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Bruselas exige que se clarifiquen las irregularidades

Claves de las nuevas sospechas sobre las emisiones de Volkswagen

Detalle de un tubo de escape de un Skoda con motor diésel
Detalle de un tubo de escape de un Skoda con motor diésel JULIAN STRATENSCHULTE (EFE)

Volkswagen admitió ayer que hay al menos 800.000 vehículos suyos con "irregularidades" en la certificación de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). La Comisión Europea ya ha pedido a la compañía que detalle el alcance de esta posible manipulación, que supone una vuelta de tuerca en el caso. “Tenemos que clarificar sin retraso cuáles son las irregularidades, qué las causó, qué coches están afectados, dónde fueron registrados y qué medidas puede tomar el grupo”, ha expresado en rueda de prensa una portavoz de la Comisión.

 ¿Qué quiere decir este nuevo escándalo? ¿Cómo puede afectar a los propietarios de los vehículos?

Significa que la contaminación que los vehículos Volkswagen certificaron en los controles medioambientales no es correcta y que los coches emiten más CO2 de lo homologado. Afecta a 800.000 coches.

Esto no quiere decir que haya necesariamente una manipulación de las emisiones al estilo de las realizadas para las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) en los motores diésel, con un software instalado en las centralitas. Podría ser un error pero, al haberse encontrado este desvío en el marco de la investigación de la manipulación de los motores diésel en 11 millones de vehículos, es un tema sospechoso que Volkswagen debería aclarar cuanto antes.

  • ¿Qué coches están afectados?

  • Fuentes de la compañía han avanzado a Bloomberg que los modelos Volkswagen Polo, Golf, Passat, los Audi A1 y A3, Skoda Octavia, Seat Ibiza y Seat Leon estarían entre los vehículos en los que se han encontrado irregularidades.

    El problema es que se trata de los modelos más vendidos de Volkswagen y por lo tanto, la automovilística debe aclarar por qué solo hay 800.000 vehículos afectados en todo el mundo. ¿Son modelos con una especificación técnica concreta? ¿Son diésel o gasolina? ¿De qué cilindrada? Son dudas que aún no se han concretado.

  • ¿Qué implicaciones puede tener una manipulación de las emisiones de CO2 para los usuarios y los Gobiernos?

  • Hasta ahora, Volkswagen se había librado en cierto modo de una verdadera sanción por el tema de las manipulaciones de las emisiones porque la legislación europea no se dirige a reducir la contaminación en NOx. Europa se estaba limitando a ser prudente y tirarles de las orejas por su conducta. Un comportamiento muy diferente al del Gobierno de los EEUU, que ha obligado al presidente de VW EEUU a comparecer ante el Congreso y donde la automovilística se expone a una multa de 18.000 millones de dólares.

    Volkswagen aseguró al Ministerio de Industria a principios de mes, cuando el ministro José Manuel Soria amenazó con pedirle a la empresa la devolución de las ayudas de los planes PIVE, que el software instalado en las centralitas de sus vehículos diésel solo manipulaba las emisiones de NOx, que no están dentro del plan PIVE. El ministro afirmó que pediría informes técnicos precisos para confirmar la información.

    Pero es que además, impuestos como el de Matriculación o el de Circulación imponen una tasa u otra en función de las emisiones de CO2. Los decretos municipales que regulan el aparcamiento en ciudades como Madrid también depende de la contaminación que emiten los vehículos y su certificación en CO2. Además, tienen repercusiones en la Inspección Técnica de Vehículos, que también mide estos gases. De emitir por encima de los límites legales, los coches necesitarían una nueva certificación que podría suponer costes extras a los usuarios.

    Y por último, pero no menos importante, más emisiones de CO2 implican más consumo de combustible. Más dinero desde el bolsillo de los conductores. Y aún no se se sabe ni cómo ni cuando se va a arreglar este problema

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