El jugador número 12, el motor del fútbol
La Liga quiere impulsar el consumo vía televisión, estadios e internet En España hay 4,3 millones de personas suscritas a alguna televisión de pago
Ha entrado usted, alguna vez, a un estadio vacío? Haga la prueba. Párese en medio de la cancha y escuche. No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie". El escritor uruguayo Eduardo Galeano, fallecido hace escasas semanas, defendía una relación casi romántica entre fútbol y aficionados. Como escribía en su libro El fútbol a sol y a sombra, “en su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol". Galeano rechazaba la concepción del deporte rey como industria, que “ha ido desterrando su belleza". Pero el fútbol ha pasado de ser el deporte rey a ser el rey de la industria del ocio, y una parte a tener en cuenta en la economía de un país.
Hacienda gana el partido
Toda aproximación a la economía del fútbol español debe ir asociada a su deuda con las Administraciones públicas. La permisividad que durante décadas marcó las relaciones entre clubes y, sobre todo, Hacienda, ha derivado en un cambio en su gestión para priorizar los pagos a la agencia tributaria y evitar déficits en sus balances, a través del control salarial y las restricciones para efectuar fichajes. A 31 de agosto de 2014, el fútbol profesional español debía 542 millones en impuestos atrasados, 120 menos que un año antes. Según La Liga, en un plazo de cuatro o cinco años la deuda será cero.
Una buena noticia para la Administración, que además ha visto cómo entre 2011 y 2013 la recaudación vía impuestos procedente del fútbol aumentaba en 300 millones de euros. En ese último año rozaba los 2.900 millones, según el informe de KPMG, que calcula unos ingresos de 1.000 millones por IVA, más de 700 por cuotas a la seguridad social, 414 de IRPF, casi 600 de impuesto de sociedades y 113 de impuestos especiales.
Según el informe Impacto socioeconómico del fútbol profesional en España, elaborado por KPMG, la primera y segunda división españolas generan un impacto económico de 7.600 millones de euros, un 0,75% del PIB nacional, tanto de forma directa como indirecta e inducida. El efecto directo, el más tangible, alcanza los 3.600 millones, el 75% gracias al consumo de los aficionados en todo lo que tenga que ver con fútbol: apuestas, quinielas, suscripciones a canales de pago, cuotas de abonados, entradas, hostelería o transporte. En total, 2.800 millones de euros son generados por los hinchas, sin quienes no se concibe el sentido emocional del fútbol, ni su dimensión como negocio.
El presidente de La Liga, nueva denominación de la patronal de los clubes, Javier Tebas, afirmaba en la presentación del estudio que “debemos convencernos del potencial de la industria del fútbol, que tiene una contribución espectacular para la economía española". La aprobación, no sin polémica, del real decreto que regulariza la venta centralizada de los derechos de televisión de los clubes, su gran fuente de ingresos, y un reparto más equitativo, ayudará a elevar la recaudación por este concepto por encima de los 1.000 millones al año, según cálculos de la competición, frente a los 800 actuales. Sin embargo, La Liga ha diseñado un plan de negocio para que en seis años la “industria del fútbol" alcance un 1% del PIB español, y el gran objetivo no solo es aumentar los ingresos recibidos de los operadores, sino elevar el gasto de los aficionados en todo lo que tenga que ver con fútbol, ya sea en casa, en el estadio o desde el smartphone.
El primer gran objetivo de la patronal es aumentar el número de abonados a los canales de pago que retransmiten las competiciones. Según los cálculos de KPMG, los suscritos en España a alguna televisión de pago son 4,3 millones de personas. La cifra de abonados en Reino Unido, cuya liga de fútbol ha vendido sus derechos de televisión por 7.000 millones de euros a recibir en tres temporadas, supera los 12. Desde La Liga se espera que en ese plazo de seis años los suscriptores españoles superen los siete millones, gracias a la entrada de las compañías de telecomunicaciones en el sector: “El fútbol será el motor de crecimiento de la oferta convergente en todos los operadores", señalaba Tebas. En la estrategia para ganar abonados tendrá gran peso la lucha contra la piratería. La Liga calcula que hay 1,8 millones de hogares que ven los partidos de manera ilegal, con un perjuicio de 500 millones al año.
Estadios más modernos
La otra gran pata de la estrategia a seis años es la mejora de las infraestructuras del fútbol. “Muchos de los estadios están obsoletos y no están adaptados a las demandas de los aficionados", defiende Tebas, quien pone como ejemplo los de la Premier o los de la liga alemana. De los 20 estadios de Primera División, solo dos se han construido desde cero en la última década y con criterios más allá de los deportivos: Cornellá-El Prat, hogar del Espanyol, y San Mamés, del Athletic. La patronal maneja un plazo de 10 años para que la mayoría de clubes acometan profundas reformas, como los casos de Real Madrid, Barcelona o Real Sociedad, o incluso traslados, como los de Atlético de Madrid y Valencia. La ecuación es que a estadios más modernos y con más servicios, mayores afluencias y consumos, y por tanto, impulso de la facturación. Pero falta otro elemento: acabar con la deuda de los clubes, prioridad actual a la hora de destinar los ingresos. Y la tercera clave en la estrategia de crecimiento es ganar peso en los entornos digitales, con la intención de fidelizar al aficionado al día a día de las competiciones domésticas y fomentar su consumo.
Lo que seguirá intacto, como escribía Galeano, será ese instante en que “el estadio se olvida de que es de cemento" y llega el gol.