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Mario Draghi advierte que se está entrando en "terreno desconocido"

Bruselas y Grecia se enfrentan en campo abierto con acusaciones de intransigencia

Temen una ruptura definitiva de las negociaciones y empiezan el reparto de culpas Mario Draghi avisa de que se está entrando en terreno desconocido

Ciudadanos en un cajero automático de Atenas.
Ciudadanos en un cajero automático de Atenas.ALKIS KONSTANTINIDIS (REUTERS)

La acritud entre la zona euro y Grecia ha alcanzado tal nivel que ya no se puede mantener entre las paredes de los despachos. Las dos partes se acusaron este lunes en público de bloquear el acuerdo sobre el rescate y de tergiversar los datos de la negociación que trasladan a la opinión pública.

El enfrentamiento en campo abierto indica que tanto Atenas como Bruselas temen una ruptura definitiva de las negociaciones y empiezan el reparto de culpas ante un posible cataclismo.

La Comisión Europea aseguraba el domingo que la ruptura de las negociaciones se produjo por una diferencia de apenas 2.000 millones de euros (algo más del 1% del PIB griego) sobre los ajustes exigidos a Grecia. Pero Atenas eleva la cifra casi al doble y acusa a la troika (CE, BCE y FMI) de reclamar un nuevo recorte de pensiones (de hasta 1.800 millones de euro al año) y otra subida del IVA (para recaudar 1.800 millones de euros más al año).

“Es una falsedad decir que las instituciones [de la troika] están reclamando a Grecia un recorte de las pensiones individuales”, señaló ayer una portavoz oficial de la Comisión. “Queremos una reforma del sistema para hacerlo más sostenible a base de desincentivos a la jubilación anticipada y retrasos en la edad de jubilación”, señaló la portavoz. La misma fuente reconoció que el objetivo es “lograr un ahorro anual equivalente al 1% del PIB”. Es decir, unos 1.800 millones.

La disputa llevó al siempre impulsivo comisario alemán, Gunther Oettinger, a pedir que la UE se prepare para la declaración del “estado de emergencia” en Grecia. Bruselas prefirió ignorar el exabrupto de un comisario que en 2011, tras Fukushima, aseguró que “estamos ante el Apocalipsis”, para luego añadir que su única información al respecto eran las imágenes que había visto por la CNN.

Draghi tercia

Más realista y mejor informado, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, reclamó voluntad política para superar unas diferencias “que no son tan grandes”. Y advirtió que el conflicto está llevando a la zona euro “hacia un territorio desconocido”.

Draghi se mostró convencido de que la zona euro podría resistir a corto plazo un desastre financiero pero admitió que, a medio y largo plazo, la zona euro se vería obligado “a dar un salto cuantitativo” en la integración para superar el problema.

El presidente del BCE negó que el problema económico de Grecia sea la falta de financiación por parte de los socios europeos. Y recordó al gobierno de Alexis Tsipras que Grecia ha recibido desde 2010 casi medio billón de euros en financiación facilitada por sus socios, entre préstamos, desembolsos a fondo perdido, fondos comunitarios y quitas. “No se puede decir siempre que el problema son los demás, o son solo los demás”, advirtió Draghi a Grecia.

Draghi defendió su negativa a ampliar a la banca griega el margen de compra de letras del Tesoro mientras no exista “una perspectiva creíble” de que se alcance un acuerdo sobre el rescate. Fráncfort impide así que Atenas refinancie su deuda a corto plazo a través de entidades del país.

El BCE parece dispuesto a mantener las líneas de asistencia de emergencia que tienen en pie a la banca griega, y que ya ascienden a 83.000 millones de euros. El organismo que dirige Draghi se reunirá hoy para analizar, entre otras cosas, el mantenimiento de esas líneas. Para cortarlas, el BCE necesita el voto favorable de al menos dos tercios de los miembros del Consejo de Gobierno, una mayoría que no parece darse todavía a pesar del endurecimiento de la posición el Banco central de Alemania.

El BCE busca cómo librarse del impago

El presidente del BCE, Mario Draghi, abrió ayer por primera vez la posibilidad de buscar fórmulas para refinanciar los vencimientos de Grecia con el emisor y evitar un impago en julio o en agosto. Atenas afronta en esos meses vencimientos de 7.200 millones de euros y no parece que disponga de recursos suficientes para pagar. El gobierno de Alexis Tsipras había planteado la posibilidad de que el fondo de rescate de la zona euro (MEDE) asumiese la factura. Draghi, que ayer compareció ante el Parlamento Europeo, dudó que esa vía sea compatible con el Tratado del MEDE, pero no descartó al 100% la posibilidad de utilizarla. El presidente del BCE se mostró dispuesto, en todo caso, a buscar otras fórmulas de refinanciación siempre y cuando Grecia llegue a un acuerdo sobre el rescate con la troika y el Eurogrupo. Entre las posibilidades que se han manejado figura la de prolongar las fechas de vencimiento de los bonos, prórroga que el BCE rechaza por considerarla incompatible con sus normas (que impiden financiar a los estados), pero a la que podría buscar acomodo si la sentencia del Tribunal de Justicia de hoy secunda, como parece probable, los programas de compras de deuda del emisor. Otra posibilidad es pagar los bonos con parte del remanente del rescate reservado para la recapitalización de la banca griega (10.900 millones de euros).

El BCE sabe que la alternativa puede ser un impago, máxime después de que las agencias de calificación señalaran ayer que no lo considerarían default por tratarse de un organismo público.

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