Diccionario para invertir en deuda y no morir en el intento
Los bajos tipos de interés, en mínimos históricos, y el plan de estímulos del BCE hacen cada vez ás difícil hallar oportunidades atractivas de inversión. Además, para los inversores que no estén habituados al mercado de renta fija, hay una serie de conceptos como rating, cupón, vencimiento o valor liquidativo que deben conocer. He aquí un diccionario para no perderse en el mercado de deuda.
Precio
El precio de emisión es el valor de un bono en el momento en el que se emite, lo que se paga por él, que suele coincidir con el valor nominal. El precio de reembolso es el que recibe el inversor cuando lo amortiza. También suele coincidir con el valor nominal, aunque se puede indicar lo contrario en las condiciones de la emisión de los bonos.
Cupón
Cada emisión de bonos se realiza con un cupón preestablecido, por lo general. El cupón es el pago periódico (trimestral, semestral, etc.) al que se compromete el emisor. También existen emisiones a cupón cero, menos frecuentes y generalmente solo con deuda a corto plazo. En este caso, los intereses se pagan al vencimiento junto al principal (el dinero que se ha invertido para comprar ese bono).
Cupón variable
El inversor está familiarizado con los bonos, ya sean públicos o privados, con cupón fijo. Es decir, aquellos en los que de entrada se sabe a ciencia cierta qué porcentaje sobre el principal cobrará cada trimestre. Pero también existe otra clase de deuda, esta con cupón variable. Un ejemplo de ello son los bonos ligados a la inflación que subasta el Tesoro Público español, cuyo cupón dependerá de la evolución de los precios, u otros de distintas compañías que se comprometen a pagar un diferencial determinado sobre una referencia. Por ejemplo, 50 puntos básicos sobre el euríbor a seis meses. Estos bonos son más interesantes para el inversor cuando se vislumbra un repunte futuro de la inflación o una subida próxima de los tipos de interés.
Subasta
Cuando un emisor, ya sea una empresa o un organismo público, emite deuda, lo hace mediante una subasta que cuenta con una serie de condiciones._Por ejemplo, las grandes emisiones corporativas imponen un mínimo de 50.000 euros para participar, lo que dificulta su acceso directo a los pequeños inversores. La subasta en la que se colocan estos bonos es lo que se conoce como el mercado primario. El inversor también puede comprar estos bonos en el mercado secundario, donde cotizan después de haberse emitido.
Interés
A la hora de comprar bonos en el mercado secundario es importante saber qué interés ofrecen y qué evolución puede tener. La rentabilidad es inversa al precio, por lo que una subida de la misma implica un descenso del precio y, por lo tanto, pérdidas para el inversor si decide vender.
Vencimiento
Generalmente, cuando los bonos se emiten tienen una fecha de vencimiento determinada, aunque ya veremos que también en este punto hay excepciones. Será en la fecha del vencimiento cuando el inversor reciba el principal, es decir, el dinero invertido en ese bono. Es lo que también se conoce como la amortización de la inversión.
Curva de tipos
A mayor vencimiento de un bono, en condiciones normales, mayor rentabilidad, pero también más riesgo de que un cambio en la política monetaria o en el perfil de la empresa se cruce en el camino y produzca importantes variaciones del precio de ese bono. Cuando el interés es mayor en los bonos a largo plazo, se ha_bla de una curva de tipos normalizada. La curva de tipos invertida se produce cuando es mayor la rentabilidad que ofrece un emisor en su deuda a corto que en la de a largo. Recientemente ha ocurrido con la deuda soberana griega o con Abengoa, por ejemplo. Existe una tercera clase de curva, la plana, que se suele producir cuando el mercado recibe señales dispares sobre la evolución de los tipos, lo que genera indecisión.
Deuda sénior
No todos los bonos tienen la misma categoría y es importante conocer esta división, ya que en caso de que se produzca una suspensión de pagos hay deuda que está por encima de otra en el orden de pago. La deuda sénior es prioritaria. Es decir, es la más segura de todos los bonos que emiten las empresas.
Deuda subordinada
La deuda subordinada ofrece más rentabilidad, pero también acarrea mayores riesgos. Como indica su nombre, en caso de dificultades del emisor, su pago está subordinado al de la deuda sénior.
‘Cocos’
Los bonos contingentes convertibles, conocidos en el argot financiero como cocos, son un tipo de deuda híbrida (renta fija, pero con opción de convertirse en acciones). Es deuda que suelen emitir los bancos con la finalidad de convertirla en acciones si tienen necesidades de capital.
Deuda perpetua
La deuda perpetua es aquella que no tiene fecha de vencimiento establecida en el momento de la compra. ¿Qué sentido tiene entonces para un inversor comprar este tipo de bonos? Nuevamente, se trata del interés ofrecido, que es mucho mayor al de otros bonos. Pero se debe tener en cuenta que esta deuda entraña más peligro, puesto que el emisor es quien decide cuándo la amortiza. Es decir, el inversor no tiene garantías de cuándo recuperará el capital invertido.
Cédulas hipotecarias
Existen muchos otros tipos de deuda emitida por los bancos. Una de ellas son las cédulas hipotecarias, instrumento que paga un interés determinado y cuenta con una cartera de hipotecas concedidas sobre un inmueble por el banco emisor como garantía adicional.
Titulizaciones
En este caso, la entidad financiera agrupa una cartera de activos y los tituliza, es decir, los convierte en títulos o bonos. Los fondos que generan estos activos se destinan a cumplir con las obligaciones de pago.
Rating
La inversión es un juego inverso entre dos variables, la rentabilidad y la seguridad. Cuanto más segura sea una compañía, menor será el interés ofrecido por su deuda. Esta calidad se mide a través de los rating, notas que ponen a los emisores las agencias de calificación de riesgos (las tres más grandes son_Fitch, S&P y Moody’s). AAA es la mejor calificación._Por debajo de BBB–, según la agencia, se habla de bono basura.
‘High yield’
En base a aquellos ratings, se denomina deuda high yield (de alta rentabilidad) a aquella que ofrece un mayor interés porque su nota es menor.
CDS
Los CDS (credit default swap, en inglés) son derivados financieros que cubren al inversor ante un posible impago por parte del emisor del bono que ha adquirido. Cuanto más altos, más dudas sobre el cumplimiento de pago.