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Tribuna
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Inversión en el sector energético

Los precios del petróleo, gas natural y del gas natural licuado han disminuido alrededor de un 50% en los últimos nueve meses. Esta caída de los precios simultánea en las tres materias primas no tiene precedentes y se explica por diferentes razones. En primer lugar, está causado por el exceso de oferta motivado por la exploración de petróleo y gas pizarra en Norteamérica. La revolución tecnológica que ha tenido lugar durante los últimos seis años en Estados Unidos y las nuevas capacidades para producir energías renovables han cambiado el mapa de la oferta. También corresponde a un período en el cual ha entrado en vigor una regulación ambiental más estricta, provocando el cierre de las plantas de energía de carbón, con la consiguiente necesidad de fomentar nuevas fuentes de energía. A ello hay que añadir una menor demanda mundial, sobre todo de China y los mercados emergentes, y la decisión de los miembros de la OPEP en noviembre de no recortar la producción de petróleo.

Como consecuencia, el ajuste entre la oferta y la demanda ya se está produciendo. En el lado de la oferta debido a que los precios actuales no son rentables para la mayoría de los proyectos de perforación gas pizarra y las empresas energéticas de EE UU ya han anunciado recortes agresivos en las partidas presupuestarias para perforación y gastos de servicios petroleros. Es importante señalar que la producción de gas pizarra funciona al máximo al principio de la exploración y disminuye rápidamente (es aproximadamente un 80% más baja después de un año y un 100% menor después de tres o cuatro años), mientras que las plataformas petroleras tradicionales tienen una vida de 15 a 30 años. Asimismo, la oferta procedente de energías renovables debería disminuir porque estos proyectos no pueden competir económicamente con un petróleo a 50 dólares por barril. Del lado de la demanda es más difícil que produzcan ajustes, ya que depende del crecimiento económico global, si bien es verdad que es elástica, lo que implica que debería aumentar a medida que los precios decrecen.

Este desajuste entre oferta y demanda se ha traducido en una caída significativa de los precios, que ha afectado severamente, y, en algunos casos, de forma exagerada, a los precios de los activos energéticos. Las valoraciones de las acciones de este sector son y serán volátiles hasta que los precios de las materias primas no encuentran un nivel estable. Los precios de los activos de deuda deben bajar aún más debido al elevado endeudamiento que tienen estas empresas, lo que conducirá a futuras recapitalizaciones y bancarrotas. Creemos, por tanto, que la situación actual del sector ofrece una excelente oportunidad para invertir en acciones y bonos, aunque una de las claves será cuánto tiempo se mantenga el petróleo por debajo de los 60 dólares por barril.

En renta variable, se pueden encontrar oportunidades en las compañías de servicios de exploración y producción, y también en sectores como transporte, materiales de construcción y plásticos, que se benefician de los precios más bajos del crudo, al igual que algunas compañías de consumo. También se puede invertir a través de hedge funds, ya que las características propias del sector energético hacen que se requiera un gran conocimiento del mismo y los gestores de estos fondos disponen de las herramientas necesarias para identificar y aprovechar las ineficiencias del mercado. Por último, en lo que respecta al crédito, cabe señalar que las empresas estadounidenses han acumulado grandes volúmenes de deuda los últimos seis años, en particular en el mercado de alto rendimiento, para financiar proyectos y, como resultado, el mercado de crédito del sector ha pasado de 200.000 millones de dólares en 2005 a 900.000 millones en 2014. Alrededor del 20% del papel existente es distressed y los bonos de las compañías energéticas han corregido entre un 10% y un 35% en los últimos seis meses. Además, muchas compañías tendrán que afrontar procesos de recapitalización y, sobre todo las de alto rendimiento, tendrán dificultades para conseguir financiación y tendrán que recurrir a hedge funds o al capital riesgo como fuente de financiación, los cuales llevarán a cabo auditorías y exigirán reestructuraciones financieras. Lo más probable es que sus inversiones se dirijan hacia préstamos o bonos senior de compañías de mediano tamaño de los sectores de transporte y almacenaje y también de exploración y producción.

Sherban Tautu es responsable de Global Investment Solutions, división de fondos alternativos de SYZ

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