Las nuevas tecnologías, armas de doble filo
Alemania y Francia cuentan con normativas que impiden la utilización del móvil y el correo electrónico fuera del trabajo
Los smartphones y dispositivos portátiles han abierto un mundo de posibilidades en cuanto al teletrabajo se refiere. Ya no es necesario acudir a la oficina para poder realizar infinidad de gestiones. Ahora es posible contestar emails y atender peticiones desde fuera del lugar de trabajo, lo que permite una mayor flexibilidad de horarios.
“El problema es el mal uso que se hace de las tecnologías. En la mayoría de los casos no son utilizadas de la manera correcta. Es cierto que te permiten una mayor libertad y que gracias a ellas por ejemplo, podemos llevar a nuestros hijos al colegio o al médico mientras contestamos correos. El problema reside cuando el móvil se convierte en un complemento a las ocho horas de trabajo en la oficina, provocando que la jornada laboral se extienda a las 24 horas del día, incluyendo fines de semana y vacaciones”, argumenta Esther Jiménez, investigadora del centro internacional trabajo y familia del IESE.
El llamado blurring, es decir, la supresión del límite entre la vida privada y la profesional, es un fenómeno que se está generalizando y acrecentando por motivos como tener móvil de empresa, portátil y estar constantemente conectados a jefes, clientes y compañeros.
En este sentido, el estudio elaborado por Edenred e Ipsos "Bienestar y Motivación de los empleados en Europa 2015" revela que un 41%, un 4% más que en el año previo, de los trabajadores se muestra insatisfecho en la relación con la línea que separa la vida laboral y familiar.
El 65% denuncia que su empresa les requiere fuera de su horario laboral frecuentemente. Incluso el 16% confiesa que son requeridos incluso durante sus vacaciones, cifra que se eleva al 30% cuando hablamos de fines de semana y al 68% si de quiénes hablamos es de directivos. Este hecho provoca que a su vez, el 51% se vea obligado a gestionar asuntos personales en el trabajo.
Sin embargo, los encuestados reconocen que las nuevas tecnologías facilitan el trabajo y ofrecen muchas ventajas dentro de su horario laboral: El 51% de ellos admite que mejoran su autonomía, mientras que el 49% apuntan a la calidad laboral y a la mejora de su relación con los clientes como principales beneficios.
Por contra, la disponibilidad absoluta las 24 horas del día los 365 días de año es sinónimo de un gran estrés para los empleados. Así lo reconocen el 42% de los menores de 35 y el 37% de los que se encuentran entre edades comprendidas entre los 35 y los 44 años.
Europa por delante
Ante esta circunstancia ya son varios los países europeos que han puesto límites legales. Es el caso de Alemania o Francia que han impuesto normativas para impedir que las empresas puedan contactar con sus empleados fuera del horario laboral.
En 2014 los sindicatos franceses llegaron a un acuerdo con las consultorías y las empresas del sector tecnológico en el que se obligaba a los empleados a apagar sus teléfonos móviles, a la vez que se les prohibía el acceso al correo electrónico fuera de su jornada (35 horas por semana).
En Alemania, un ejemplo de esta restricción es la decisión que tuvo que tomar Volkswagen. En 2012 la empresa se vio obligada a impedir el uso del correo electrónico a sus empleados media hora antes y media hora después de su horario laboral (de jornada flexible entre las siete y media de la mañana y las seis menos cuarto de la tarde). Dos años más tarde, el comité de empresa del consorcio automovilístico BMW pedía a sus empleados permanecer inaccesibles ante llamadas e emails de la compañía fuera del trabajo.