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La automovilística se anota un 15% en una semana

El mercado hace negocio con el humo de Volkswagen

Automóvil del Grupo Volkswagen en un concesionario de Inglaterra.
Automóvil del Grupo Volkswagen en un concesionario de Inglaterra. Getty Images (Getty Images)

Las acciones de Volkswagen han emprendido el camino hacia la recuperación a lo largo de esta semana. En apenas cinco sesiones sus títulos han pasado de los 92,36 euros, su nivel más bajo desde octubre de 2011, hasta los 106,2 del viernes al cierre del mercado. Es decir, la compañía se anota en Bolsa casi un 15% e intenta recuperar parte del terreno perdido con el estallido de la crisis el pasado 18 de septiembre.

En medio de todo esto, muchos inversores han podido sacar partido a sus ahorros. Eso sí, no hay que olvidar que otros muchos se vieron arrastrados por la tormenta desatada en el mercado después de que Volkswagen admitiera que había instalado un software en los motores diésel para falsear las emisiones.A pesar del ascenso de los últimos días, las acciones del grupo automovilístico caen un 36,6% desde los niveles previos a la crisis.

La opinión de los analistas sobre los pasos que han de dar los inversores a partir de ahora está dividida. Mientras que un 47,2% recomienda mantener, el 27,8% opina que es mejor vender y cada día es menor el porcentaje que se decanta por la compra, un 25%. Pese a todo ello, el precio objetivo fijado por el consenso de mercado, 130,08 euros, sigue muy por encima del real, aunque ha descendido notablemente respecto a las semanas anteriores a que aflorase el escándalo.

Philippe Houchois, analista de UBS, es de los osados. Pese a haber rebajado el precio objetivo en varias ocasiones, sigue recomendando la compra de acciones. Houchois considera que su "envidiable tamaño, activos, el apoyo político y las opciones estratégicas en una industria donde podría decirse que nadie gana de una débil VW" deberían ayudar al negocio del Grupo. Estima, en cualquier caso, que sus ganancias se recortarán un 30% en los próximos cuatro años.

Hasta hace unos días, Juergen Pieper, de Bankhaus Metzler, se decantaba por vender. Ahora recomienda retener y ha vuelto a bajar el precio objetivo, hasta los 88 euros, más de 150 euros menos que antes de la crisis. En unas declaraciones a la cadena CNBC, el analista afirmó que su mayor temor es “la cantidad de de dinero de la que estamos hablando, los 6.500 millones de euros que se han aprovisionado es menor de la que probablemente tenga que pagar”. También le preocupa la “duración del escándalo, que probablemente lleve años para que se arregle, además del daño a la reputación de la empresa”.

Alexander Haissl, de Credit Suisse, está de acuerdo en que la cantidad inicial que ha aprovisionado la empresa aumentará y presionará sus balances y dividendos de pagos. La entidad baraja cifras que van desde los 23.000 millones hasta los 78.000 millones, un 60% más de los costes que tuvo que afrontar BP en 2010 por el vertido de petróleo en el golfo de México. Los mayores gastos que tendrá que afrontar la compañía se deberán a la compensación que pague a consumidores, cuantía que los analistas elevan hasta los 33.000 millones de euros en el escenario más grave.

Además de los efectos que el escándalo pueda tener sobre las futuras ventas del Grupo, Credit Suisse cree que la unidad de servicios financieros de Volkswagen, que ofrece préstamos a consumidores que compren vehículos de la compañía, también se verá afectada. El informe de los analistas explica que ya está teniendo que pagar más para tomar prestado el dinero y que podría necesitar una inyección de efectivo por parte de las otras divisiones de la compañía para mantener el negocio.

Por otra parte, Societe Generale, que recomienda retener y ha llegado a indicar a los inversores que se mantengan alejados del índice alemán DAX 30, cree que el efecto de la crisis de Volkswagen no se extenderá a otras automovilísticas. Sin embargo, “los cambios en la regulación les añadirán costes a otros fabricantes de coches diésel”. Sus analistas consideran que se producirá una “significativa caída a corto plazo” de las ventas de vehículos con este combustible y, aunque el mayor desafío lo tendrá que afrontar VW, los efectos que tenga esta bajada sobre la macroeconomía alemana y la del resto de la zona euro aún se desconocen.

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