancos comerciales realizan lo que se conoce como descalce de plazos. Básicamente, esto consiste en la posibilidad que tienes los bancos de pedir prestado (tomar depósitos de clientes) a corto plazo e invertirlo (dar un préstamo) a largo plazo. De una pendiente de tipos positiva (los tipos a corto son más bajos que los de largo) nace buena parte de la rentabilidad bancaria. Cuanta más pendiente más rentabilidad, cuando menos pendiente, menos rentabilidad.

En cuanto al nivel de tipos de interés, si estos son muy bajos, interpretando incluso que puedan ser negativos, parece de sentido común que los depositantes se cuestionen sacar los fondos del sistema bancario a medida que baja la remuneración de sus ahorros, reduciendo así el margen de los bancos en este descalce de plazos.

Pero lo que es quizás más novedoso del informe del BIS es la circunstancia de que concluye que el efecto no es lineal, es decir, que cuando los tipos de corto están más bajos y la pendiente es más plana el efecto negativo sobre la rentabilidad bancaria es todavía más adverso.

Lo más grave de todo esto es que el propio informe reconoce que los análisis empíricos sobre esta materia son escasos, y por lo tanto sus conclusiones no pueden ser totalmente definitivas. Pero inquieta que los bancos centrales estén entrando en este terreno inexplorado sin apenas sostén teórico confirmado y nos lo entreguen empaquetado y pensando que funcionará bien. Recuerden que llevan ya ocho años sin encontrar salida a sus políticas heterodoxas y, por lo tanto, su posición intelectual, cuanto menos, debía haberse resentido algo.

Lo único que se me ocurre pensar es que no nos cuentan lo que realmente piensan, ni lo que realmente están haciendo/van a hacer.

Sus razonamientos son necesariamente alambicados, y no puede ser de otra manera ya que no quieren que sepamos la realidad que ellos ven.

Lean "entre líneas".

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