China se hace hueco en la industria turística española
Las empresas españolas se han situado en la órbita de China y de unas compañías que buscan cómo tener una presencia internacional. “China está cambiando su modelo de económico”, afirma Francisco Martínez Boluda, socio de Uría Menéndez en la oficina de Pekín, quien apunta que el país se está transformando para pasar de ser la fábrica del mundo hacia “un modelo más moderno basado en el consumo y los servicios”. Según cifras de Esade, el año pasado las firmas chinas invirtieron 610 millones de euros en España, un 49% más que en 2013.
Martínez Boluda asegura que las empresas chinas buscan “un componente de valor añadido” y destaca que ahí es donde las compañías españolas tienen interés para ellos. “Tras unos años complicados por la crisis, las firmas españolas que han resistido son sólidas y pueden tener una necesidad de fortalecer su capital”, afirma.
Los expertos consideran además que sin ser España un mercado prioritario para las inversiones de China, se ha convertido en una opción interesante. Entre las principales apuestas de empresas chinas en España está el real estate. La inversión en activos inmobiliarios es uno de sus objetivos principales, bien sean de oficinas o establecimientos hoteleros. Es el caso de Wanda y su adquisición del Edificio España de Madrid, por el que pagó 265 millones de euros a Santander en 2014, y en el que prevé incluir un centro comercial, apartamentos y un hotel de lujo.
Otras firmas del país asiático han puesto su mirada en los activos hoteleros de Barcelona y Madrid, principalmente, si bien, la moratoria hotelera de la Ciudad Condal podría favorecer la llegada de operaciones a la capital. Además, han mostrado interés en otros destinos como Valencia o Mallorca, donde el grupo el Jiangsu GPRO compró en 2014 el Hotel Valparaíso Palace por unos 48 millones.
“Los grupos turísticos chinos están buscando hoteles que les sirvan de bandera en ciudades de todo el mundo de cara a la creciente demanda vacacional del ciudadano chino”, afirma Daniel Galván, director de GBS Finanzas, que añade que también ansían la propiedad de inmuebles con uso hotelero de los que obtener una renta anual de la gestión del establecimiento por una cadena.
En otros casos han optado por entrar en el capital de empresas cotizadas como NH. El conglomerado chino HNA desembarcó en el capital de la cadena hotelera en 2013 con un20%, que ha elevado hasta el 29,5% actual. Una alianza que también ha supuesto la creación de una joint venture en China para llevar NH al país asiático, con entre seis y ocho hoteles en un primer momento. “A las empresas chinas les gusta tomar una participación mayoritaria en sociedades que estén bien gestionadas pero sin entrar en la gestión del día a día”, considera Galván.
Otro modelo es el adoptado por Meliá, que en 2011 se asoció con el primer grupo hotelero del país, Jin Jiang, un acuerdo al que suma otros con el grupo inmobiliario Greenland y la agencia de viajes online Ctrip para su crecimiento en China.
Fuera de España, la apuesta de las empresas chinas por el sector turístico se ha visto reflejada en los últimos días con la alianza entre HNA y la empresa de apartamentos vacacionales Pierre & Vacances, por el que el grupo chino adquiere un 10% de la firma francesa y crearán una joint venture para el desarrollo de proyectos vacacionales en el país asiático, para los que HNA ha comprometido un mínimo de 1.000 millones de euros en los tres próximos años.
Fosun International, por su parte, se hizo con Club Med en alianza con la firma de capital riesgo Ardian. El grupo chino posee además un 5% del capital del grupo turístico británico Thomas Cook.
Y es que más allá del sector hotelero, el foco se ha ampliado también a otros negocios turísticos. HNA ha mostrado su interés por entrar en el capital de Globalia y otros grupos empresariales chinos han mostrado interés en firmas comercio electrónico relacionadas con la industria de los viajes online.
Alimentación y tecnología son sus otros intereses
El Gobierno chino está impulsando la internacionalización de sus empresas desde hace algún tiempo. Unas empresas e inversores que tienen muy claro qué sectores son los más atractivos para ellos. Junto al inmobilario y hotelero, también han invertido en empresas de tecnología y alimentación. En tecnología, Lenovo compró la división de móviles de Motorola a Google a comienzos de 2014 por 2.120 millones. Pero más allá de esa gran adquisición, los analistas apuntan al interés del gigante asiático por hacerse con empresas “que permitan dar un valor añadido” a sus productos, en sectores como el aeronáutico, la automoción y los instrumentales médicos.
En alimentación, la mayor operación de una empresa china fuera de sus fronteras fue la compra en 2012 del 60% del capital de la Weetabix por Bright Foods, que en julio se hizo con Miquel Alimentació, que le servirá de plataforma para exportar productos españoles a Asia. Además, Changyu Pioneer Wine se ha hecho con el 75% de la bodega Marqués del Atrio, y hay un interés creciente en el negocio del aceite de oliva y en la carne.
El fútbol es otro de los objetivos de los inversores chinos. El magnate Wang Jianlin tiene un 20% del Atlético de Madrid y Rastar Group ha comprado el Real Club Deportivo Español.